Capítulo noveno

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Hermione abrió los ojos y se encontró en una habitación decorada de negro, plateado y verde y supo exactamente donde se encontraba. Se dio la vuelta como pudo ya que el slytherin la tenía abrazada fuertemente y vio a Draco relajado con los ojos cerrados sumido en un profundo sueño. La chica había que era por la mañana por que un fino rayo de luz se colaba por las cortinas de la habitación pero le daba igual. 

Observó como el pecho de Draco subía y bajaba acompasadamente y como el chico sonreía en sueños sin que Hermione supiera que era lo que le hacía sonreír. Puede que fuera su familia o puede que se estuviera viendo al lado del Señor Tenebroso arrasando con todos y cada uno de los sangre sucia del mundo mágico. La chica quitó ese pensamiento de su cabeza. Había estado pensando en lo que Draco le dijo sobre que su padre le obligó a ser un Mortífago y estaba decidida a perdonarle e intentar algo con él. 

-Draco, -dijo acariciándole la mejilla- despierta-

El chico abrió los ojos rápidamente como si se hubiera asustado pero al ver a la chica se relajó notablemente.

-me has despertado del mejor sueño de mi vida- dijo él

-¿Qué pasaba?-

-te casabas conmigo- susurró en su oído

La chica cerró los ojos disfrutando del olor de Draco. Internó su nariz en el cuello del chico mandando escalofríos por la espalda de este.

-Hermione, estamos en una cama y tú me estás provocando- dijo el slytherin sin moverse-además he prometido que no voy a besarte hasta que me digas que quieres hacer.

La chica se retiró sin ganas del cuello del chico y le miró a los ojos. 

-te lo diré esta noche si me haces una cena en condiciones- dijo sonriendo

-de acuerdo, estoy harto de verte cenar cereales con leche. De todos modos, ¿Qué pasa hoy para que quieras cenar?-

-no sabes en que día vives ¿verdad?- el chico negó con la cabeza- es 31 de diciembre, idiota-

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Ese día Hermione no fue a patinar al lago. Fue a buscar a Ginny para que le prestara un vestido o una falda para cenar con Draco ya que este le había dicho que se pusiera lo más guapa que pudiera. 

-¿para qué quieres un vestido?-preguntó Ginny en cuanto Hermione le dijo lo que necesitaba (no podía decirle que iba a cenar con Draco)

-tengo una cita con un chico- respondió Hermione

-¿Quién es ese chico si se puede saber?-

-no lo conoces- dijo rápidamente, más rápidamente de lo que debía quizás.

-ya claro- dijo Ginny sin convencerse demasiado- parece que va a ser tu día porque tengo un montón que le iba a enviar a mi madre por lechuza para que me ocuparan menos en el baúl.

Estuvieron una hora mirando todos los vestidos que Ginny tenía en el baúl (que eran muchísimos) y al final encontraron uno que le gustó a Hermione. Era corto, de un solo hombro, con un poco de vuelo y de color gris mercurio. La pelirroja lo remató dejándole un precioso cinturón negro con una flor a juego con el vestido y unos tacones bajos para lo que solía llevar Ginny, del mismo color que el cinturón.

Llevó todo lo que le había dejado Ginny a la torre cerciorándose de que Draco no la había visto y se fue con Harry y Ron el resto del día esperando a que fueran ya las nueve y media. 

La chica del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora