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Al día siguiente, Taehyung se encontraba con la cara algo magullada por el golpe que le había dado su roommate el día anterior.

Le palpitaba la cabeza, y estaba atemorizado por su mayor.

Intentando no hacer ruido, se metió en el baño, para preparase para ir a clase.

Un poco de maquillaje y no quedaba ni rastro del moretón que tenía en la sien.

Justo cuando estaba cambiándose, alguien intentó abrir la puerta, y al no conseguirlo la golpeó.

De pronto, Taehyung se tensó.

-Jodr, date prisa. Necesito entrar. - gritó una voz ronca al otro lado.

-S-Sí, enseguida termino. - contestó él en casi un susurro.

Rápidamente se colocó su camisa blanca y sus pantalones marrones, y salió del baño con la cabeza gacha, hasta que sintió el toque de una mano en su barbilla.

-Eh, no mires para abajo. Ni que te fuera a comer. - habló Jungkook de la misma forma que había hecho antes, debido a que estaba recién despierto. - Te sientan... bien esos pantalones. - lo examinó de arriba a abajo.

Sigue mirando y te meto una patada en los huevos.

Taehyung mientras tanto, se quedó quieto. Era pánico lo que sentía estar cerca de su agresor, pero a la vez cierta seguridad de estar con él.

¿Cómo podía estar enamorado de alguien que lo maltrataba?

Era inexplicable, pero para Taehyung era normal pensar así.

Jungkook había sido su cursh desde la secundaria, y cuando entró en la universidad era un chico normal. Alguien del que cualquiera podía enamorarse. En parte ese había sido su problema. Muchos ojos que clavaban su mirada en él.

Lógicamente, el chico comenzó a creérselo y acabo convirtiéndose en uno de los fuckboys más deseados del lugar.

Pronto, se vio envuelto en un ambiente en el que se le ofrecía de todo un poco, desde unos gramos de droga hasta unas buenas tetas por las que pagar.

Poco a poco, el Jungkook del que Taehyung se había enamorado, se convirtió en aquel monstruo.

Aquel monstruo que una vez le pidió un favor, y al negarse, lo estampó contra la primera pared que vino, acto que tres años más tarde, seguía siendo tradición cada vez que Taehyung lo desobedecía.

Aquel mostruo tenía su atractivo, y no solo era deseado por las muchachas que pasaban a su lado.

Para algunos era un ídolo, para otros un ser repugnante, pero que más daba.

La cuestión es que Jungkook debía ser cauto en cuanto a su trato con el pequeño, si quería seguir manteniendo su estatus como fuckboy.

Con respecto a la pregunta de antes, ¿cómo podía estar enamorado de alguien que lo maltrata?, la respuesta viene sola, aunque él no se daba cuanta.

Tenía síndrome de Estocolmo.

Sin decir nada más, Jungkook entró en el cuarto de baño, cerrando con pestillo tras de sí.

Taehyung no se movió hasta que escucho el sonido del pestillo.

Antes de que el miedo lo paralicese más, cogió sus cosas y corrió fuera de la habitación, chocándose con alguien al hacerlo.

-Mira por donde vas capullo. - gruñó Yoongi entrando en la habitación.

-P-Perdón. - dijo Taehyung sin dejar de caminar.

Smile little Taehyung | kooktae | [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora