Capitulo 33: Somos parte del caos

275 23 0
                                    

Tayuya ni siquiera supo que dirección tomó, solamente sabía que sus piernas corrían tan fuerte como era físicamente posible. En un momento dejó de escuchar las sirenas pero cuando miró a su alrededor notó que no estaba ninguno de sus amigos cerca. Se detuvo por un momento detrás de una gran muralla de ladrillos para tomar algo de aire y seguir con su camino.

-Corres rápido, princesa.

Todavía jadeando, Tayuya alzó la mirada y se encontró de frente con Hidan. Pese a que la chica nunca le había tenido realmente miedo, encontrarse completamente sola con el Akatsuki no podía significar nada bueno. Sin embargo, se sentia demasiado cansada como para irse de allí o insultarlo si quiera.

-Ándate – fue lo único capaz de pronunciar. Hidan soltó una risita y se acercó a ella.

-¿Desde cuándo hago lo que tú me dices? – le preguntó él mientras caminaba hacia ella. Sin prestarle mucha atención al pobre estado físico de Tayuya, Hidan sacó un cigarro, apoyó su espalda contra la muralla de ladrillos y se puso a fumar. – Nos mandamos tremenda cagada con ese pendejo de mierda – admitió el chico, mirando a la nada.

-Que se joda – murmuró Tayuya, alzando los hombros. Había logrado recomponer la compostura al menos para volver a caminar así que se giró sobre sus talones y comenzó a alejarse de Hidan. Antes de que pudiera llegar muy lejos alguien la había agarrado del brazo impidiéndole seguir avanzando. Era obvio de quien se trataba así que la chica ni si quiera se dio el trabajo de mirar hacia atrás - ¿Qué mierda quieres? – repitió, irritada.

-Divertirme – le respondió Hidan con simpleza. Aun no le soltaba el brazo pues si lo hacia la chica se iría.

-¡Diviértete solo!

-¡Pero si sería mucho más entretenido estando contigo, princesa! – Insistió el Akatsuki – además, tengo unos asidos que te van a volar la cabeza. Y yo estaba esperando poder compartiros con alguien.

Tayuya dejó de forcejear al momento en que la palabra "acido" llegó a sus oídos. Finalmente miró al chico sobre su hombro y se detuvo a considerar su oferta.

-Realmente no quiero cagarlas más – dijo, pensando en una sola razón por la que no debía irse con Hidan: Kiba.

-¿Pero no quieres olvidarte de toda la mierda que está pasando por un rato? – él ya no la sostenía del brazo, pero la chica, a pesar de estar libre para irse, seguía parada en su lugar mordiéndose el labio ante la tentadora invitación del chico.

Definitivamente quería olvidarse de todo lo que le estaba pasando últimamente. Gente juzgándola por las decisiones que había tomado, como acostarse con las personas que se había acostado. La directora diciéndole que ella no era lo suficientemente buena para Kiba. Kiba dejándola de lado. La perra de Ino colgada de su brazo como un parasito durante toda la fiesta. Definitivamente quería olvidar.

-Bueno, está bien. – dijo al fin, volviéndose hacia Hidan. – pero no pienses que vamos a coger.

Hidan simplemente alzo sus cejas casi como diciendo "Eso lo veremos" pero Tayuya decidió no darle más vueltas al asunto. Ella sabía a lo que iba y ese no era su propósito.

Llegaron al departamento de Hidan en un par de minutos. El lugar estaba muy mal cuidado y completamente desordenado, pero era gigante y alguna vez había sido hermoso. Tenía un living y lo que parecía un comedor, aunque no había sillas ni mesa. Sólo dos grandes sillones negros de cuero que miraban al enorme televisor pantalla plana que había colgado en la pared. Hidan la llevó hacia su dormitorio y Tayuya pudo ver que tenía dos baños. El de visitas se veía bastante sencillo (aun así era mucho más grande que el de su casa) y el privado, que se encontraba en la habitación, era enorme y extremadamente lujoso. Lástima que el departamento entero era un completo desastre. Las paredes estaban pintadas de negro y el mismo símbolo de su collar se encontraba dibujado en todas partes con una pintura roja tan fuerte que dolían los ojos. Ropa tirada por todas partes, y basura, a donde mirara había basura. Ya fuesen restos de comida, recipientes o botellas, estaba lleno de botellas.

Enamorado de mi Tutora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora