Al día siguiente John y Ked van al castillo en dónde el anciano les había dicho que vayan, ellos se visten con las prendas que los sirvientes les proporcionaron, un Jubon de ante largo negro, un pantalón bombacho y un par de Zapatas del mísmo color.
Una vez que ambos se habían puesto sus prendas, dos sirvientes del anciano los guiaron al castillo. Cuándo llegan los dos ven que el anciano los estaba esperando frente a la inmensa puerta del enorme castillo.
—¡Entren! Ahí los están esperando —dijo el anciano con un tono extremadamente sério.
Los dos jovenes solo asintieron la cabeza y siguieron al viejo...
Al entrar, lo primero que se percató John fue del trono, ya que el trono era un tronco muy bien conservado, luego de la alfombra roja con diseño floral color dorado que hacía como camino hasta el trono dónde se encontraba el rey, el mísmo que intentó capturarlos cuando llegaron a la Ciudad.Los jovenes fueron caminando hasta quedarse a unos metros del trono y mirando al rey. El rey se pone de pie y en ese momento todos los elfos que se encontraban en la sala se agachan colocándose de rodillas mostrando sus respetos, el cual Ked lo imita y avisa a John lo que tenía que hacer.
—¡Yo Kendriklaim, Rey de la ciudad guerrera de Elfheim la tercera ciudad de la triada Élfica, ofrezco mi más sinceras disculpas al joven príncipe Ezequiel y espero que este altercado sea una oportunidad para ser amigos!. —dice el rey con un poco de nerviosismo en sus palabras.
—Ya, ya, no me importa. —respondía Ked moviendo la palma de su mano derecha.
—Si-si el príncipe no tiene nada que decir proseguiremos.
—Está bien, pero rápido porque quiero ir a entrenar. —contestaba Ked.
—Antes que nada, yo y todos los oyentes en esta sala quisieran saber ¿Como llegaron a parar en nuestra zona del bosque Cuantioso? —preguntaba el rey mientras los elfos que se encontraban escuchando chismeaban en silencio.
—*suspiro* Yo me encontraba escapando del ejercito del Norte y me topé con John, en ese momento caí desplomado del cansancio y el me recongio, me dio primeros auxilios hasta que despertara. —contestaba Ked ante la pregunta del rey.
—¡¡¡Mentiroso!!! -gritó uno de los elfos de la salá. —El Reino del norte había desaparecido hace 500 años.
—¡Silencio! El principe no inventaría tal cosa. —respondía el rey.
—¡...!
—¿Y tú joven? ¿Cómo llegaste hasta el príncipe?
—E... Esto..., mi aldea fue atacada, asesinaron a todos mis amigos y familiares...
—¿Quiénes? -exclamó el rey.
—El ejército del Norte... —decía John mientras recuerdos muy turbios pasaban por su mente.
—Bueno... Puedo suponer el desenlace, así que no diré más. Ustedes dos, desde hoy y durante 2 años serán de la familia real, vivirán en los aposentos de mi padre y serán sus discípulos. —decía el rey causando el asombro de todos los elfos de la sala.
El rey mueve las manos llamando a los dos sirvientes que les habían guiado a John y a Ked a llegar hasta el castillo.
—Estos dos sirvientes serán de ustedes, solo recibirán órdenes de mi padre, y de los dos jovenes. —al decir esto, todos los elfos asintieron la cabeza aceptando las palabras.
—Desde hoy, quiero el triple de seguridad por la ciudad, cualquier acto sospechoso irá a enjuiciamiento y también se turnaran todos los soldados para fortalecerse. Tiempos obscuros se acercan señores, debemos estár preparados para lo que se viene.
Al terminar esas palabras todos los elfos del lugar se apresuraron en ir hasta sus lugares de trabajo en la ciudad y avisar a todos sobre las palabras del rey, mientras Ked y John volvían a sus cuartos con sus sirvientes.
—John... Llevamos juntos unos días e incluso supiste que soy de la realeza, ¿Por qué me tratas como todos los demás? —Decía Ked mientras caminaba en dirección a sus habitaciones y miraba de reojos a un John pensativo.
—¿Eh? Pues... Porque símplemente no me importa... Además no entiendo todo eso.
Cuándo John terminó sus palabras, Ked quedó inmóvil, muy sorprendido y con unas lágrimas recordó a la última persona que le había contestado de esa manera, aquélla persona que murió en sus brazos.
—¿Eh...? ¿Pasa algo joven señor? -preguntaba la sirvienta.
—Esto... No pasa nada, solo recordé algo y ya. —contesta mientras retoma la caminata.
Todos quedan en silencio durante unos pasos, cuándo John rompió el silencio preguntando:
—Ked... ¿Quiénes eran los del Norte? ¿Y por qué todos les tienen miedo?Ked lansando un suspiro y mirando a John contesta.
—No se mucho, pero se que eran una de las más grandes potencias del mundo hace muchos años, dominó todo el continente y causo que muchos reinos se alien en su contra, ya que se dice que eran unos tiranos y abusaban de sus poderes como potencia. Luego estalló la 2da guerra continental y ellos desaparecieron en un ataque...
—Pero se dice que levantaron un muro hacia los confines helados del mundo, hecha de magia antigua y maldiciones, los aventureros dicen que alcansa los 10km de alto y es llamado "El Fín del Mundo" -dice el segundo sirviente, interrumpiendo a Ked.
—Perdonelo joven señor, el es un idiota que no sabe su lugar. —decía nerviosa la otra sirvienta.
—E-Eh, tranquila, no me importa... —contesta Ked.
—¿Es eso así eh? ¿Por qué harán todo esto? —pregunta John al pensar profundamente sobre el tema.
—No lo sé, paro lo que si se es que nos enfrentamos a algo inmensamente grande. —contesta Ked.
Luego de unos segundos de silencio, Ked dice:
—Hagámonos fuertes juntos John ¿Que dices?
—Si... Y demostremos a esos bastardos que no debieron meterse con nosotros.
Los dos sonríen chocando los puños mientras caminaban en dirección a sus habitaciones.
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Ice And Fire
FantasíaLa vida es dura... Un dia estás bién y la otra estás mal, nada está decidido... Los seres humanos son frágiles, en un abrir y cerrar de ojos ya perdiste a todos. ¿La muerte? Al estár rodeado de ella... le pierdes el respeto. Esta es la história...