CAPITULO 13: "solo tú puedes ayudar a Candy"

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A la mañana siguiente me desperté a eso de las 5 de la mañana no por no poder dormir, sino porque mi reloj natural se había convertido en ese, estaba acurrucada en la cama y la puerta de la habitación estaba abierta, yo no la había dejado así, pero vi que Terry estaba terminando de ponerse su saco.

Estaba vestido con un traje de color azul marino y camisa blanca sin corbata, su cabello húmedo de la mañana, me supongo de haberse bañado.

- Me gustaría quedarme, pero tengo ensayo a las 7. – dijo y yo seguía acurrucada, pero viendo en su dirección.

- No te preocupes, en un momento me visto y voy a salir a ver si consigo un hotel.

- No, - dijo el rápidamente. – si quieres puedes quedarte aquí para descansar, solo me gustaría desayunar contigo.

- Ah... - me ruborice. - ¿no es mal visto que una pareja duerma junta?

- Mmm... no estoy seguro de que seamos una pareja ¿o sí? Señorita desfallecida. – dijo con una sonrisa lobuna...

- No, a lo que me refiero...

- Está bien. ¿desde cuándo a Teruce Grandchester le importa la opinión de la gente?

Dijo y salió de la habitación cerrando de la puerta.

Ahí estaba el Terry que yo conocía.

Fuimos a desayunar a un restaurante que estaba cerca de su departamento, hablamos de muchas cosas, pero en cuanto llego nuestra orden y Terry se concentró totalmente en la comida, se veía incomodo, bueno, no. Ansioso. Tosió y rompió el silencio que se había formado.

- Lorelei... quiero pedirte algo.

- Dime Terry. – hice a un lado la comida.

- Ya no puedo aguantar más esto que te quiero decir. ¿serias mi novia formalmente?

- ¿disculpa?

- Yo... procese todo lo que me dijiste y te creo, el asunto es que... yo pienso que tengo claros mis sentimientos hacia Candy y hacia ti, no te voy a mentir. Bese a Candy una vez.

Todo mi cuerpo se tensó, me sentí un poco humillada, nadie podía escucharnos, pero el hecho que lo dijera era demasiado para mí, por lo que decidí vengarme un poquito.

- Lo sé, - dije con tono frio, mirándolo directamente a los ojos. – lo vi.

- Lo hice cuando todavía me debatía si eras un sueño, si eras real, lo que sentía por Candy y lo que siento por ti. Candy es una chica encantadora, pero... no puedo darle todo lo que ella necesita.

- ¿adónde quieres llegar? – seguí con mi tono frio.

- ¿todavía quieres que me quede con ella?

- Eso no es mi decisión.

- ¿eso es un no?

- No es un sí, no es un no. Solo... ya te lo dije, no puedo decirte que sí, porque estaría mintiendo, pero si es lo que tú quieres, es tu vida, decide lo que quieras.

- Se honesta contigo misma. Yo seré honesto, todo el tiempo que me la he pasado separado de ti solo me ha hecho tomar la determinación que tomare ahora. No voy a soltarte.

- Es que... - deje mi fachada fría.

- Yo me he decidido por ti. Por favor, no me rechaces.

El pasar del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora