Capitulo 35: Karma

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-¿Puedo hablar con usted?

Los alumnos aun no llegaban a la secundaria y los profesores recién comenzaban a acomodar sus cosas en las salas de profesores pero la directora del establecimiento ya se encontraba allí. Con una severa mirada, los codos apoyados sobre su escritorio y el mentón descansando sobre sus manos, Tsunade recibió a Tayuya. La chica se veía nerviosa, más de lo normal, y pese a que no era nada propio de ella, se quedó parada en la entrada esperando la autorización de la mujer para entrar a la oficina.

-Siéntate – le dijo Tsunade y Tayuya prácticamente se arrojó al asiento que había frente al escritorio de la directora. No era nada nuevo para ella que la alumna estuviese metida en problemas conociendo su historial, pero verla así de preocupada no era nada común. - ¿En qué te puedo ayudar? – el tono de la mujer no mostraba ni un dejo de simpatía, pues Tayuya no era de su agrado en absoluto. Tayuya era consiente de aquello pero su situación requería de ayuda urgentemente.

La baterista abrió la boca pero no sabía por dónde empezar a explicar. Tenía tantos pensamientos revoloteando en su cabeza y tantos sentimientos encontrados que se le hacía casi imposible ordenar sus ideas. Al final optó por ir al grano.

-Orochimaru esta tratando de cagarme con todo mi dinero.

-¿Qué dijiste?- le preguntó Tsunade que no entendía nada. Lo único que había logrado captar de la oración que Tayuya había dicho había sido la palabra "cagado". Tsunade estaba cansada de escuchar el vulgar vocabulario de la chica. – Si quieres decirme algo, por favor, te voy a pedir que no uses ese tipo de lenguaje.

-¡A la mierda con eso! ¿Qué no me escuchó? – Tayuya estaba a punto de estallar. A causa de la desesperación, la chica se había levantado de su asiento y con las manos apoyadas sobre el escritorio de Tsunade se inclinó hacia ella. - ¡Ese hijo de puta se llevó toda mi plata! ¡Mi premio!

-Tayuya, no entiendo nada. Quiero que partas del principio y te calmes. Puedes volver a sentarte.

Tayuya se sentó pero no parecía más calmada, al contrario, se veía incluso más alterada que nunca.

-Me gané el primer premio en el concurso de música….

-Así supe ¡Felicitaciones!

-¿Puedo seguir? – preguntó Tayuya, cuya mandíbula estaba apretada por la rabia. – Orochimaru se quedó con mi cheque, con el puto premio y hoy cuando fui a su casa en la mañana el hijo de puta no estaba ¡Se lo robó!

-¿Estas segura de que fuiste a la casa correcta?

-¡¿Acaso parezco estúpida?!

-¡Te dije que te calmaras!

-Fui a la casa correcta – respondió la chica, haciendo un gran esfuerzo por permanecer tranquila. – Y Orochimaru se fugó con mi plata.

-Estoy segura de que debe haber una explicación para todo esto.

-¡No quiero escuchar ninguna puta explicación! ¡Lo que quiero es que cuando venga hoy a hacer clases usted lo agarre y lo obligue a que me devuelva todo lo que me robó!

-Me temo que eso no será posible.

-¿Qué?

-El profesor Orochimaru llamó ayer en la noche y me informó que no va a poder venir por un tiempo. Su madre, quien vive en Otogakure, se encuentra en una situación muy delicada de salud y él tuvo que ir a cuidarla hasta que se encuentre mejor. Según él, lo más probable es que no pueda volver a hacer clases en todo lo que queda del año. De hecho hoy mismo empezaré a hacer entrevistas a los profesores de música para que uno pueda suplirlo durante estas semanas.

Enamorado de mi Tutora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora