¡Hola, hola! ¡Soy Homicidal_Bloody un gusto conocerte!
Aquí podrás encontrar muchas cosas pero no un cliché, eso te lo aseguro. Con una mente dispersa como yo, no es necesario usar lo típico que ves para tener comentarios y leídas.
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— - 🍨 Contrastes.
La oscuridad de la noche era demasiado densa, debido a las pocas luces que habían alrededor de aquella zona. En medio de la nada y el monte, repletos de montañas con caminos de tierra atravesándoles, la luna estaba cubierta detrás de las nubes blancas que pasaban sobre las cabezas y la ciudad, dejando solamente su luz traspasar con mucha dificultad.
Detrás de un descuidado arbusto junto a una planta estaba Nadando, apoyado sobre el suelo con el francotirador pesado vistiendo de negro, como le es costumbre desde que es parte de aquella mafia. Observaba atentamente desde la mirilla a las personas que estaba realizando los intercambios en el camino polvoriento del norte, donde Xiaomi junto a Macaco y Ego estaban haciendo el intercambio de semillas de droga con unos integrantes de una organización criminal, quienes ayudaban con la cajas colocándolas en la camioneta negra con prisa, así acabar más rápido por si algo llegara a suceder algo imprevisto.
El quejido adolorido de alguien con la boca cubierta se oyó a espaldas de Nadando, y este ante la sorpresa y el susto se volteó sobre sí mismo encontrándose con el cuerpo de su compañera vestida con un uniforme igual al suyo pero de color blanco polar, sin aquel sombrero de pescador característico que suele llevar. Al suelo a un lado de ella caía un cuerpo sobre el césped, y ella portaba una navaja en su mano derecha.
—De nada. —le dijo, mientras sacaba un pañuelo blanco del bolsillo derecho al costado de su pierna con el cual limpiar la sangre que había quedado en la hoja metálica.—Xiaomi, acaba rápido. Un sujeto quiso matar a Nadando.
—¿Qué? No joda' —se oyó la voz del chino desde la radio.—A tomal pol culo, 'tonce. Que os follen.
Nadando le observó desde su posición en el suelo, aún desconcertado con el francotirador apoyado sobre su trípode frente a él, posicionado de forma que le dejase ver perfectamente a zona. Pestañó un par de veces antes de ver como su compañera, el cual su apodo era Neith. Una Diosa Egipcia que simbolizaba la guerra y la caza, luego se la llamó creadora de los dioses y hombres, como también creadora de la mitología egipcia. A Sam le gustaba mucho aquella diosa por lo que simbolizaba, de pequeña su madre le leía libros de mitologías.
Nadando suspiró, tragándose consigo la imagen mental y divina de ella a unos cuantos pasos secando con parsimonia su cuchillo favorito con un pañuelo, viendo el color carmesí que quedaba en el mismo. Ella llevaba sobre su cara un antifaz blanco con los labios pintados de negro, su cabello estaba amarrado en una gran coleta alta. Rubio con tonalidades marrones debido la pintura que salía de su cabello con los lavados. Los ojos amarillos almendrados le observaban en silencio y la misma tranquilidad. Mientras que él, dentro de sí mismo estaba teniendo una increíble batalla de pensamientos y sensaciones.
Se volteó sobre su cuerpo nuevamente, posicionando su ojo derecho sobre la mirilla para observar a través de la misma. Notando los cuerpos de sus compañeros y los otros movilizando las cajas con las semillas desde el helicóptero aparcado hacia la camioneta lo más rápido que podían. Sintió las pisadas pausadas de la chica acercarse hacia él, se detuvo justo a su lado. Se agachó flexionando las rodillas, quedando de cuclillas a su lado. Observando en silencio a sus amigos, mientras Nadando supervisaba la zona con el francotirador.
