Capítulo 15

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Astrid

Me bajé del auto del tío Zack y observé mi casa. Las luces estaban apagadas, eso significaba que mi mamá estaba despierta, y era un problema.

Me di la vuelta y me despedí del tío Zack, también le agradecí de nuevo. Sostuve el sweater  con mis bragas dentro, y caminé hacia mi casa.

Di la vuelta, para llegar a la puerta trasera que siempre estaba abierta, y entré por ahí. Escuché el tarareo de mamá que provenía de la cocina y no me quedó más remedio que ir ahí.

En lo que me vió, sus brazos se posaron en jarra.

—Buenos días, Astrid.

—Buenos días, mamá—respondí por lo bajo.

—Estuvo mal lo que hiciste en la madrugada. ¿Irte así por así? ¡En la madrugada! ¡Pudo haberte pasado algo!

Mordí mi labio.

—Ángel me necesitaba, mamá...

Su rostro se queda en shock.

—¿Quién te trajo?

—Zack—le respondo.

Ella asiente.

—¿Qué quería Ángel de ti? ¿Qué te traes con él? Hija... puedes contarme lo que sea,¿lo sabes, no?—puedo notar la preocupación en su rostro.

Realmente se preocupa de que Ángel me haga daño.

—Estaba teniendo una crisis y sólo decía mi nombre, Leonardo me llamó, sólo eso, mamá—le explico—, Ángel sólo necesitan apoyo.

Ella asiente, pero no convencida. Aún en su rostro puedo ver su preocupación.

—Ve a bañarte, hueles espantoso—manda y asiento, dirigiéndome a mi habitación.

***

—Joder Sel,¿qué más me perdí?

Seguí observando y pasando de página su cuaderno.

Al final, sí fuí  a clases. Mamá me dijo que al menos no perdiera las otras clases y bueno  tenía razón. En las primeras dos horas dieron un montón de apuntes los cuales tengo que anotar.

—Hasta ahora, ya nada—suelta y siento alivio—, oye, que no me has dicho porqué llegaste tarde—farfulla y me siento a su lado en forma de indio.

—Me quedé dormida—respondo simple encogiendo un hombro.

—Eso no suena muy convincente, Astrid—señala y frunce su ceño—. En poquito tiempo he podido saber leerte. Sé cuando mientes.

Es mi turno de fruncir el ceño.

—Estuve con Ángel—termino por decir. Selina alza sus cejas en sorpresa.

—¿Y haciendo qué? No me digas que...

—¡No!—exclamo rápidamente sabiendo qué pasaba por su cabeza. No quería recordarlo pero fue muy tarde, joder—, tenía una crisis y me necesitaba, es todo—terminé.

—Vale—tiene sus ojos entre cerrados a mi dirección.

Nos quedamos en silencio por minutos. Yo me limité a observar el campus, a los muchachos  jugando y a pasear mi mirada por encima en busca de Ángel.

Cuando lo encuentro, no puedo evitar sentir aquellas mariposas inútiles revolotear dentro de mi estómago. Ángel tiene cara de fastidio, es notable, como siempre. Pero hoy se ve más fatigado.

Noto un movimiento extraño que capta por completo mi atención, y cuando observo, no era un movimiento, sino un  pequeño flash. Que provenía más abajo de los asientos donde estoy yo. Es un chico, y le ha tomado una fotografía a Ángel.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2020 ⏰

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El secreto de Ángel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora