𝐌𝐀𝐍𝐋𝐀𝐍𝐃 |༶| J.JK

જ➤ O7「❀」

── 「❀」 ──

Abrí los ojos sintiendo mi cabeza quemar, me dolía muchísimo y no tardé en llevar una mano a mi frente sintiendo un calor frío recorrerme.

Observé mi entorno con una mueca en los labios ante mi mal estado. Estaba en la misma sala desordenada de aquel humano gruñón, me había quedado dormida y no sabía por cuánto tiempo. Llevé mi vista hacía la pastilla que Seokjin había dejado para mí, y recordé sus claras instrucciones de tomármela pasándola con agua.

Tal vez así podría sentirme mejor.

Me reincorpore y tomé la pastilla para luego, con un poco de dificultad, levantarme del sofá para dirigirme a dónde tal vez haya agua.

Pero tan pronto como pensé que podría acostumbrarme fácilmente a mi nuevo cuerpo, mis pies se enredaron en lo que parecía ser la ropa que estaba en el suelo de aquel humano. Pero agradecí inmensamente ese reflejo que surgió de mi al momento en que pensé que caería, pues, mis manos habían encontrado sostenerse de la pared de enfrente.

Suspiré pesadamente sintiendo mi corazón acelerado, tal vez por el miedo de haberme lastimado, y olvidando el reciente suceso me dirigí a paso torpe a lo que parecía ser la cocina, antes mencionada por aquellos dos humanos.

Esta parecía estar más limpia y en orden que la sala, lo que me hizo pensar que no era un lugar tan usado por el humano gruñón.

Toda mi atención se concentró en un objeto plateado, alargado y brillante, de forma en curvada que expulsaba gotas de agua a un ritmo lento que ocacionaba un pequeño impacto contra el metal.

Allí debía haber agua.

Pero antes de pensar si quiera en como sacar el agua de aquel objeto extraño, escuché el sonido de la puerta principal siendo abierta y seguido de eso muchas voces en murmullos que ingresaban a la casa.

Desde mi posición podía asomarme a la puerta principal, observando a cinco humanos de apariencia más joven que Jungkook o Seokjin.

── Apresúrate de encontrar la coca antes de que el amargado regrese ── escuché la voz de uno.

Entonces aquello me hace entender que aquellos eran intrusos, y no tenían idea de que yo estaba allí.

De inmediato reaccioné y corrí fuera de la cocina dirigiéndome a la sala.

Pero no conté con que mis pies se volvieran a enredar con la ropa esparcida en el piso. Esta vez no hubo nada de donde sostenerme y caí estrepitosamente al piso, soltando la pastilla de mi mano al tiempo en que soltaba un quejido de dolor.

── ¿Quién está allí? ── escuché la voz de uno de los intrusos e inmediatamente el miedo me recorrió.

Me deslicé por el suelo intentando llegar tras el sofá para ocultarme, oyendo los pasos apresurados que se acercaban cada vez más. Al llegar tras el sofá me hice bolita en el lugar, temblando y no sabía si de miedo o de un frío que sentía apoderarse de mi cuerpo.

── ¿Dónde está? Creí haber escuchado a alguien ── escuché que dijo uno de aquellos humanos.

Me abracé a mi misma con fuerza cuando sentí sus pisadas por todo el lugar de la desordenada sala.

── ¡Soobin, ve a buscar lo que escondiste que yo me encargo de ésto! ── me sobresalté ante la exclamación de uno de ellos, temblando levemente.

Entonces escuché sus pasos en todo el lugar, hablaban entre ellos pero yo había dejado de prestarles atención, concentrándome inevitablemente en el dolor de cabeza y en el frío que se apoderaba de mí. Me sentía tan mal que sólo quería cerrar los ojos y no abrirlos más.