¿Estas Seguro?

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Horacio.

Estaba cómodo, respiraba profundamente, no sentía frío, pero de pronto se empezó a sentir gotas de lluvia, abrí mis ojos despacio, visualice con mis ojos entrecerrados que caían pequeñas gotas de lluvia por la ventana, escuchaba el latir del corazón de Volkov y su respiración profunda. Este dormía, no se movía casi nada, se encontraba tranquilo, la noche caía de poco por la ventana dejando cada vez la habitación más oscura. Le abrace y junte mis piernas con las suyas dejándolas entrelazadas, con mi mano le daba caricias, tratando de no despertarle.
Los latidos de Volkov eran tan relajantes que sin darme cuenta volví a quedarme dormido.

Ambos dormían abrazados. Horacio se encontraba apoyado en su pecho y Volkov estaba abrazándole, con su cabeza en la almohada.

2 horas después.
Volkov.

Me desperté y vi que Horacio dormía, le tomé y con cuidado lo corrí a un lado, el frío empezaba a ser presente, con mi cara somnolienta me levante sin hacer ruido, Horacio ni noto que me levante, tome una manta y le tape dejando un beso en sus labios, este ni se inmutó, tenía un sueño realmente pesado. Salí de la habitación sin hacer ruido mínimo. Fui a la cocina y calenté agua para hacer café, abrí un estantería y saqué unas galletas con sabor chocolate, las coloque en un plato y mientra esperaba a que el Café estuviera listo prendí la TV y coloque el noticiero, le puse el mínimo de volumen. Fui a la habitación y Horacio seguía dormido. Me acerque y senté en la cama, le mire, con mi mano le acaricie, me coloque cerca de él.

V: Horacio...- susurro.

Horacio movió su cabeza de lado a lado en señal de que no quería despertar.

V: Vamos... (acercó mis labios a los suyos dejándole rastros) Tengo preparado abajo para que tomes algo caliente, después te vienes a acostar si quieres-.

H: No quiero...- dice como niño pequeño.

V: Ya vamos, después te dejo dormir lo que quieras, pero ven a comer conmigo, si?-

Horacio me mira con sus ojos semiabiertos y me estira los labios en señal de que le besara. Le tomé de la cintura y le levante con cuidado, bese sus labios y este inmediatamente sonrió, se sentó en la cama para seguido levantarse. Camino hacía la isla de la cocina para sentarse. Se sento en una silla de las que giran, seguía medio dormido aún. Gire la silla haciendo que me mirara y le abrace.

V: Estas cómodo aquí?-

H: Si...

V: Sabes que si necesitas algo o simplemente quieres hablar, puedes contar conmigo.

H: Lo... Lo sé... Puedo abrazarte así todos los días a cada instante?-

V: Poder? Puedes, por lo menos estas semanas. Que quieres comer?-

H: Lo que sea.-

V: Bien, te prepararé café, cuantas de azúcar?-

H: 2 de azúcar.-

V: Va.-

Prepare todo y me senté, el tomo su café y mientras lo tomaba jugeteaba con mi cabello, empezó a hablar sobre cómo fue su niñez y lo difícil que fue para el separarse de su madre. Me preguntó sobre mi niñez, le dije que no estaba preparado para hablar de eso y este simplemente me acarició diciendo que no importaba si le contaba o no, que todo estaría bien. Horacio terminó de comer y fue al baño. Yo ordene y lave todo. Cuando el salió del baño entre yo he hice mis necesidades, apague la televisión y fui a la habitación donde ya estaba Horacio.

Horacio me miró y sin decir nada empezó a desvestirse en frente mío para colocarse su pijama. No hable, pero mi pulso se aceleraba, su abdomen me llamaba la atención pero no hice ni dije nada, este se colocó su pantalon de pijama, pero no su camiseta. Acomodo las almohadas y se acostó con su torso descubierto, mi respiración era un tanto acelerada también. Me saqué mi ropa para colocarme pijama también, Horacio me miró y sonrió, sin pensarlo Horacio se levanta de la cama y atravesandola por encima va a donde estaba yo y me besa, sin decirme nada, empieza a pasar sus manos por mi torso levantando mi camiseta. Yo le besaba también y con mis ganas al mil solo me deje llevar por el momento. Horacio no decía nada. Me saco mi camiseta de poco y con mis nervios empecé a besarle su cuello dejando marcas, acaricie su espalda y lo lleve contra la cama, nuestras respiraciones se hacían una sola, Horacio se estremecía cada vez que bajaba para besarle su cuello y torso. Me venían dudas a mi mente que me invadían. Preguntándome si esta correcto, si era lo que él quería o solo lo hacía para complacerme. Quería que fuera algo bonito, algo agradable para los dos. Me acerque a sus labios y mirándole a los ojos, a sus brillantes ojos le pregunté.

V: Estas seguro de esto?-

H: (traga saliva) S... Si, estoy seguro. Hazlo!-

Una Oportunidad. Volkov×Horacio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora