CAPITULO 5: "nunca he hecho nada sexual con nadie"

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Cuando oigo eso me pongo tan feliz que salto como retrasada. Cuando siento la mirada y la risa de Terry me detengo.

- Muchas gracias por todo.

- No hay de que, simplemente has lo que necesites hacer. Por cierto ¿Cómo es esa tal Candy? – dice el mirándome con curiosidad.

- Bueno, tiene... - empiezo tratando de recordar cómo es la muñeca de los dibujos animados. – el cabello rizado, rubio, como dorado, tiene pecas y los ojos azules, es muy bonita.

- Te aseguro que no es tan bonita como tú.

- ¿eh?

- Nada, te llevare a dar un tour por la escuela y así sabrás las cosas que te convienen hacer y no, por ejemplo, sería buena idea que vinieras a visitarme al dormitorio de hombres por lo menos una vez. Podrás venir después de medianoche. Te ayudare con todo lo que necesites.

- Ah... - me quedo pensando en ¿Cómo es posible que hable de ayudarme tan fácilmente?, también quede un poco atontada por lo que me dijo hace un rato. – supongo que lo hare alguna vez.

Después que tuvimos el tour por la escuela sentí hambre nuevamente, diablos, ¿es que soy un pozo sin fondo o qué?

Me gruñe el estómago y muero de vergüenza, hace no tanto que comimos.

- Vamos a comer, supongo que de donde tu vienes los horarios de comida son distintos y por eso te da hambre.

- Si, un poco. – sonrió incomoda y agradecida porque me empiezo a sentir mareada de nuevo. Se me cierran los ojos contra voluntad mientras camino. Tengo mucho, mucho sueño.

- ¿estás bien? – dice cerca de mi oreja, me siento muy sensible y suelto un gemido.

- Ay, lo siento. – digo y cubro mi boca, jamás había hecho ese sonido.

- ¡Lol! – es mi hermanita.

- ¡ah! – digo involuntariamente del susto.

- ¿te lastimaste? – dice Terry, se acerca y toma mi muñeca, el tacto de sus dedos en una zona tan sensible es exquisito y me reprimo de volver a gemir, ¡estoy demasiado sensible!

- No, es solo que necesito aire fresco. Espera aquí. – digo mientras salgo de la biblioteca porque ahí terminamos el recorrido.

- Infinitum Levin azalea 2. ¿Qué demonios te pasa al gritarme así?

- No me engañas, te gusta, tus signos vitales se dispararon y lo que más se disparó fue tu temperatura corporal. ¿te excitaste? – pregunta con un tono diferente.

- ¡Cállate! – digo avergonzada.

- Ay hermanita, me da pena por ti. Nunca quisiste a nadie supongo que, porque el tío Russel era muy bueno y no quisiste amar a otro hombre más que a tu padre, pero... ¿debiste fajar alguna vez no?

- ¿Por qué de repente te interesa el tema?

- Bueno, yo ya lo he hecho y... es adictivo. – su tono es relajado, ¡es una niña!

- Espero que la tía azalea no este escuchando la conversación o estarás muerta.

- ¿lo has hecho? Porque estoy segura de que eres virgen.

- ¡no! ¿contenta? Nunca he hecho nada sexual con nadie.

- Ah... lo siento, dije datos que psicológicamente son verdad, pero no... quería lastimarte.

El pasar del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora