¡Hola, hola! ¡Soy Homicidal_Bloody un gusto conocerte!
Aquí podrás encontrar muchas cosas pero no un cliché, eso te lo aseguro. Con una mente dispersa como yo, no es necesario usar lo típico que ves para tener comentarios y leídas.
. . . aquí podrás...
La noche estrellada era silenciada con el molesto viento fuerte que golpeaba la ciudad. Los pequeños puntos blancos colgados dispersos por el cielo lentamente se perdían detrás de las nubes densas que se movían con brusquedad sobre el manto negro sobre las cabezas de los ciudadanos de la ciudad. Se podía escuchar con facilidad el zumbido del viento inmiscuirse entre las personas y los objetos materiales a la intemperie.
El pequeño grupo de cuatro personas entraron a su nueva sede, corriendo con prisa y adrenalina en sus venas. Dos de ellos llevaban unos grandes bolsos de tela repletos y cargados que, a simple vista, tenían un peso considerable. Los otros dos restantes llevaban armas largas entre sus manos.
—¡Lápido Falete, mueve el culo gilipollas! —espetó Chino exasperado con el bolso colgado de su espalda, corriendo hacia la puerta trasera de la casa para dejar el nuevo botín que habían conseguido del reciente atraco que habían hecho al Banco Central, saliendo milagrosamente intactos de aquello.
Se detuvo en seco al notar una figura entre la oscuridad, apoyada en el barandal que tenía las perfectas vistas de los edificios de la ciudad. Tonet quien venía detrás de él se detuvo igual, como si sus pies se estancaran en el suelo. Quedando estático al igual que su compañero a su lado con la máscara de duende navideño en la cara y el uniforme característico de la mafia (pantalones negro de carga, camisa blanca de botones, chaleco antibalas).
Xiaomi sacó el arma que tenía en el cinturón de su cadera, apuntando directamente hacia la persona misteriosa en la oscuridad. Que poseía una posición demasiado relajada para estar en un sitio como aquel, siendo la sede de una mafia y sabiendo también que habían dos personas en el sitio donde uno estaba apuntándole con el arma, caminando a pasos seguros y sigilosos hacia la figura extraña y desconocida.
—Chicos, hay alguien en la parte trasera. —avisó Tonet por el radio, murmurando mientras veía a su compañero avanzar hacia la oscuridad donde las farolas de la casa no llegaban a iluminar.
—¿Qué dices? —contestó incrédulo Nadando, no creyendo de todo lo que su reciente reclutado estaba diciéndoles.—Voy para allá.
—Chino, ¿Qué haces? —cuestionó Gringo en la oscuridad, y este se exaltó. Caminó un par de pasos hacia él, despegando su cuerpo del barandal hasta que su cuerpo fue iluminado por las luces de la casa.
—Me cago en puta, Glingo. —espetó Chino enfadado, dejando de apuntarle hasta guardar su arma en el mismo sitio de siempre.—Me cagué y to'.
Gringo se rio ante la exageración del chino a su frente, quitando el bolso que colgaba de su espalda para tomarlo en brazos. Pues ya comenzaba a pesarle demasiado y le dolía por completo la espalda debido al peso.
