Capitulo 18: Día 3

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-¡Ukon, hoy es sábado!

-¿Crees que no lo sé? ¡Lo único que quería era que llegara este día!

-No va a ser lo mismo sin… ¿Creen que si le pido un poco a ese hijo de mil putas me dé un poco más?

-Quizás, pero te va a preguntar para qué y va a querer ir con nosotros.

-¿Y? yo pensé que la idea original era ir con todos. Así tenemos más plata para pagar las entradas de mierda, que están re caras, por le puta madre.

-Los que quieren ir que vallan, los otros que se queden acá.

-Sakon, me sorprende lo inteligente que puedes ser a veces.

-¡Cállate, mierda!

-¿De qué hablan ustedes? – Sakon, Ukon, Tayuya y Kimimaro se giraron hacia Karin que se acababa de unir al grupito de amigos. Los cuatro se miraron entre ellos, pero tras encogerse de hombros le pidieron a Karin que junte a todos, tenían que proponerles algo.

Media hora más tarde, todos se encontraban al rededor de la fogata, donde se estaba haciendo el ultimo trozo de carne (los próximos dos días se verían todos comiendo arroz y fideos) excepto por Kiba, quien seguía lanzándose de la copa de los arboles al lago, gritando "Yahoo" cuando lo hacía.

-¡Kiba! – Lo llamó Karui, entre divertida e impaciente - ¡Necesitamos hablar, ven!

-Kiba debería irse a vivir a la selva y tener una vida animal – opinó Naruto - ¡Míralo! Se adapta mucho mejor entre arboles y animales, donde no tiene que usar ropa ni bañarse, que en la sociedad.

-Es verdad – lo apoyó Shikamaru, con una débil sonrisa – Le encanta treparse a los arboles y ya está acostumbrado a comer con la mano.

-¿Podemos volver al puto tema, por la puta que los parió? – dijo Tayuya que no estaba de humor como para hablar de Kiba, mucho menos de la poca ropa que en ese momento el chico estaba usando. Los demás la miraron.

-¡Que linda boquita, eh! – varias miradas asustadas se dirigieron hacia Karui. Nadie se atrevía a decirle ese tipo de cosas a Tayuya, aunque todos lo pensaban. Karui, sin embargo, no parecía impórtale lo que la chica pudiese hacer.

Tayuya, por su parte, quedó mirando a Karui con una mirada que daba miedo, y estaba a punto de decir algo, cuando Kiba se paró a su lado y se sacudió, mojándola completa.

-¡Ten cuidado, pedazo de mierda! – Kiba se rio y se sentó junto a Karui. Ella le dedicó una radiante sonrisa.

-¿De qué nos quieren hablar? Esto se está poniendo muy problemático.

-De nada – comenzó Sakon – lo que pasa es que la última vez que nosotros – apuntó a los miembros de los cinco del sonido – vinimos a este lugar a acampar, una noche nos fuimos a un boliche que está cerca de acá.

-No es tan cerca. Tenemos que tomar un colectivo y todo.

-Si, Ukon tiene razón. Pero estaba bastante cerca y nosotros estábamos pensando ir esta noche…

-¿Esta en la ciudad? – quiso saber Deidara – porque la verdad es que venir hasta acá para pasar una de las últimas noches en la cuidad…

-No. Está en el medio de la nada, pero se llena de gente. La mayoría de los que acampan van.

-Lo único malo es que es carísimo, pero si somos muchos nos pueden hacer un descuento.

-Y hay varias promociones los sábados. Es el único día que hacen ofertas.

-Y las mujeres pueden entrar gratis y reciben un trago gratis si usan pollera o una remera corta – agregó Tayuya con una sonrisa maliciosa.

-¡Sabia que no había traído mi mini de puro gusto! – exclamó Ino con entusiasmo.

Enamorado de mi Tutora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora