Me pisé los cordones que se habían desatado en algún momento del día, lo que hizo que cayera sobre Theo y le diera un cabezazo en la frente. Me separé de él sentándome a su lado, nos miramos y reímos mientras le dije:
- Uy, perdona, a veces soy muy torpe –dije mientras me tocaba la frente.
- Nah, no es nada, no te preocupes –me contestó riendo.
Tras eso, fui a atarme los cordones y al parecer pensamos igual porque él también fue a hacerlo lo que provocó que nos volviéramos a chocar. Empezamos a reírnos y Theo se agachó de nuevo para atarme los cordones, no se lo impedí. Cuando me di cuenta lo estaba mirando fijamente, no pensaba en nada simplemente observaba su pelo lacio, sus ojos achinados por la risa de antes, sus largas pestañas, y su sonrisa.
- Ejem... -carraspeó Theo.
Al ver que me estaba mirando, rápidamente desvié la mirada hacia las zapatillas, comencé a ponerme roja porque se había dado cuenta de que lo había estado mirando.
- El viaje está a punto de terminar, deberíamos ir llamando a Rachel para volver a casa –dije con timidez.
Bajamos de la atracción y vimos a Rachel acercándose hacia nosotros, Louis se acababa de marchar y nos tocaba volver a casa.
En el metro, me senté al lado de Theo, porque Rachel estaba hablando por teléfono y el metro aunque eran las nueve de la noche, iba bastante lleno. En el fondo del vagón había un grupo de chicas adolescentes un poco bebidas, estaban riendo y gritando cosas sin sentido.
- ¿Oye, sabéis que los peces no se ahogan? –dijo una de las chicas mientras las otras se partían de risa.
Miré a Theo y vi que estaba hablando con Albert por mensajes, sin querer ví mi nombre y no pude evitar leer, estaban hablando sobre la cena que Albert nos había prometido, Albert le preguntó algo sobre mí y Theo se giró para mirarme pero tuve reflejos y aparte la mirada de su pantalla antes de que se diera cuenta, pero no me dio tiempo a leer ese mensaje.
- Lo siento, estaba hablando con Albert sobre la cena que nos debe y te he dejado un poco de lado –dijo un poco inquieto.
- No pasa nada, con las chicas de al lado voy entretenida –dije guiñándole el ojo.
- Hemos quedado mañana en su casa para cenar, ¿a qué hora te vendría bien?
- Pues creo que mañana por la noche sobre las ocho y media estaré libre así que perfecto, por la mañana tengo que ayudar a mi padrastro porque estamos cambiando la habitación de Rachel, por la tarde debo pasarme por el instituto y después iré a ver a Chloe y Jess que vuelven de vacaciones.
- Espero que no te moleste esto pero... ¿qué hay de tu padre biológico?
Lo miré sorprendida ya que no me esperaba que me fuera a preguntar eso, nunca hablaba sobre este tema porque me resultaba extraño.
- Él dejó a mi madre antes de que yo naciera, solo sé que se llama Rubén y que vivía en España pero se mudó con la chica que conoció a otro país –contesté –No lo considero mi padre, para mí Adam es mi padre, me ha cuidado desde que era chiquitita como Rachel, siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado y me ha querido como si fuera su hija, creo que eso es lo más importante.
- Estoy totalmente de acuerdo contigo –dijo tocándome el hombro.
- No me molesta hablar de estos temas, a veces es necesario soltar lo que piensas –le dije mientras sonreía.
Llegamos al barrio, nos paramos en casa de Theo y todos intercambiamos nuestros números de teléfono para crear un grupo para quedar y hablar por ahí.