જ➤ O4「❀」

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[Narrador 3era persona]

── 「❀」 ──

El cielo nocturno comenzó a iluminarse mientras la lluvia seguía cayendo cuán torrente. Los animales del campo corrían buscando refugio de la fuerte tempestad, los árboles se mecían violentamente tras las ráfagas de viento que los azotaba.

Jeon Jungkook intentaba dormir sintiendo un frío sudor en su frente, y con el ceño fruncido y los ojos cerrados buscaba algo de paz en su sueño.

Seokjin en la sala de su casa dormía profundamente con la boca entre abierta sobre la pequeña mesa de centro, en dónde todas sus hojas de estudio y libros se hallaban esparcidos.

Pero nadie era espectante del milagro que los cielos le regalaban esa noche a la humanidad:

Del feroz e iluminado cielo una gota de luz cayó entre tantas gotas de agua. Aquella gotita de luz cayó sobre una hermosa flor en medio del campo, haciendo que esta se iluminara por completo y llevará a cabo el milagro que los dioses habían enviado a la tierra.

Y aquella flor se convirtió en un humano terrestre.

Pero no cualquier humano.

Sus piel tan suave y delicada como el pétalo de una flor, su largo cabello negro tan fuerte como las raíces de la misma, y sus ojos tan brillantes y de largas pestañas que se abrieron a la par.

Aquella flor se había convertido en un humano.

O mejor dicho, en una humana.

Miró a su alrededor confundida, preguntándose dónde estaba.

Entonces miró su desnudez y se asustó.

¿Dónde estaban sus pétalos y sus raíces? ¿Que había pasado?

La lluvia caía sobre ella y el agua ya no le parecía tan satisfactoria como antes; más bien le daba tanto frío y una rara sensación en su nuevo cuerpo.

─ Pero... ¿Qué... Me... Pasó? ── se preguntó ella y se sorprendió al oír su voz.

Miró su piernas y brazos con asombro, preguntándose "¿Qué era?", Tocó su pelo, su cara, sus labios, su cuello, y abrió los ojos como platos al sentir sus pechos.

Asustada, intentó reincorporarse, cayendo precipitadamente al piso al sentir sus piernas temblar. Volvió a intentarlo esta vez con más cuidado, logrando con esfuerzo estabilizarse.

─ ¿Dónde estoy? ── se preguntó volviendo a sorprenderse de oír su voz salir de su garganta.

El campo fue su hogar siempre, pero ahora lo veía tan diferente; a su nueva altura podía observar bien los árboles, las colinas, las rocas, la gran extensión de césped.

Volvió a mirarse, sintiendo su corazón acelerado, sintiendo cosas que no sabía que algún día sería capaz de sentir; aquellos sentimientos como el miedo y la confusión la hacían sentirse tan rara y particularmente fuera de su anterior naturaleza.

─ ¿Soy... Un humano? ── se preguntó mirando sus piernas y manos, tan similares a los que ella antes había visto en los hombres que pasaban por el campo.

𝐌𝐀𝐍𝐋𝐀𝐍𝐃  |༶|  J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora