"Hoy quiero hablarles de los privilegios, y de cómo podemos participar en ellos sin darnos cuenta. Por ejemplo, las personas populares pueden hacer cosas que los losers hacemos, y no ser mal vistos. ¿Por qué?"
La voz de Gus salía a través de una de las bocinas de su golpeada laptop. Estaba viendo el último video que había subido; debido a que Gianni no pudo editar a tiempo, tuvo que atrasar su publicación hasta el viernes siguiente. De igual forma, se dijo, los viernes era un mejor día para publicar que haciéndolo los lunes.
Ni se atrevió a mirarlo ese mismo día para evitar encontrarse con un comentario mal sonante que lo desanimara, pero ya el sábado por la mañana lo estaba viendo con un ojo clínico, observando cada uno de los pequeños errores mientras se arreglaba los rizos húmedos después de bañarse. Su segundo video tuvo mas o menos la misma cantidad de visitas que el anterior, el chisme corría rápido cada que publicaba algo, y este en general tuvo comentarios más diversos.
Todavía había alguno que otro cruel, pero habían disminuido y los positivos habían aumentado. Además, muchos de los que consideraba negativos eran más bien que querían justificar la diferencia ("porque ellos lo usan como un hobbie y no dedican su vida a eso" o "a ellos se la suda, deberían aprender") que aquellos que lo insultaban de forma directa. Suponía que la aproximación en forma de enseñanza en vez de acusatoria funcionaba, eso se lo tenía que conceder a Emma.
Era un logro, aunque ahora que estaba más calmado por ese lado comenzaba a notar otras cosas que en su momento fueron menos urgentes. Como la iluminación terrible que tenía, lo cual no podría cambiar muy pronto porque no tenía el dinero para invertir en eso. También tenía un fondo muy soso, la toma la hacía hacia la pared blanca junto a su cama como fondo, pero no podía cambiarle la pintura sin que su tía no quisiera cortarle la cabeza.
No obstante, sí le había dicho que podía adornarlo con otras cosas, pero él tenía cero sentidos del diseño interior.
Emma sí.
Sin pensarlo mucho, tomó su teléfono y marcó a Emma. Cuando quería hacer compras repentinas, ella era su mejor opción antes de Gianni.
—¡Hola, Gus! ¿Todo bien? —preguntó ella apenas atendió; no era usual que Gus llamara sin avisar, si es que llegaba a hacerlo.
—Sí, sí, todo bien... ¿estás ocupada? Quería ir a Walmart a comprar algo para la pared de mi cuarto, pero no sé muy bien qué.
Gus la escuchó soltar un jadeo emocionado que lo hizo sonreír.
—¡Podríamos comprar luces navideñas y colocar fotos Polaroid como se ven en Pinterest! —Sabía que Emma tendría una idea desde el primer instante. Escuchó el movimiento de su lado, como si ya estuviera preparándose—. Le diré a Zoé o Ned que me lleven. ¿Nos vemos en una hora? Es el Walmart del centro, ¿no?
—Ese mismo. En una hora está bien...nos vemos allí.
Se vistió con un pantalón holgado y una sudadera gruesa negra, porque el frío ya estaba comenzando a apremiar. No iba a tener tiempo de secar sus rizos con un difusor como solía hacerlo, así que solo se revolvió un poco el cabello para que se secara más rápido al aire natural, y avisó a su tía a donde iba antes de salir a la parada de autobús más cercana.
No podía evitar comparar su situación actual a como era su vida en Venezuela. Allá era difícil hacer algo tan cotidiano como bajar la calle a tomar el autobús: los motorizados sabían las horas pico, donde más víctimas podrían encontrar en la calle para robarles, y tenían muy en cuenta a los más jóvenes, por lo que se trataba de ir lo menos bien vestido posible para no llamar mucho la atención. Pero también podían robarte en la parada, o dentro del bus, o en la siguiente parada...a veces era mejor salir sin el celular o algo de valor.
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Losers
Teen FictionMuchos llamaban a la secundaria los años dorados: donde conocieron a sus amigos, donde tuvieron su primer beso, donde tal vez se encontraron con el amor de sus vidas, donde fueron lo más felices. Gus sabe que todo es una mentira. La secundaria es un...