Seguramente algo había ocurrido, porque los estudiantes de la secundaria Konoha solamente se tenían que formar cuando los profesores debían explicarles algo importante. A Kiba mucho no le importaba, el simple hecho de tener que estar ahí parado le parecía una pérdida de tiempo. Soltando un profundo suspiro cargado de aburrimiento, el chico comenzó a recorrer las filas de estudiantes con sus ojos. Todos se veían igual de fastidiados que él, excepto por un par de curiosos. Cuando giró su rostro hacia la izquierda lo primero divisó fue un largo y desordenado cabello rojo, casi rosado, que reconoció de inmediato. Su corazón comenzó a acelerase y su estómago a revolverse, casi como si quisiera indisponerse, solamente que él sabía que aquella no era la razón del revoltijo que sentía, sino que se trataba de los nervios y siendo completamente honesto consigo mismo, la emoción.
Tayuya había vuelto, pero no se veía en muy buen estado. Tenía los ojos pegados al piso, su piel se veía escandalosamente pálida y en su mirada se podía notar que algo le ocurría. Estaba completamente distraída, como si sus pensamientos no pudieran dejarla en paz. No estaba drogada, de eso Kiba estaba seguro, porque cuando la chica se encontraba bajo el efecto de algún narcótico, siempre tenía una débil sonrisa en su rostro. Esta vez se veía más bien preocupada.
La directora Tsunade había comenzado hablar pero Kiba no prestaba atención. Estaba demasiado preocupado de cada movimiento que Tayuya hacia y se preguntaba a si mismo que iba a ser de él. Estaba claro que mientras la chica estuviese cerca suyo, no podría olvidarse de ella tan fácilmente y en ese momento allí estaba mirándola, extrañándola más que nada. Pero algo le llamó mucho la atención. Los ojos de Tayuya se habían abierto de par en par y ahora miraba a la directora, aterrada. Si antes estaba pálida ahora su piel había adquirido un tono verdoso y por un segundo Kiba creyó que la chica estuvo a punto de caerse sobre su espalda.
Y no era la única que se veía como ella. Kiba comenzó a mirar a su alrededor y se dio cuenta de que todos parecían igual de impactados que la baterista. Incapaz de contener la curiosidad Kiba se giró hacia atrás y se dirigió a Shikamaru.
-¿Qué dijo? – preguntó, pero Shikamaru fue incapaz de contestar. El chico se había tapado la boca con una mano y aunque tenía los ojos fuertemente cerrados gruesas lágrimas caían de ellos. Kiba, ahora asustado, se volvió hacia adelante y le preguntó a Naruto - ¿Qué pasó?
-Asuma-sensei falleció esta mañana.
Un frio entumecedor recorrió el cuerpo de Kiba en un segundo. Jamás había esperado escuchar algo así. Tsunade explicó luego que Asuma había muerto aquella mañana en un hospital después de que alguien lo atropelló y se fugó. Una mujer que vivía cerca de donde ocurrió el accidente llamó a la ambulancia a penas se dio cuenta de lo ocurrido, pero el hombre estaba demasiado delicado y a pesar de que hicieron todo lo que podían, no lograron salvarlo. El asesino seguía suelto y todavía no se sabía quien era, pero la investigación seguía en pie.
El chico buscó con su mirada a Kurenai. Él sabía que ella y Asuma tenían una relación desde hace ya bastante tiempo y de pronto sintió una gran pena por ella. Después de todo ella era su profesora preferida. Sin embargo, no vio a la mujer en ningún lugar, seguramente estaba demasiado triste como para ir a hacer clases.
Durante todo el día él y Tayuya no volvieron a encontrarse pero ya no le preocupaba demasiado. El ambiente que había aquel día en el colegio era tan triste que parecía contagioso. Los profesores no se sentían con el ánimo de hacer clases y los alumnos no se sentían con ánimo de hacer desorden siquiera. Todos, absolutamente todos, estaban muy deprimidos con la noticia. Hasta Tayuya, y a decir verdad aquello extrañaba al chico.
En la tarde escuchó a Ino y a Sakura hablar de ella. Aparentemente la chica se había encontrado con Karin pero ni siquiera le había prestado atención. Realmente algo andaba mal con ella.
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Enamorado de mi Tutora
FanficSpoiler:Naruto, Kiba y Shikamaru están a punto de repetir su quinto año de secundaria. Sin embargo recibirán ayuda de tres destacadas y al mismo tiempo rebeldes alumnas que tendrán de su año escolar un locura. Autora: Prisionera de Azkaban