¿Cómo conociste a mi hermano?

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Arizona
Me encontraba en la cama y decidí llamar a Ale y a Lupita, estaba demasiado aburrida viviendo yo sola y debía decirles algo.
Terminando de hacer la llamada caminé hacia el baño y tomé una ducha caliente, últimamente me gustaban más las duchas calientes que las duchas frías.
Estaba cambiándome cuando sonó la puerta, me apuré y fui a abrir, me encontré con las dos chicas y las invité a pasar.
-Hola Ari-dijo Lupita y me abrazó.
-Hola amor-dijo mi novia y besó mi frente.
Nos sentamos en la cama y nos pusimos a hablar de cualquier tema que se nos ocurriera.
-tengo algo que decirles-dije mirándolas a ambas, me sentía algo nerviosa.
-¿qué pasó?- preguntó Lupita y Ale me miró esperando una respuesta.
No cómo desvié el tema de la conversación pero sucedió.
-¿cómo conociste a mi hermano?-dije y Lupita se puso roja. Pude ver a Ale aguantándose la risa.
-bueno... larga historia-dijo Lupita y ambas la miramos interesadas
-tenemos todo el día-dije mirando a Lupita con curiosidad y Ale hizo lo mismo.
-Dioses no puedo creer que esté en esta situación- dijo riendo- está bien les contaré
-soy toda oídos- dije acercándome y Ale me abrazó para que la dejara escuchar
-bueno... todo pasó hace 3 años, yo estaba ayudando a Ale a buscarte y, ¿recuerdas cuando te fuiste del supermercado por aquel recuerdo, cerca de navidad?- Ale asintió- yo me quedé a pagar todo y resulta que adelante de mi estaba formado él... es que Arizona no me pude resistir cuando me volteó a ver y me sonrió, les juro que me daban ganas de...- yo golpeé su hombro y bufé
-es un espacio familiar- ambas rieron ante mi comentario
-vale ya- dijo Lupita y continuó- me daban ganas de... darle mucho amor- dijo resaltando la palabra y yo volví a bufar pero la dejé continuar
-la verdad estaba dolida por que cierta persona me había dejado y además tenía que tener algo de buena la navidad, me atreví a hablarle a aquel chico, intercambiamos números y todo salió perfecto, nos seguimos viendo cuando Ale se encontraba durmiendo o haciendo cualquier cosa que la hiciera sentirse mejor, te juro que ni se notaba que era un demonio, era un chico alto, de ojos y cabello negro, piel pálida- dijo Lupita perdiéndose en su mente, yo troné los dedos y ella reaccionó
-ya vi que mi hermano desde antes te traía babeando- dije riendo
-No es mi culpa, es demasiado guapo- dijo Lupita con la cara roja.
-Arizona le gana- dijo Ale de forma competitiva.
-Dioses- dije mientras veía como ambas se peleaban por ver quién de los dos era más atractivo.
Decidí pararme a tomar un vaso de agua mientras reía ante su tonta pelea. Pero debía decirles algo, era ahora o nunca.
-Chicas- dije y ellas me miraron- debo decirles algo... algo ajeno a esta situación entre "quién es más sexy 2020"
Me acerqué y me volví a sentar en la cama, ellas notaron la seriedad en mi rostro y se pusieron serias igual.
-sólo dilo amor- dijo Ale y yo agaché la cabeza.
-se acerca el momento-dije y ellas entendieron al instante. Pude sentir a ambas abrazarme y yo solté a llorar.
-No creo estar lista para esto-dije y sale negó.
- puedes amor, creemos en - dijo y Lupita asintió.
-Ale tiene razón- dijo y yo les sonreí
Estaba muy agradecida de haberlas tenido en mi vida. No quería pensar lo peor pero era inevitable.
Pasamos la tarde como en los viejos tiempos, cuando apenas nos empezábamos a conocer entre las tres, vimos películas, jugamos verdad o reto, comimos pizza y reímos más que nunca.
Llegó la noche y le pedí a mi novia que se quedara a dormir, Lupita se despidió y se fue, yo me acosté en la cama y mi novia me abrazó.
-¿si sabes que creo en ti verdad?- dijo besando mi cabeza.
-lo ... es sólo que me da miedo-dije abrazándome más a ella. No podía dejar de olerla, si esta seria la última vez que lo haría, quería hacerlo hasta cansarme, lo cual no sucedería.
-No tengas miedo, acá estoy-dijo y yo comencé a llorar de nuevo. Me sentía tan mal de tener que laborar esta misión, ¿porqué yo? Estaba siendo feliz con ellas, acá, como alguien normal.
-mañana será otro día- dijo acariciando mi cabeza- ahora debes descansar
Sentí que mi cuerpo la obedecía y sólo cerré mis ojos.

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