5 de agosto de 2025
—Deberías comprártelo, te queda muy bien.
Scorpius soltó una carcajada al ver como el rostro de su novio enrojecía. Definitivamente, a Albus no le gustaban los cumplidos. La señora de la tienda los miró de reojo y negó con la cabeza, empezando a perder la paciencia. Era una mujer que tenía unos cincuenta y llevaba unas gafas de montura redonda. El rubio se había dado cuenta de que llevaba media hora observándolos con desconfianza, desde el mismo momento en el que habían entrado por la puerta. Al principio, su mirada lo había incomodado, pero a medida que pasaban los minutos se había olvidado que la dependienta estaba allí.
—No pienso comprarme esto —dijo Albus, mientras seguía mirando su figura en el espejo—. Me queda demasiado grande, ¿no lo ves?
Su novio se encogió de hombros, ladeó la cabeza con los ojos entrecerrados y, finalmente, negó.
—Te queda adorable —sentenció, provocando que el azabache bajara la mirada hacia el suelo.
—No lo sé.
Albus se giró, observando como quedaba todo su cuerpo en esa prenda. Era de un color lila un poco inusual, ya que llamaba bastante la atención. Además, la tela estaba cubierta por brillantes de un color azulado. No le convencía. Es decir, le gustaba, de verdad lo hacía, pero no era su estilo. Era el estilo de Scorpius. Quizás por eso el rubio lo miraba de esa manera tan especial. Albus no solía llevar prendas demasiado llamativas, ya que desde pequeño su padre le había enseñado que era mejor pasar desapercibido. Sonrió para sí mismo, sin saber qué hacer. Se había pasado toda la vida obedeciendo los deseos de sus padres, se podía considerar que era un buen chico. Incluso había dejado que su madre lo acompañara a comprar ropa y aprobara su vestimenta. Entonces, ¿realmente él, Albus Potter, tenía estilo propio? ¿O solo usaba lo más políticamente correcto?
—Está bien —suspiró el azabache—. Creo que me la compraré.
Scorpius casi saltó de la emoción. Adoraba ver a su novio con esa prenda, y lo adoraba a él. También se había dado cuenta de que, últimamente, Albus se sentía más libre. Había dejado de importarle tanto lo que los otros pensaran de él, y se había preocupado más de vivir.
La pareja se dirigió hasta el mostrador, donde la señora los seguía fulminando con la mirada, y entregaron la prenda.
—¿Solo esto? —preguntó la mujer, ajustándose las gafas. Los dos chicos asintieron—. De acuerdo.
La señora soltó un gruñido, frustrada, y Scorpius no pudo evitar soltar una pequeña risa, que disimuló tosiendo. Albus sonrió y le golpeó con el codo. El rubio lo miró indignado, como si el golpe le hubiera dolido, lo que hizo que, esa vez, su novio riera.
La mujer negó con la cabeza, provocando que la pareja parara de reír.
Pagaron y salieron de la tienda lo más rápido posible, asustados por la poca amabilidad de esa señora. Cuando se encontraron en el exterior, ambos estallaron en carcajadas. Desde que había empezado a salir, hacía algunos meses, no paraban de vivir experiencias como aquella, en la que ninguno de los dos podía aguantar la risa. Scorpius miró durante unos segundos a su novio y le ofreció una mano que el azabache aceptó.
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Thank u, next | Scorpius Malfoy
FanficThank u, next| ❝Scorpius Malfoy se ha enamorado cuatro veces. Alice Longbottom, la rubia de oro, Rose Granger, la chica en llamas, siempre sedienta por amor, Albus Potter, su mejor amigo, el chico de sus sueños y Lily Potter, su ángel pelirrojo. Des...