Capítulo octavo

1K 62 1
                                    

La chica paró en seco y le miró en una mezcla de asustada y sorprendida.

-lo sé, lo siento no ha sido mi elección. Mi padre me ha obligado- dijo Draco mirando al suelo y retorciendo las manos nervioso.

-¿por qué le has hecho caso si no quieres hacerlo?- 

-¿si tu padre o tú familia te dijeran que tienes que hacer un cosa para honrarles lo harías aunque te estuviera matando por dentro?-

-el honor es una cosa imaginaria que se inventaron los reyes de la edad media para contener a la población. Era imaginario, Draco. No puedes matar por una cosa que es imaginaria.-

-Hermione intenta entenderlo-

-lo entiendo solamente me parece algo que deberías decidir tú no tu padre-

- entonces quieres dejarlo ¿no?-

La chica le soltó la mano y le cogió la cara con las dos manos obligándole a mirarla.

-no he dicho en ningún momento que quiera dejarlo solo quiero un poco de tiempo para pensarlo y reflexionar sobre el tema y sobre como poder ayudarte-

-tómate el tiempo que necesites.- dijo el chico con una sonrisa triste acariciándole la mejilla- bueno yo me tengo que ir ¿vienes o te quedas a ver el entrenamiento de los perdedores?

-¡Draco! No llames así a mi casa- dijo la chica sabiendo que se refería a los gryffindor

-¿también tengo que ganar puntos portándome bien? Porque en eso soy terriblemente malo. Suelo portarme muy mal- cogió a Hermione por la cadera y le dio un tierno beso.

-eso te ahorraría más tiempo- dijo la chica sonriendo- y me gustaría que de momento nadie supiera lo que podemos llegar a tener. No sé cómo se lo tomarían Harry y Ron-

-totalmente de acuerdo. Pero si alguien se atreve a tocarte, te juro que le mato-

-eso es un poco extremista-

-todo por mi chica-

Y así Draco se fue por un lado hacia el castillo y Hermione hacia el campo de quidditch para ver el entrenamiento de los leones.

                                                       ************************

Hermione volvió a las ocho a la torre de los premios anuales y se sentó en el sofá para descansar un poco. Se quedó un buen rato mirando el fuego y al final decidió cenar una taza de cereales con leche. Fue a la cocina y se en la encimera una taza llena de cereales de chocolate con una nota escrita en tinta verde. 

Para mi gryffindor preferida (eres la única que aguanto). Sé que no has cenado y pensaba que esto sería lo único que te apeteciera comer. 

Draco

PD: eso son por lo menos diez puntos para mí.

La chica sonrió y se apresuró a ir a su habitación a buscar una pluma para poder responderle. 

Querido Draco, 

Estas totalmente equivocado si piensas que puedes comprarme con una taza de cereales con leche. Aun así aprecio el detalle y sospecho que es lo único que sabes cocinar ¿me equivoco? 

Con cariño,

Hermione.

Le pasó el papelito doblado por debajo del hueco de debajo de la puerta y salió corriendo de nuevo a la habitación cerrando la puerta con la intención de meterse en la cama calentita a tomarse sus cereales escuchando música. Tocaron en la puerta y Hermione escuchó la voz de Draco.

-¿estas visible? ¿Puedo pasar?-

-si claro- dijo ella levantándose de la cama y dejando la taza en la mesilla.- ¿visible?

-puede que te estuvieras desvistiendo o algo yo que sé. Las chicas sois muy raras-

-¿las chías? Vosotros sí que sois raros, vuestros enfados duran solo el tiempo en el que termináis de pegaros- 

-¿en serio vamos a hablar de esto ahora?- dijo acercándose

-no, creo que no- dijo ella poniéndose de puntillas para besarle

-Hermione, no voy a besarte hasta que no decidas lo que vamos a hacer- 

-¿crees que vamos a poder aguantar?-

-yo tengo mucha fuerza de voluntad suficiente por los dos.- dijo dándole un suave beso en la frente- bueno he venido aquí para hablar porque no me apetecía escribir-

La chica se rio y le abrazó exhalando el perfume del slytherin  que le devolvió el abrazo apretándola contra él. No iba a poder estar sin besarla tanto como había prometido pero al menos la intentaría. 

-bueno tenías una pregunta ¿verdad?-dijo soltándola poco a poco- pues te sorprendería saber que soy un cocinero bastante bueno-

-¿en serio?- pregunto la chica sin creérselo- no te pega nada

- si bueno, de pequeño tenía mucho tiempo libre. Aprendí a cocinar, a tocar el piano, a patinar sobre hielo y sobre ruedas y a trepar por los árboles aunque eso ultimo no siempre salía bien-

-yo nunca tenía tiempo, siempre estaba muy ocupada estudiando-

Draco se tumbó en el duelo y Hermione le imitó apoyando su cabeza en la tripa del chico.

-eso es muy aburrido, Granger tienes que aprender a divertirte-

-yo puedo ser muy divertida cuando quiero-

-vale cuéntame algo divertido que te haya pasado antes de venir a Hogwarts-

-umm… espera que piense-dijo la chica haciendo un esfuerzo- ¡ah ya tengo una! Justo antes de saber que era bruja, había un niño que me tocaba muchísimo las narices diciéndome que era fea una empollona y cosas así. Total que una vez estaba diciéndome que mis dientes eran la cosa más descomunal que había visto y cosas por el estilo lo cual me enfadó un montón. Bueno pues no sé lo que hice que a cada palabra despectiva que decía sobre mí, los paletos, se le iban alargando poco a poco sin que se diera cuenta hasta que casi le llegaban por la barbilla ¡Tenías que haber visto su cara cuando se miró en el espejo!-

 Ambos se rieron con ganas imaginándose la escena.

-Draco, ¿por qué no te puedo poner os ojos en blanco?-cuando termino de decirlo se arrepintió de haberlo hecho porque notó como el chico se puso tenso cuando se lo preguntaba

-yo… tú sabrás o por lo menos intuyes que mi padre me pega, ¿verdad? Bueno pues la primera vez que puse los ojos en blanco delante de él me hizo una brecha aquí- dijo señalándose en un punto de la cabeza. Hermione se movió rápidamente y se puso frente a él preocupada rebuscando la cicatriz entre el pelo del chico. La encontró y la miró con horror pero sin decir nada.-me acuerdo exactamente que luego me dijo que un sangre limpia como yo no podía hacer gestos tan impuros como poner los ojos en blanco y que a un líder nadie le poner los ojos en blanco-

-¿Cuántos años tenías?-preguntó Hermione dudando si quería saber la respuesta a esa pregunta

-7 y medio-

La chica se tapó la boca con ambas manos sintiendo como las lágrimas se le arremolinaban en los ojos. Si había algo que nunca entendería ni aceptaría era que los padres pegaran a sus hijos. 

-¿y tu madre no hizo nada para impedírselo?-

-Narcissa no movió ni un dedo- 

Hermione no lo pudo aguantar más abrazó al chico con las lágrimas corriendo por sus mejillas al imaginarse a un niño rubio platino de ojos grises siendo golpeado con un bastón con tanta fuerza como para hacerle una brecha en la cabeza. Un padre corrupto que no le deja pasar ni una y una madre sometida a la voluntad del padre que no hace nada cuando su marido está maltratando al ser que ha traído al mundo.

Hermione besó la cicatriz de la brecha en la cabeza y descansó la cabeza en el hombro del chico que intentó calmarla acariciando su espalda cariñosamente.

-yo tengo pesadillas a menudo en las que muero. Me suelen matar Harry, Ron o Ginny- confesó la chica incorporándose

El chico la miró a los ojos y ella le devolvió la mirada. Esos preciosos y grandes tristes ojos grises la habían conquistado y se le habían clavado en lo más profundo del alma habiendo que nunca podría olvidar la forma en la que la miraba. 

-quiero que esos días en los que tengas pesadillas vengas  y me lo digas ¿vale? No importa la hora. Prométemelo, Hermione. No quiero volver a ver una lagrima de esos preciosos ojos café-La chica asintió con la cabeza- ahora tómate los cereales y vete a dormir, preciosa. Mañana será otro día.-

 El chico se fue de la habitación y Hermione se comió los cereales como le había dicho. Se cambia la ropa y se puso el pijama. Se sentó en la cama y tras pensarlo un rato, se levantó y tocó en la puerta del chico.

-¿en serio, Granger? Estoy seguro de que ni siquiera has intentado dormir- dijo con una sonrisa. 

-¿puedo pasar?- preguntó 

-tu siempre eres bienvenida-

Le hizo un sitio en la cama y la chica se acurrucó en él mientras notaba los brazos de Draco rodeándola y abrazándola. 

-he venido porque sé que hoy el que me necesita eres tú. No es fácil soltar así como así una cosa como que tu padre te pega. Quiero que sepas que estaré contigo en todo lo que necesites-

-no hace falta que me lo digas- susurró Draco en el oído dela gryffindor- ya lo sé-

La chica del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora