¡Hola, hola! ¡Soy Homicidal_Bloody un gusto conocerte!
Aquí podrás encontrar muchas cosas pero no un cliché, eso te lo aseguro. Con una mente dispersa como yo, no es necesario usar lo típico que ves para tener comentarios y leídas.
. . . aquí podrás...
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- — 🍨 la manzana de Eris.
Carcajeó con fuerza ante lo que acababa de decir Macaco, él la miraba gracioso de la misma forma. La risa se veía apaciguada ante la cantidad de personas dentro del taller de su medio hermano y también, por los sonidos de los coches y metales dentro. Hoy era un día importante por lo tanto el movimiento en el taller del Sur era mayor al habitual. Pues hoy, se hacía por fin la carrera de vehículos anuales.
Muchas bandas de la ciudad y mafias de los alrededores se reunían en un sólo punto para competir con sus majestuosos autos tuneados por completo.
Reven se sujetó el estómago de la risa que estaba teniendo y por aquello estuvo a nada de caer al suelo hacia un costado, estaba apoyada contra su coche recién lavado y revisado. Tomando la sombra al frente de las puertas metálicas del taller, observando quienes entraban y salían de allí.
Secó las pocas lágrimas que escaparon de sus ojos para observar a Macaco a punto de escupir una carcajada similar a ella. Realmente pareciera como si le hubiesen contado el mejor chiste de su vida y que por ello, no podía parar de reír.
—¿Un madero?
—Sí.
—¿Va a entrar a la carrera?
—Sí.
—Ilegal.
—Sí.
—Jódeme.
—Si quieres. —volvió a responder y rió con ella para después tomar asiento a su lado, sacando un cigarrillo y encendedor de sus bolsillos traseros.—De verdad te lo digo, un madero quiere entrar. Si no es que son dos.
—Es que no me lo creo. —giró la mirada hacia el pelirrojo viendo como exhalaba aire por la boca.—Con la cantidad de bandas y mafias reunidas quiere entrar a una carrera ilegal. No lo sé, me huele muy raro.
—Sí, no sé que puta marca es esta pero es asquerosa. —habló Macaco mirando la caja de cigarros observando su marca mientras hacía una cara de disgusto.
—Me refiero a los maderos, idiota. —le dijo y empujó con su hombro.
Luego desvió la hacia su medio hermano quien acababa de salir del taller mientras se limpiaba las manos con un andrajoso y viejo trapo engrasado. Frunció el ceño en tanto sus ojos captaron a un sujeto vestido con un traje negro, resaltando con demasía entre las personas a su alrededor como también del entorno. Macaco soltó el cigarro con su pie derecho para después lanzar como si fuese una pelota de béisbol la caja de cigarros, farfullando insultos sobre lo asqueroso que era su sabor.
Varias personas también se llevó su atención, quienes estaban alrededor del sujeto de traje negro. Observando en silencio quién era aquel tipo que parecía llegar de Nueva York y tenía millones de empresas en su nombre, y que era un tipo exitoso.
