✧De Distintos Mundos✧ (La Saiyajin en Konoha)

☆Capítulo 19

°.•⸻ 𖥸 ⸻•.°

Narradora:

— ¡Comete esto!-

Un kunai fue lanzado hacía la dirección del Ninja con vendas, del cual, debido a la situación le forzó a tomar una desición rápida antes de que el Kunai lograra hacerle daño. El hombre renegado sacó su mano de la prisión de agua y así esquivar con agilidad aquel kunai, sin embargo, el filo rozó la mejilla; sangre salió volando desde atrás, al segundo después su otro clon desapareció por lo que el Jounin de Konoha logró liberarse completamente. Zabusa fue rápido y tomó la shuriken dispuesto a lanzárselo al rubio.

Rápidamente el Jounin apareció deteniéndolo, firmemente con su mano provocando que esta comenzará a derramar sangre.

– ¡Kakashi-sensei! –gritó feliz la chica de cabellos rosados.

»Hump, En tu cara maldito Zabuza«

Lucine sonrió victoriosamente.

Comenzó a creer que Naruto no era tan tarado como ella piensa.
Tal parece que los tontos resultan ser inteligentes en momentos como este.

Dada al buen acertado punto de su compañero, la sonrisa que tenía sobre su rostro desapareció en una abrumante sensación colarse en su cerebro, guiando ese azul frío a través de sus nervios y de sus nervios a los globos oculares, saliendo desde las lagrimales y finalmente quedarse impregnado sobre los párpados superiores. La vista fue borrosa y abrumante que le costaba un poco abrír los ojos. Era frío, un frío nuevo que jamás pensó que pasaría en sí misma, casi pensó que se congelaría.
Intentó ver de lado en lado para verificar que la claridad del entorno volviese, sin embargo, todo se veía tan lejano como un sueño. Era tan extraño. A medida que pasaban los minutos su claridad no volvía, los músculos volvieron a tensar y su nerviosismo creció, tanto la frustración de no poder saber que hacer. Usó los antebrazos (lo que no estaba manchado de sangre) restregándose los ojos debido a que casi toda la extensión de sus manos yacían manchadas de sangre fresca por las heridas de sus palmas.

El dolor era poco en ellas pero eso no era lo peor de los casos. Debía mantener la calma si no quería que algo más se sumara a las perturbaciones que ya tiene.

Por otro lado, Sasuke llegó frente a ella mientras los demás estaban en su lado, Kakashi junto con Naruto retenían a Zabuza. Sasuke sin decir palabra alguna se acercó a la chica, con las emociones que desataban esa dureza tan característica que le permite alejarse de todo el mundo.
Mientras tanto, Lucine aún sufría de no ver bien, su cabeza agachada por los suelos, esperando que todo se aclarara pudo sentir como algo frío y a la vez suave rodeaba la extensión delgada de su muñeca y la levantaba ligeramente. El mirar endurecida del pelinegro se mantenía sobre su mano, lo que aquello reflejaba molestia por ser ayudado y segundo, por culpa y decepción de sí mismo al ser lo suficientemente fuerte.

El elemento más vulnerable de aquel joven era continuar detestando su debilidad.

– ¿Por que tuviste que ser tan imprudente? –Su voz era diferente, mucho más fría que anteriormente. Lucine, pese a sus ojos, no se detuvo a subir la cabeza a su dirección. Escuchando tal reproche suyo le hizo encogerse de hombros con pena y se había dado cuenta que no estaba para aguantar otra cosa como esta.