Al Pacino X Robert De Niro

El padrino

1973. Rodaje de "El Padrino 2". Al y Robert llevaban saliendo cerca de un par de meses. Robert acababa de filmar sus escenas. Todo el mundo del set aplaudió. Él sonrió en especial a Al, que lo miraba contento. Este ya llevaba puesto su vestuario como Michael Corleone para empezar con sus escenas después de comer.
—Lo has hecho muy bien, cariño—Al le dio un beso a Robert en los labios.
—Me resulta un poco perturbador que os beséis mientras vais vestidos de padre e hijo—dijo Francis riendo.
Los dos también rieron y se fueron al camerino. Ya tenían la comida allí preparada. Robert se moría de hambre.
—Espera—Al lo agarró de la mano antes de que pudiera sentarse—Déjame que te quite ese traje...—susurró.
Robert se giró y dejó el sombrero encima de la mesa. Al le quitó la chaqueta y le desabrochó la camisa poco a poco. Robert sintió como la temperatura de su entrepierna subía. Al le quitaba los pantalones poco a poco, junto con la ropa interior, encontrándose delante de él su gran erección.
—Dios mio Don Corleone...—Al agarró el pene de Robert con una mano—Me está haciendo usted una oferta que no puedo rechazar...
Robert suspiró, cada vez más caliente.
Al no quería arruinar su vestuario, así que solo se desabrochó un poco el pantalón para sacarse la polla. Apoyó a Robert contra la mesa y le agarró las caderas.
—Entra ya...—suspiró Robert—Por favor, Don Corleone...
Al se escupió en la mano y se la frotó en el pene para humedecerlo y poder entrar en Robert con mayor facilidad. Robert sonó un sonoro suspiro y se agarró en la mesa con fuerza. Se inclinó más para que entrara más profundo. Al lo embistió con fuerza repetidas veces. Al salió un momento en el que Robert aprovechó para sentarse en la mesa y subir las piernas. Al volvió a entrar y Robert apoyó los talones sobre los hombros de Al. Él agarró el pene de Robert empezó a masturbarlo. Robert gimió con sonoridad. Puso las manos sobre las de Al, quien las tenía sobre los muslos de Robert. Al se corrió dentro de Robert con un sonoro gemido. Salió de él para que cuando su contrario también se corriera no le manchara el traje. Cuando Robert se recuperó un poco, se puso un chándal y comió junto a su amor. Francis entró al camerino.
—Me han dicho que han escuchado ruidos en el camerino. ¿Estáis bien?
—Sí, sí. Perfectamente—dijo Robert.
—En media hora te necesito en el plató, Padrino—dijo Francis a Al.
—Ahí tendrás al Padrino.