10

2.3K 97 3
                                    

Cinco chicos al rededor de una chica pelinegra que estaba harta y enfurecida por sus comportamientos se quedaron en silencio al escuchar su grito. Ya que la más baja estaba desde hace media hora escuchando los pequeños berrinches de los cinco chicos.

TN: Perdónenme, pero ya me cansé de sus estúpidos berrinches. Luego hablamos.

Los cinco se quedaron parados observando como la pelinegra se alejaba de ellos hacia la cafetería y al perderla de vista fue cuando reaccionaron.

E: Esto es tu culpa - señaló al castaño -

A: ¿Mi culpa? ¿Por qué?

J: Si tan solo no estuvieras tratando de querer tener su atención cada segundo, esto no hubiese pasado.

A: Eso no es verdad, ustedes son los tóxicos.

Z: Ya basta, están siendo muy infantiles.

R: - soltó un suspiro sobando el puente de su nariz - vayamos con ____, pero ya dejen de comportarse como unos niños. No estamos en el kínder.

A: Está bien, me disculpo.

J: Si, si, como sea - dijo ignorándolo y chocando su hombro con el contrario -

Antes de que el rizado pudiese dar otro paso, el de piel morena lo detuvo y lo giró haciendo que quede cara a cara con Agustín.

R: No te comportes así, discúlpate.

J: No lo haré - sentenció mientras cruzaba sus brazos -

Z: Joel debes aceptar lo que Agus dijo, nosotros también somos unos tóxicos.

E: ¿Pero qué dices? ¡No somos ningunos tóxicos!.

J: Exacto, aquí el único tóxico es Christopher - comentó mientras su lengua golpeaba la pared interna de su boca, aún no se acostumbra a que su mente recree escenas donde _____ hace unos años se besaba con Christopher -

R: No importa quién sea el tóxico, nosotros simplemente vayamos con _____ y evitemos este tipo de comportamientos.

E: Ahh - se quejó - odio que Richard sea más maduro y consiente que nosotros.

Z: Siempre fue así, acepto que ni yo soy alguien maduro..pero si consiente.

A: Es mi primer día con ustedes y veo a Richard como un ejemplo.

J: Ya, ¿Por qué tantos elogios?

No hubo respuesta más que la risa de Richard haciendo a Joel bufar.

R: Ya, ya es hora de irnos - dijo aún riendo -

Z: Creo que subimos su ego - les susurró a los tres chicos que estaban a su lado -

A: Al parecer sí - dijo mirando a Richard -

R: ¡Ahí está! - señaló a unos metros de su posición -

J: Hora de tomar nuestros lugares - dijo, dispuesto a caminar como si fuese una persona importante -

Zabdiel sonrió ante la tontera del rizado mientras lo seguía por detrás junto a Richard, Erick y Agustín. Las miradas sobre ellos no faltaron, aquellas miradas seguían al quinteto en cada uno de sus pasos hasta que llegaron a la mesa de la "nerd".

X: Agh, no entiendo porque se sientan con ella - susurró para que solo su mesa la escuché -

D: Ellos son sus amigos desde la primaria - comentó Dylan observando a Karolina -

X: No entiendo como no se aburren de ella, es muy callada - comentó la amiga que comenzó aquella conversación -

K: Ya Melisa, es problema de ellos - dijo un poco fastidiada de que esas dos figuras femeninas hablen así de su ex mejor amiga a la que aún le tenia aprecio -

X: Melisa tiene razón Karolina, aún no puedo creer que ustedes hayan sido sus amigos.

D: Ya para Laura, a veces pienso que le tienes envidia a _____.

L: Por favor Dylan, no digas estupideces - comentó rodando los ojos -

Los amigos que estaban a una distancia prudente de aquella mesa observaban como susurraban cosas de ellos, pero simplemente decidieron ignorar la mesa de Laura para tener un receso agradable.

E: Si no se callan iré a golpearlos - refunfuñó y los demás simplemente sonrieron -

Entre tantas risas y momentos icónico de Agustín y Joel discutiendo, la campana de la institución se dejó escuchar haciendo que la mayoría tomé sus cosas y salieran rápidamente de la cafetería para ir a sus salones correspondientes. Todo lo contrario al sexteto porque ellos aún comían los brownies que Zabdiel había traído hace unos minutos.

E: Me gustaría comer más de estos - señaló con su dedo índice el brownie que tenía en manos - es condenadamente delicioso.

TN: Te pondrás feo y gordo - se burló - pero si te pones así, yo te acompañaré. Porque tienes razón, esto es condenadamente delicioso - sonrió mordiendo su brownie -

Antes de que alguien pueda hablar, uno de los supervisores de la universidad hizo aparición, los observó y luego comenzó a hablar.

X: Jóvenes, hace exactamente - observó su reloj - tres minutos que la campana sonó. No entiendo porque aún están aquí.

R: Supervisor Arriaga, solo han pasado tres minutos, recuerde que tenemos siete minutos más porque el chance de retraso es de diez minutos.

El supervisor asintió, el de piel morena tenía razón pero su deber era ese y ellos debían acatar.

X: No negaré que tiene razón joven, sin embargo, no los puedo dejar aquí. Es hora de ir a su aula.

E: Pero supervisor...

TN: Ahora mismo nos vamos, nuestro motivo de quedarnos ya se acabó así que es hora de irnos.

X: Gracias por comprender señorita Wilson - la menor sonrió y se despidió del supervisor -

TN: Más vale que levanten el trasero de sus sillas y comiencen a caminar - dijo mientras se levantaba para emprender camino hacia su aula -

A: Yo quería comer más brownies - hizo puchero -

J: Yo también quería, pero está claro que la señorita _____ Acata Órdenes Wilson Johnson no tiene los mismo planes - se quejó -

R: Ya cállense los dos, debemos...

E: Oh no - lo señaló - no hables, porque siempre dices cosas muy filósofas.

R: Decir que nos debemos lavar las manos antes de entrar al salón, no es nada de otro mundo Erick.

E: ¿Qué tienes contra mi? - se quejó y la pelinegra soltó la risa que se estaba aguantando - ¿Por qué te ríes?.

TN: Eres muy infantil Erick, si quieres una respuesta..yo te la doy, eres un poco insoportable a veces - sonrió viendo como el ojiverde fruncía el ceño -

Z: No, no y no, ya sé a dónde quieres llegar _____ y déjame decirte que no hay tiempo para eso. Nos lavamos las manos y nos vamos, rápido.

Los amigos sabían que esta vez Zabdiel tenía razón. No se podían arriesgar a que otra vez el supervisor vuelva y los reporte, no en el segundo día de clases.

Sin perder más tiempo se dignaron a irse a lavar las manos para luego ir a su aula, y cabe recalcar que llegaron a tiempo porque su profesor de matemáticas ya iba a cerrar la puerta.

Así como los demás, el sexteto ya quería que las horas escolares finalizaran. Pero no porque iban a salir juntos, ellos ya tenían planes desde la mañana; Erick, Zabdiel y Richard irían a comprarse ropa que necesitaban urgentemente porque según ellos sus clósets estaban "vacíos", Agustín simplemente iría a casa y finalmente _____ y Joel a almorzar.

A pesar de tener planes, eso no evitó que el sexteto quedara en ir al parque de diversiones al día siguiente. Y ese día iba a ser respetado, ninguno del grupo podría aceptar otra propuesta para aquella tarde.

Mi Padrastro // Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora