Estoy sola

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Arizona
Llevábamos una semana en el hotel y desde que se supo lo de la carta no me sentía muy bien que digamos.
-Princesa, debes comer algo- decir a Ale. El apodo de "princesa" me hacía recordar el casi posible final de todo lo que amaba.
- No... no me digas así- dije y Ale recordó cómo me afectaba ese sobrenombre.
-lo siento cariño, se me olvidó- dijo y me abrazó estando acostada yo en la cama.
- te amo- dije dándole la espalda en el abrazo.- y a Lupita la quiero, ha sido una gran amiga.
-Yo igual te amo, y se que Lupita igual te quiere- dijo tratando de animarme.
- quiero que se vayan de regreso a casa, es muy peligroso- dije y ella se quedó en silencio.
-No... no nos iremos sin ti- dijo y yo volteé.
-Amor...- dije soltando en llanto- No quiero que les pase nada malo- dije y ella me abrazó hundiéndome en su pecho y acariciando mi cabeza.
-No pasará nada malo- dijo tratando de tranquilizarme. Haría lo que sea por qué eso fuera verdad
- deben regresar- dije llorando aún más- deben regresar esto será una maldita guerra, una sentencia final, mierda no quiero que estén acá en peligro.
-nos quedaremos- dijo Lupita quien estaba acostada en la otra cama.
-No lo harán, ni lo piensen por un segundo- dije volteando a verla.
-No te preguntamos, te lo dijimos- dijo ella y yo me quedé callada.
-Esa es la actitud- dijo de vuelta Lupita y Ale me miró molesta.
-Ustedes no saben lo que dicen- me levanté molesta- ustedes creen que con sus palabras de aliento y sus palabras de amor ganaré todo esto, pues lo siento, no funciona así- dije mientras las miraba.
-No entiendo qué te molesta tanto- dijo Lupita parándose frente a y la siguió Ale- estamos acá porque te venimos a buscar. Surgió esta situación y no nos iremos sin , Arizona- Lupita me tomó de los hombros pero se quemó. Estaba muy molesta y se notaba.
-No saben lo que dicen- dije mirándola.
- Ni sibin li qui dicin- dijo Lupita burlonamente.
- deja de...
-shhh
-Déjame hablar por el amor de..
-SHHH.
-Qué gran discusión- dijo Ale mirándonos.
-Joder- dije para encerrarme en el baño.
Al encerrarme en el baño pude ver otra carta.
- ¿es en serio?- dije tomándola- ¿en el baño?
Después de esperar un rato por los nervios, finalmente la abrí.
"El tiempo de guerra se acerca, Arizona. Te advertí sobre el amor antes de mandarte al mundo mortal hace 4 años. Debes luchar, debes luchar si realmente quieres vivir con el amor.
Atte: L."
Tragué saliva y me atreví a preguntar.
-¿Con quién me voy a enfrentar?
Esperé una respuesta pacientemente pero no llegó. Entonces salí del baño.
Si no se querían ir al menos disfrutaría su compañía por unos meses más. Creo que estoy llorando justo ahora, en el baño, se había vuelto mi lugar seguro.
-Arizona, no puedes estar todo el día encerrada en el baño- dijo Lupita desde el otro lado de la puerta
-me subestimas- dije de regreso
-claro, como digas- contestó Ale molesta- ¿sabes Arizona? Estoy harta.
-¿qué?- dije molesta saliendo del baño
-Dioses ustedes parecen casadas- dijo Lupita y salió a tomar algo de aire.
-lo íbamos a estar- dijo Ale. Sentí mi corazón apretarse.
-¿íbamos?-dije y la miré con los ojos cristalizados.
-No quiero casarme con un cadáver prácticamente - dijo tomando mi mano y quitándome el anillo de compromiso.
-yo...- intenté decir algo pero ella se alejó y salió por la puerta.
¿Qué significaba esto?, ¿ella está cansada de mi?
Mi cabeza daba vueltas y poco a poco sentí como mis lágrimas salían sin ningún control.
Caminé hacia la cama y me recosté. Ahora más que nunca desearía poder escapar de todo y de todos.
"El amor es una arma de doble filo, Arizona"
esas palabras corrían por mi mente una y otra vez, alojándose en lo más profundo de mi cabeza.
No sabía cómo reaccionar, sólo era una chica con mala suerte, ¿porqué reaccionó así?
-Timotee- dije sollozando en mi cama- Timotee...
Sentí como alguien me abrazada desde atrás. Era mi hermano.
-vamos a casa, Ari- dijo. Yo lo pensé- vamos a casa antes de que te hagas más daño.
-vamos- dije con la voz rota- lo siento...- y él me cargó en sus brazos y sólo desaparecimos.

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