Un nuevo mundo fascinante, frío y lleno de sorpresas nos traerán ante los ojos de Lucine, sin embargo, la carga que debe asumir por causa de un acontecimiento del pasado podría traer más allá que dolor y arrepentimiento...
"El entrenamiento duro no...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
°.•⸻ 𖥸 ⸻•.°
Nos pusimos de acuerdo en volver pero antes de llegar al salón necesitaba ir al sanitario, por lo que Sasuke se adelantó y yo avancé al lado contrario. Saliendo de lavarme las manos regresé de vuelta entre los pasillos, mientras no encontraba a nadie al rededor mío tarareé un poco, deslizando las yemas de mis dedos en la pared a medida que avanzaba con los pasos. No obstante, casi llegando al salón divisé la silueta de un niño con características de cabello castaño, ojos grandes coloreados de verde oscuro y mirada seria. Sabiendo de quien se trataba dejé de tararear e ignorar su existencia sin hacer notar el desdén que deseaba expresar.
Encontrándonos más de cerca nos pasamos de largo ambos como dos fantasmas.
- Espera.
La voz provenía cercana y atrás mío. De inmediato supe de quien correspondía y con ligero ruido en mis pies detuve el paso, sin siquiera mirar.
- Felicidades por llegar a tener un equipo. -
Me mantuve silenciosa, cuestionando el porqué y lo repentino que es esto. Sin embargo, no me abstuve de preguntar a secas aún sin voltear.
- ¿Solo eso querías decirme? -
- Tal vez no querías escuchar eso de mi parte; me detestas, lo sé. -Reconoció-. Pero no importa que tanto me detestes, de ahora en adelante te elogiaré cada que pueda verte.
Entreabrí un poco los ojos con sorpresa, y cuando volteé hacía atrás a encararlo él estaba corriendo lejos de mí hasta doblar por otro pasillo, desapareciendo. El silencio fue confuso e intrigante.
¿Qué acaba de pasar?
Continué caminando de vuelta al salón, encontrándome a lo lejos una cabeza completa con melena rubia fuera de la puerta, se asomaba en el lado opuesto de mi dirección. Desconcertada, avancé cerca parando a un metro de distancia, podía escuchar que balbuceaba un par de cosas inentendibles que solo él sabe que significan.
- ¿Qué estás haciendo? -
- ¡Wouh! -Volteó con sobresalto a mi dirección y cuando se dio cuenta de mi presencia suspiró aliviado-. Ahí estás...-aseguró como si fuese aburrido de ver-. ¿Has visto a algún sensei viniendo hacía acá?-
Negué con la cabeza.
- Venía sola en este pasillo. ¿Por qué?-
- Llegaron varios sensei aquí y algunos equipos ya se han ido. -Respondió quejándose, volviendo a rebuscar con la mirada en ambos lados.
- Significa que deben ser muy puntuales como para venir e irse con sus estudiantes...-reconocí murmurando-. Puede que apenas sea muy pronto para que venga nuestro sensei; no lo sé, solo no te impacientes por eso.
