Capítulo quinto

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Hermione bailó con muchísimos chicos esa noche, bebió una cerveza de mantequilla de más, comió un par de aperitivos y estuvo hablando con sus amigos hasta las dos de la mañana. Decidió que ya era hora de ir volviendo a la torre de los premios anuales. Paseó por los pasillos que le llevaron al cuadro. Dijo la contraseña y entró en la sala común de la torre donde se tumbó en uno de los sillones se quedó dormida. 

Se volvió a despertar a las tres y media de la mañana y se dio cuenta de que aún llevaba la falda y que la estaba arrugando. También se dio cuenta de que le dolía un poco la cabeza. Subió a la habitación y se quitó la falda quedándose con la camiseta y las braguitas. Soñolienta, entró en el baño de su habitación y buscó en su bolsa de aseo una pastilla para el dolor de cabeza que no encontró.

Decidió pedirle una a Draco. “seguro que él tiene, con todo lo que bebe…” pensó la chica tocando a la puerta de la habitación.

-pasa- dijo una voz desde dentro.

Hermione abrió la puerta y entró despacio pensando que el chico estaría dormido pero se lo encontró en la cama con un montón de libros encima del colchón. 

-si te pillo en mal momento lo siento pero es que necesito una pastilla para el dolor de cabeza ¿tienes una?-

-no, no tengo pero hay un pequeño y sencillo hechizo que hace que se te vaya casi al instante-

-¿puedes hacérmelo, por favor?-

-eso puede ser malinterpretado, Granger-

Dijo el chico con una sonrisa mientras se levantaba de la cama varita en mano.

-Draco, tengo un dolor de cabeza insoportable. No estoy para bromas-

El chico sonrió mirando hacia el suelo y luego cogió la barbilla de Hermione para que le mirara y trazó un dibujo con la varita en la frente de la chica y cuando terminó la besó la frente. El dolor de Hermione desapareció por completo antes de que Draco despegara los labios de su frente y dio un paso atrás alejándose del slytherin.

-vaya, gracias. Bueno me tengo que ir a dormir muchas gracias-

-espera, Granger ¿cómo me vas a pagar la trenza y el hechizo?-

-pa… ¿pagar?-preguntó Hermione mientras veía que el chico se acercaba peligrosamente- no sabía que te tenía que pagar

-todo servicio tiene un precio y te puedo asegurar que no soy lo que se dice barato-

Hermione notaba que Draco cada vez estaba más cerca y cada vez que él daba un paso hacia delante, ella daba dos hacia atrás. Llegó rápido a la pared que le cortó la retirada. Se sentía idiota por haber pensado que Draco no querría algo a cambio de los favores que le había pedido pero tal y como se estaba acercando a ella, estaba pidiendo demasiado. 

Sus pensamientos estaban yendo demasiado lejos ¿de verdad Draco quería lo que ella creía que quería? No ella era una sangre sucia y él detestaba a los sangre sucia no podía querer acostarse con ella y arriesgarse a que su padre se enterara. Mientras ella le estaba dando vueltas a lo que podía querer Draco de ella, el chico ya había llegado hasta ella y había vuelto a aprisionarla contra la pared.

-no tengo mucho dinero que se diga pero seguro que podemos llegar a un trato- dijo la chica con una sonrisa nerviosa en la cara 

-no quiero dinero, ya tengo suficiente-dijo Draco- lo que quiero es complicado y puede que no salga bien…

La chica se deslizó por la pared hasta que se sentó en el frío suelo de madera de la habitación de Draco y se dio cuenta de que no llevaba pantalones ni falda y se puso más roja que Ron cuando se ponía nervioso. Draco se arrodilló junto a ella y le levantó la cabeza para que le mirara a los ojos.

-quiero que me enseñes a conjurar un patronus y a preparar la amortentia- 

El cuerpo de Hermione se destensó y se sintió mucho más relajada riendo por lo tonta que había sido al pensar que Draco quería sexo como moneda de cambio por la trenza y el hechizo para el dolor de cabeza.

-¿se está riendo de mí, señorita Granger?-preguntó muy serio Draco

-no me estoy riendo de mi misma por haber pensado que querías acostarte conmigo-

El chico rio con ganas pero sin maldad. 

-¿de verdad has creído eso, Hermione?-preguntó Draco aún con la sonrisa en la cara-no soy tan caro como para pedir sexo a cambio de una estúpida trenza y un conjuro de nada.- 

-perdón por haber pensado lo peor-

-ha sido gracioso al menos-

Draco se levantó y le ofreció una mano a Hermione para ayudarla que aceptó acabando propulsada hacia el pecho del chico sin poder detenerse. 

-¿Cuándo empezamos?-pregunto el chico tocándole cariñosamente la zona de la frente con la que había aterrizado en su pecho.

-tengo poco sueño si quieres, podemos empezar en cuanto me ponga unos pantalones-

 -de acuerdo. Te puedo dejar unos míos si quieres- la chica le miró entre extrañada y sorprendida- era una broma-

-ahora vuelvo- dijo la gryffindor alejándose de Draco.

Fue a su habitación y cogió unos vaqueros cualquiera, se los puso y cogió su varita yendo de nuevo a la habitación del slytherin. 

-¿puedes venirte a mi habitación? Esquer aquí tengo todos mis apuntes y todo. Así no los tengo que estar llevado y trayendo- el chico entró en la habitación y fue como si hubiese entrado en un mundo paralelo en el que todo estaba ordenado ocupando su lugar y olía a una mezcla de fresa y menta- ¿un caramelo de menta? Mi padre siempre me manda un paquete cada vez que me escribe 

-gracias- dijo cogiendo uno 

-¿te parece que empecemos por la amortentia?-

-de acuerdo-

La chica se subió a la cama para poder llegar a un volumen que estaba en una balda al lado derecho de la cama. Sujetó el libro con ambas manos y bajó de la cama sin darse cuenta de que Draco seguía sus movimientos con la mirada. Puso el libro sobre un pequeño atril encima de la mesa y sacó su caldero y los ingredientes de la poción. 

-lo único que hay que hacer es seguir las instrucciones-

Draco cortó los ingredientes con ayuda de Hermione y los echaron todos al caldero tal y como decía la poción que se debía de hacer. Después bajaron a la cocina de la torre y dejaron la poción hacerse mientras ellos le pidieron a Dobby una taza de chocolate caliente. Hablaron del trabajo de los padres de Hermione, de la madre de Draco y de su sueño de tener una niña, de la proximidad de los EXTASIS y de las amistades de ambos en sus casas. 

Hermione así se enteró de que el slytherin realmente no tenía amigos en su casa y que era bastante infeliz cuando llegaba a casa porque su padre le exigía demasiado y Draco se enteró a su vez de que los padres de la chica eran dentistas y que se seguía escribiendo con Krum. 

Así pasaron los 15 minutos que tardó en cocerse la poción. Se acercaron y Hermione se acercó a olerla.

-vaya, esto es nuevo-

-¿qué es nuevo?- preguntó Draco extrañado 

-el olor de mi amortentia ha cambiado antes olía a césped recién cortado, pergamino nuevo y pasta de dientes de menta, ahora huele a perfume caro, libros viejos y tinta china ¿a que huele la tuya?-

El chico se acercó poco a poco a la poción y reconoció el olor al instante

La chica del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora