Cuando despierto estoy tirada en un callejón de Inglaterra, lo sé por las estructuras en forma romántica sin una apariencia tan vieja. El cielo esta gris y sé que estoy en el lugar correcto, espero de verdad que me hayan enviado cerca de la escuela si no voy a morir.
Intento levantarme y siento un dolor en el cuerpo muy familiar, no podre moverme mucho y es una desventaja porque no sé si esta zona es peligrosa, pero siento que en una situación de riesgo me sacaran, así que me calmo, respiro hondo e intento caminar.
Salgo de aquel callejón y estoy cerca de una especie de bazar, oh dios... tengo hambre. Esta incrementa cuando huelo el delicioso pan que está siendo preparado. Huele a la mantequilla y la mermelada con la que rellenan los panes, huele a comida, carne cruda, pescado, telas, listones, metales y cristales. El ruido de las fábricas y los barcos en la lejanía me embotan; Solo que en lo único que puedo pensar ahora es mi estómago.
Me acerco y veo que están vendiendo los panes rellenos a un muy buen precio. Voy a comprar una docena con los billetes que me dio la tía Azalea y entonces oigo una voz.
- ¡oye! No deberías gastar el poco dinero que te di, todo en panes, debes pensar mejor. – es la voz de la tía Azalea. Me aparto un poco hacia el callejón.
- Infinitum Levin Azalea 1. Tía y yo pensaba que levantarme de mañana era un grano en el culo, pero oír tu voz en mi cabeza como una clase de conciencia es peor.
- Más respeto señorita.
- Tengo hambre y punto, no discutas. Infinitum Levin.
He terminado la discusión y me compro un pan solamente para que no vuelva a hablarme, aunque después de comerlo me siento mejor, cada minuto que pasa hace que sienta hambre de nuevo y peor, aun no me siento en condiciones para poder caminar, ni siquiera sé dónde está el instituto santa María.
Me detuve a comer el pan relleno, era exquisito, pero necesito averiguar dónde carajo está el instituto, por lo que me encuentro a un chico de pelo largo y capa oscura, su cabello es castaño oscuro y ojos azules... me recuerda a alguien... dejo de lado mis tontos pensamientos secundarios y lo intento alcanzar, a pesar de que hay un bazar no hay tanta gente y los comerciantes no me darán una indicación a menos que les compre algo... a lo mejor y tengo mejor suerte preguntándole a este muchacho.
Intento correr con mi mochila cargada de cosas, pero...
- ¡Oye tú! – digo cuando tropiezo por el cansancio de mis piernas y caigo empujándolo sin querer por lo que el también cae.
- ¿¡Qué rayos te sucede!? – su voz es profunda y exquisita también, oh no... creo que voy a desmayarme...
(...)
Sé que he estado inconsciente unos segundos porque cuando abro los ojos, está el muchacho de antes y unos cuantos comerciantes de antes diciendo "señorita".
- Hermana ¿estás bien? – dice la voz de Azalea en mi cabeza. Hago un asentimiento. Ella lo entiende porque paga su micrófono.
Miro a todos los que me llaman, pero la cara más cercana es la del muchacho que llamaba.
- ¿estás bien? – dice en unos ojos de preocupación, veo que sus pupilas se dilatan... mi vista mejoro ¿o es mi imaginación? Mi oído también, puesto que vibro con su voz. Se siente cálido y cómodo, estoy en sus brazos y se sienten fuertes.
- Si, esto... - gruñe mi estómago... se hierve la cara de vergüenza. Porque justamente tengo su cara muy cerca y ese gruñido fue tan alto que a pesar de los ruidos de ambiente es imposible que no lo haya oído. – perdón. Quería preguntarte algo...
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El pasar del tiempo
FanficCandy la chica que siempre intento alegrar la vida de todo aquel que la rodeaba termino sola. Lorelei conmovida por su historia un siglo después de que Candy viviera, toa la decisión de ir al laboratorio abandonado y cambiar el curso de la historia...