Capitulo 36: Epílogo

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Trece años después.

Konoha no había cambiado mucho, a excepción por la gente que ya no parecía ser la misma. Aun así, Naruto, Kiba y Shikamaru seguían siendo tan amigos como siempre y pese a que por diversas razones ya no podían verse tan seguido como antes, siempre reservaban algún momento de la semana para juntarse. Aquella noche Kiba los había llamado para que después de sus respectivos trabajos pasaran a tomar algo al bar de Jiraiya, que ahora le pertenecía a otra persona, pero que había conservado el nombre. Aquella noche más que nunca el chico necesitaba compañía.

Los tres amigos y el resto de la pandilla terminaron la secundaria a tiempo y la mayoría de ellos pudo continuar estudiando en la universidad. Como habían predicho, los dos siguientes años que estuvieron en la secundaria Konoha fueron muchos más tranquilos que su quinto año, pero aun así lo pasaron bastante bien. Chouji pasó por varias carreras antes de decidirse por gastronomía, la cual ejercía hasta el momento. Shino siempre supo que lo suyo eran los insectos, pero ninguno de sus amigos sabía muy bien que hacia exactamente ya que se les hacía muy difícil prestarle atención cuando él les hablaba de su trabajo. Sai se dedicó a la pintura. Unos años después de que se graduaron él e Ino comenzaron una relación de noviazgo y aunque todavía estaban juntos, cada tanto terminaban, juraban que nunca más volverán a hablarse y luego volvían a empezar.

Sakura e Ino siguieron siendo amigas, pero cortaron toda relación con Karin. La chica siguió en su búsqueda por el hombre perfecto pero todavía le costaba trabajo encontrarlo. La última vez que Naruto y los demás habían hablado con ella, les contó que había tenido noticias de Sasuke, a través de Itachi. Resulta que el Uchiha era un empresario muy exitoso y tenía mucho poder en Konoha, pero nunca se le conoció pareja alguna. Según su hermano, el menor optó por una vida solitaria, dedicada al trabajo. Para Sakura aquello fue casi como una invitación a buscarlo pero por más de que lo intentó en repetidas ocasiones todos sus intentos fueron en vano.

Kankuro siguió siendo muy amigo de todos ellos y puso su propio taller de madera en el que vendía varios objetos muy raros, como marionetas y otros adornos bastante espeluznantes. Su taller no estaba tiendo mucho éxito pero al menos él estaba feliz dedicándose a eso. De vez en cuando tenía que recurrir a Gaara y pedirle prestado dinero, eso sí.

Orochimaru volvió buscando trabajo en el último año de clases de los tres chicos. El profesor intento hacerle lo mismo que le hizo a Tayuya a otro alumno en Otogakure, pero no fue muy afortunado aquella vez y lo descubrieron. Como ya todos sabían el tipo de hombre que era Tsunade por fin abrió los ojos y no le dio el puesto. No se supo mucho más de él aparte de que terminó en la calle, tocando música en las esquinas y pidiendo limosnas. Ni siquiera de esa forma pudo salir de la miseria a la que él mismo se llevó.

Pero de todos los estudiantes que alguna vez pasaron por la secundaria Konoha, el nombre que más se escuchaba por todas partes era el de Hidan. El chico estuvo fugitivo un par de años y nunca lograron encontrarlo luego de la muerte de Asuma. Sin embargo, no mucho tiempo después se vio envuelto en un nuevo crimen y aquella vez ya no tuvo tanta suerte. Pasó dos años dentro de la cárcel y luego quedó libre por buena conducta. Nadie podía creer aquello. Lo que nadie había sospechado era que el chico había creado su propia mafia allí dentro con los otros reos y a pesar de que entraba y salía constantemente, él se había convertido en una de las cabecillas de los delincuentes más poderosos de toda la cuidad. Tenía a gente trabajando para él tanto adentro como afuera de la cárcel y se creía que hasta los policías le temían y preferían llegar a acuerdos con él antes de enfrentársele. Casi todas las veces que había vuelto a ser encarcelado había sido porque él mismo lo necesitaba. Shikamaru contó que lo vio una vez y aunque se veía igual que siempre, con su pelo plateado peinado hacia atrás y ese típico aspecto de mafioso, sus brazos y cuello ahora estaban llenos de tatuajes y su rostro de piercings. Se veía mucho más peligroso que antes si es que eso era posible.

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