Thank u, next| ❝Scorpius Malfoy se ha enamorado cuatro veces. Alice Longbottom, la rubia de oro, Rose Granger, la chica en llamas, siempre sedienta por amor, Albus Potter, su mejor amigo, el chico de sus sueños y Lily Potter, su ángel pelirrojo. Des...
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30 de enero de 2025
Ese día, la Madriguera estaba llena de gente. Se trataba de una de esas reuniones familiares tan importantes, que incluso habían conseguido que los sacaran de Hogwarts durante unas horas para asistir. Una boda. Hacía años que en casa de los Weasley no se celebraba un evento como aquel, desde que Harry y Ginny se casaron, meses después de que lo hicieran Ron y Hermione. Por eso, la matriarca de los Weasley, que ya tenía sus años, no paraba de dar ordenes a cualquiera que se encontrara. "Louis, cariño, deja las flores en la entrada". "¡Ronald, he dicho que quiero la alfombra en su sitio habitual!" "¿Puedes hacerme un favor y comprobar que la comida está en su sitio, James?". Parecía que, tanto adultos como adolescentes, no soportaban más estar cerca de la mujer, así que cada vez que veían su vestido de lunares aparecer por la esquina, se escondían.
Scorpius, siendo sincero, se sentía fuera de lugar. Incluso antes de salir con Rose había asistido a varias reuniones familiares, pero eso era algo más importante, una boda. Tenía la sensación de que no debía estar allí, de que era un intruso. Rose había intentado tranquilizarlo diciéndole que ese pensamiento eran los nervios, que todos lo querían allí y que lo apreciaran. A pesar de las palabras de su novia, el rubio no se sentía seguro, ya que ella, en el mismo momento que había vislumbrado a Lucy, una de sus primas, lo había dejado abandonado en medio de la celebración. Scorpius, durante la última media hora, se había dedicado a pasear por el jardín, ayudar a Bill Weasley a colocar la carpa, y a felicitar a los novios. Teddy se había alegrado de verlo, ya que, teniendo en cuenta que eran familia lejana, ambos mantenían una relación bastante estrecha. Habían estado hablando durante unos minutos, después el chico había ido a ver como se encontraba la madre de su novia, Fleur, y había dejado al Malfoy otra vez solo. Así que Scorpius decidió sentarse debajo de un árbol, sintiendo la dulce brisa acariciar su rostro, esperando a que alguien se percatara de su presencia (quizás su novia) y viniera a rescatarlo del aburrimiento en el que estaba sometido
—¿Qué haces?
Parecía que Merlín había escuchado sus plegarias. El rubio levantó la vista del suelo, encontrándose con una pelirroja de ojos avellana mirándolo con curiosidad. Llevaba un vestido blanco que la favorecía, y un lazo amarillo ligado en el pelo. Sonreía, como si no conociera el significado de tristeza. Además, tenía las mejillas teñidas de un color rojizo como la sangre más pura. Era Lily Potter.
—No lo sé —suspiró Scorpius—. Rose se ha ido y llevo media hora vagando por aquí. ¿Y tú?
La chica se sentó a su lado.
—Tampoco lo sé —respondió, aún conservando esa sonrisa en el rostro—. Estaba con Hugo, pero, simplemente, ha desaparecido.
Scorpius soltó una suave risa. Los dos jóvenes se quedaron observando el cielo (ese día más azul de lo habitual), cada uno sumergido en sus pensamientos. Esa misma mañana el rubio se había puesto su mejor traje, con la esperanza de que su novia le hiciera algún cumplido. Pero ni siquiera lo había mencionado. Claro, ¿cómo representaba que tenía que darse cuenta de su traje? Había sido un idiota.
