3.1 rumores

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6 de marzo de 2025

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6 de marzo de 2025

Scorpius despertó con unos golpes en la puerta que, a medida que pasaba el tiempo, iban sonando más y más fuertes. Al principió pensó que se trataba de un sueño, quizás una pesadilla, así que no le dio la más mínima importancia. Cerró con más fuerza los ojos, apretó los labios y siguió durmiendo como si nada. Al cabo de unos minutos, se dio cuenta de que los golpes pertenecían a la realidad y que, por su intensidad, no pertenecían a los su padre. Suspiró y se tapó las orejas con el cojín, intentando ignorarlo. En ese momento lo que menos le apetecía era hablar con alguien. Esa noche no había dormido demasiado bien. Los pensamientos se acumulaban en su mente, manteniendo al rubio despierto hasta altas horas de la madrugada.
Pero, aunque había hecho su mejor esfuerzo para ignorar los golpes, ellos seguían y seguían. Finalmente, y con un gruñido, se levantó y abrió la puerta.

—Llevo media hora llamando, Scorpius. ¡Media hora!

Lily Potter entró corriendo en la habitación, como si temiera que en cualquier momento el chico pudiese arrepentirse de su decisión de dejarla pasar. Llevaba un suéter de lana azul y unos pantalones de campana que iban a juego. Su pelo pelirrojo como las llamas de un fuego crepitante estaba sujetado en dos trenzas. Llevaba una mochila negra colgando de su hombro. Además, tenía las mejillas sonrojadas, como si hubiera llegando corriendo hasta su casa, y no sonreía, parecía preocupada.

—¿Qué pasa, Lily? —Scorpius se restregó los ojos con pereza, maldiciendo a su amiga.

La pelirroja se sentó en la cama del rubio y lo miró con desaprobación. En sus ojos veía al heredero de los Malfoy con el pelo alborotado, los ojos hinchados y el pijama aún puesto. Suspiró, como si se estuviera armando de paciencia.

—Ha ocurrido algo —dijo al fin, mirando a los ojos a Scorpius.

El chico, al oír esas palabras, inspiró profundamente.

—¿Están todos bien? —preguntó, preocupado—. ¿Albus está bien? ¿Tú estás bien? ¿Tus padres?

Lily negó con la cabeza y sonrió para tranquilizarlo.

—Todos estamos bien, no te preocupes —respondió la pelirroja.

Scorpius suspiró con alivio y se llevó una mano al pecho. Sentía como el corazón le latía a una velocidad nada habitual en él, y notaba como la respiración se le había acelerado. Un día me van a matar pensó.

—Pero sí que tenemos una especie de problema —susurró Lily.

Entonces, y ante la antena mirada del rubio, la chica rebuscó en su mochila hasta sacar un ejemplar de Corazón de bruja de esa misma mañana. Lo observó durante unos segundos y, finalmente, se lo pasó a su amigo. Este lo cogió con extrañeza, sin tan siquiera mirar la hoja, demasiado sorprendido.

—Lily, ¿me has despertado para que me enterara de los últimos cotilleos?

La chica negó con la cabeza, enfadada. Había veces que hasta ella perdía la paciencia, y ese era uno de esos momentos.

Thank u, next | Scorpius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora