Capitulo 10: Perth está loco.

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[Zee]

Tenía un presentimiento muy malo, trate de manejar lo más rápido que pude cuando llegue la puerta del departamento estaba abierta, en el camino llame a la policía por lo que esperaba que llegara pronto, mientras entre. No escuchaba ningún sonido por lo que fui directo a la habitación, la puerta estaba rota así que puede ser que Perth entrara a la fuerza, grite el nombre de Saint, pero nada, luego llame a su teléfono y este sonó dentro de la habitación, busque por todos lados y este estaba botado a un costado de la cama cerca del velador.

- ¿dónde estará? – justo venia llegando la policía cuando escuche un sonido venir del closet – claro.

- Un movimiento mas y lo mato – Perth tenía Saint con una pistola en la cabeza y la mano en su boca.

- Perth podemos hablar.

- Tú no sabes nada, él es mi perra no la tuya.

- No entiendo que dices – sabia que la policía no tardaría en entrar pero esto podría provocar que Perth disparara – pero me lo puedes contar.

- Siempre has sido un imbécil Zee, incluso cuando estábamos en la escuela tu mente brillante no te permitió ver nada.

- Perth deja a Saint y hablemos.

- No, Saint es mío, siempre lo ha sido, ¿por qué crees que te dejo en la escuela?

- Ahora veo que fue por ti, pero puedo ver que él no está muy de acuerdo – Saint estaba llorando y meneaba la cabeza negando.

- ¡TU QUE SABES! – Perth presiono mas la pistola en la cabeza de Saint – él es mío, yo lo vi primero, yo lo vi cuando llego a la escuela, yo estuve ahí cuando lo querían molestar y el muy maldito no me dio ni las gracias, por eso después llame su atención, claro quizás no fue la mejor forma, pero logre que gritara mi nombre y suplicara como la puta que es.

- Perth, entiendo – la policía entro y Perth me disparo en una pierna, luego de eso uso a Saint como rehén.

- Si me siguen lo mato – les dijo a los policías apuntando a Saint de nuevo en la cabeza.

- Déjenlo salir – dijo el policía y a mí me dolía como el infierno – traigan una ambulancia, ¿estás bien? –me preguntó.

- Sí, pero no puede dejar que se lo lleve, él está loco.

- No te preocupes hay policías en el estacionamiento.

[Saint]

Anoche Perth me llamo, pero yo no fui ya no quería seguir con esto, estaba dispuesto a contarle la verdad a Zee aunque me odio por ello. No puede dormir bien en toda la noche por lo que mi cuerpo estaba cansado, pero nada impediría que hablara hoy con Zee, me estaba arreglando cuando sentí que tocaban mi puerta. Quizás sea Zee.

- Saint – maldición es Perth – se que estas ahí, ábreme ahora.

- Vete – grite – déjame tranquilo.

- Saint no lo hagas más difícil.

- Vete Perth.

- Voy a contar hasta tres y si no abres, pues abriré yo la puerta.

- Vete por favor – entre a mi habitación y le puse seguro a la puerta, me escondí en el closet y decidí llamar a Zee.

- Saint – sentí como la puerta de la entrada se rompió - ¿dónde estás cariño? – trate de no meter mucho ruido.

- Saint – escuche la voz de Zee.

- Zee – estaba tan asustado que no sabía cómo respirar – ayúdame.

- ¿dónde estás?

- En mi departamento – Perth gritaba mas fuerte abriendo y destrozando todo.

- Saint – al parecer esta moviéndose - ¿Quién está contigo?

- Zee... ya no quiero... estoy cansado.

- Saint escúchame voy en camino, llamare a la policía.

- Sal de ahí – grito Perth rompiendo la puerta de la habitación y yo colgué el teléfono –cariño vengo a verte y no te alegra, hace mucho que no nos vemos bebe – Perth estaba buscando por todos lados en la habitación – te he estado extrañando demasiado, sabes que nadie es más placentero que tú mi lindo puto – se acerco al closet y abrió la puerta – te encontré.

- Perth por favor – me apunto con una pistola.

- Sabes eres un mal agradecido, te ayude a pagar muchas cosas incluso tu carrera, cuando tu madre murió yo estuve ahí, pero tu seguías pensando en Zee, cuando me case con choompo, pensaste que te desasirías de mi, mal pensado ¿cierto?

- Perth ya no quiero – mis lágrimas comenzaron a correr.

- Yo decido cuando para Saint – me tomo de un brazo y me lanzo a la cama – yo siempre estaré ahí y puedes correr todo lo que quieras pero siempre te voy a encontrar, eres mío Saint y eso debes tenerlo presente.

- Pero y choompo, te casaste con ella.

- Vamos Saint, solo lo hice para que me diera un hijo y porque mi papa quería, pero tú siempre estarás ahí para satisfacerme, ella no es como tú, de hecho nadie ruega como tú – recorrió mi cuerpo con la pistola y desabrocho mis pantalones, justo escuchamos ruidos fuera – llamaste a alguien – me levanto y me llevó al closet, justo escuchamos la voz de Zee, pero Perth me tapo la boca y puso la pistola en mi cabeza – emites cualquier sonido y te disparo.

Estuvimos callados, pero Zee algo callo del closet y Perth nos saco de ahí, luego de la discusión entre ellos, Perth disparo a Zee y la policía nos dejó salir. Me bajo por las escaleras hasta el estacionamiento, no se veían policías y creí que sería mi fin ya nada me importaba, preferiría morir a que seguir en esta mierda, aun con Perth apuntándome me di vuelta y le pegue una pata en su pene, cayó a tierra soltando el arma y de la nada aparecieron muchos policías para llevárselo.

- Eres muy valiente – dijo un policía.

- ¿cómo está Zee? – pregunte.

- Se lo llevaron al hospital.

- ¿puedo irme?

- Recuerda que debes rendir tu declaración después.

- Si – fui hasta mi departamento el cual estaba lleno de policías, tomé mis llaves del auto y me fui al hospital.

Al llegar no sabía dónde estaría Zee, le pregunte a una enfermera y me indico un camino, iba a llamar a Mew para contarle, pero me percate que no llevaba celular. Al llegar no me dejaron verlo, me senté un buen rato cuando salió un medico y dejo que estaba bien, la bala no traspaso nada y podía pasar a verlo en unos 20 minutos cuando lo cambiaran de habitación.

- Dios Zee – dije acercándome a la cama, tenía la pierna vendada – pensé que Perth te mataría.

- ¿cómo pudiste dejarme por él? – dijo Zee abriendo los ojos.

- Zee – lo abrase con mi alma – perdóname Zee.

- Tranquilo – me abrazo - ¿quieres contarme?

- No sé si sea el momento, estas herido y...

- Si no es ahora, no lo harás nunca Saint – Zee me tomo del rostro – prometo escucharte.

- Ok.


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