Flor encadenada

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-¿amnesia?- pregunte confundida, gire para ver de reojo a Adam pero no sirvió de nada, estaba igual de perdido que yo -quieres decir... ¿Qué no recuerdas nada?- cuestione.

Asia seguía flotando de un lado a otro sin darnos la cara y sin estar al nivel de nuestra altura, parecía que era una costumbre para ella.

-no es que no recuerde nada- explico mientras seguía flotando ahora de forma horizontal haciendo que su vestido y cabello se desbordara por los lados como si estuviera flotando en la superficie del agua -recuerdo muy bien mi vida... Pero no recuerdo mucho del día en que morí-

Y por primera vez en todo este lapso de tiempo, Adam hablo y no para decir alguna estupidez.

-¿qué es lo ultimo que recuerdas?- le preguntó.

El fantasma de la chica se detuvo, aun flotando de manera horizontal, justo donde los rayos alumbraban la habitación.

-sólo recuerdo estar sola completamente- retomo su posición vertical bajando desde tan alto a escasos centímetros del piso -estaba tocando ese piano- señalo el viejo instrumento junto a nosotros el cual miramos por un segundo para después regresar a  ella nuestra atención -luego de eso todo es borroso... Cuando desperté estaba sobre el piano... Pero muerta, ya era un fantasma- cerro sus ojos un momento haciendo el mayor esfuerzo por recordar algo pero parecía ser en vano -por eso estoy aquí... No importa que tan lejos valla, nunca podré estar en paz sin saber ¿Quién me asesino? estoy atada a este mundo hasta conocer la verdad-

Era un caso difícil, no había pistas, evidencia, un arma y tampoco sabíamos mucho de lo que había sucedido momentos antes del accidente, para empezar no sabíamos si realmente había sido un accidente o un acto previamente planificado en contra de la princesa Asia.

-Asia ¿Qué sucedió con tu cuerpo?- le pregunte. Di una mirada rápida por todo el lugar, no había rastros de un cadáver, talvez la ropa que llevaba o algo que hubiera quedado como evidencia de que alguna vez hubo un cuerpo en este lugar.

La princesa se acerco mas hacia mí mirando mis ojos fijamente. Por mas que quisiera no podría decir que color eran los de ella, su color pálido y translúcido con toques grises que  me hacían imposibles adivinar.

-mi cuerpo jamás fue encontrado- respondió -no se cuanto tiempo paso después de mi asesinato, pero cuando desperté ya era lo que soy ahora y mi cuerpo desapareció- su voz se iba apagando poco a poco -cuando trate de buscar a alguien el castillo había sido abandonado. Ni mi hermano ni los sirvientes estaban aquí- por un momento había olvidado que hablábamos con la hermana menor del actual rey de los vampiros.

La chica retrocedió con la cabeza baja comenzado a vagar por el resto del salón. Era deprimente el verla así, a pesar de no tenerla en carne y hueso, su actitud me hacia pensar que no merecía esto, ella no debía morir, y aun que ya no se puede cambiar el pasado, al menos debería poder disfrutar de la paz por que realmente la merecía.

-quiero ayudarte- hable sin pensar pues lo hacia desde el fondo de mi corazón -no se como pero voy a liberarte de este lugar-

Nuevamente la chica floto hasta mi con un semblante serio.

-alguien trato de ayudarme hace mucho tiempo y fallo...- parecía estar advirtiéndome que esto no seria fácil, y que aun podía retractarme antes de que colocara todas sus esperanzas en mí.

-yo no lo haré- respondí -no importa que me tome años, prometo que descubriré la verdad tras tu muerte- estaba decidida y ya no había marcha atrás.

Asia comenzó a flotar a mi alrededor analizándome detalle a detalle.

-esto es extraño... sabes... Me recuerdas un poco a esa persona- admitió -acepto que me ayudes. Pero al menos quiero saber el nombre de mi detective- pidió una vez que se detuvo frente a mí.

Respire profundo para armarme aun mas de valor.

-Iris Brethav- solté junto con el aire acumulado en mis pulmones.

Asia me miro fijamente para luego sonreírme con una alegría contagiosa.  Luego giro su cabeza hacia Adam, por el cual esperaba su respuesta.

-Adam Spring- hablo una vez que tuvo la atención total de Asia y mía.

Finalmente Asia cerro sus ojos por un momento, se elevo por enzima de nosotros para luego hablarnos nuevamente.

-Adam, Iris. Soy la princesa Asia Rosaleen Camus- se presento formalmente a nosotros. Cuando volvió a abrir los ojos comenzó a descender nuevamente a nuestra altura -sin embargo nunca me a gustado que me traten diferente por pertenecer a la familia real, y ya que técnicamente he perdido mi titulo al morir... pueden llamarme Asia-

Y ahí estaba otra vez su radiante sonrisa.

-y si te llamo América, o África, o...- Adam comenzó a decir sus estupideces, honestamente ya se había tardado demasiado en no decir algo como eso, ¿pero de verdad tenia que elegir este preciso momento para comenzar a hacerlo?. Antes de que siguiera hablando le di una mirada asesina, de esas que siempre le doy cuando se esta pasando de listo, rápidamente el dejo de hablar sandeces para aclarar su garganta -¿sabes qué? Asia esta bien- 

Inevitablemente Asia soltó una ligera risa, gracias al cielo no se había ofendido he incluso se estaba riendo de las ocurrencias de este torpe.

-si gustan pueden llamarme Sia- propuso el fantasma de la chica -mi madre, mi padre he incluso mi hermano solía llamarme de esa manera- 

Mi corazón se estrujo al ver en su rostro un rastro de tristeza y amor, ella realmente amaba a su familia y ahora era claro que la extrañaba.

-¿estas segura?- le pregunte.

-si, la verdad es que extraño que alguien me llame de esa manera. Bueno, en realidad extraño que la gente hable conmigo, así que si prefieren llamarme Sia esta bien- volvió a sonreír -me encanto hablar con ustedes pero se esta haciendo tarde y no quiero que se metan en problemas- agrego mientras miraba hacia el cielo que comenzaba a oscurecerse por la llegada de la bella noche.

-volveremos mañana para iniciar la investigación- dije segura mientras tomaba mis cosas al igual que Adam -hasta mañana Sia- me despedí.

-hasta mañana Iris, adiós Adam- nos hablo antes de flotar hacia unos estantes y desaparecer por completo, dejando el lugar completamente solo.

Aun no podía creer lo que había sucedido. Acababa de conocer nada mas y nada menos que  a la princesa de los vampiros, ella nos hablo sobre el porque aun estaba en este lugar y me había ofrecido para resolver el misterio detrás de su desaparición y posteriormente su muerte. Sabia que no seria fácil, pero como alguien alguna vez me dijo "si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría". Estoy lista para el reto y lo que esta por venir.

Rosas De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora