05

1.2K 97 16
                                    

_______________________________________

Seúl, 28 de noviembre del 20XX
Apartamento de JungKook
06:39hrs

_______________________________________

Mi cuerpo...se siente tan liviano y relajado.

Aunque mi trasero no dice lo mismo....¿Por qué?

Me removí un poco aun con los ojos cerrados, colocándome boca abajo al sentir incomodidad en mi anterior postura. La brisa fresca hizo que me escalofriara totalmente ¿Por qué estaba la ventana abierta? Siempre la cierro. Aspiré un poco la almohada en la cual estaba mi rostro apoyado, olía a un perfume el cual me conocía de memoria.

-Qué estúpido soy, ya hasta huelo su perfume en mi almohada...-balbuceé aun adormilado con una sonrisa boba.

-Lamento romper tus ilusiones pero esa almohada es mía-se escuchó una dulce voz.

Abrí los ojos de inmediato.

El sueño se esfumó de mi anatomía.

El rubor se instaló en mi cara.

Mis músculos se tensaron y todo lo ocurrido se estrelló en mi mente.

Hice el amor con JungKook...Hice el amor con mi jefe... ¡HICE EL AMOR CON MI JEFE JUNGKOOK!

Me senté como pude en el mullido colchón y me tapé con la sábana hasta la nariz ¿Y él? Estaba parado frente a la ventana con solo un pantalón de dormir mostrando sus exquisitos six-pack, pectorales y el casi invisible caminito de vellos desde su ombligo en dirección a la felicidad...ya saben a qué me refiero.

-¿Ya terminaste tu observación, pervertido?-dijo con diversión. Su cabello estaba algo alborotado. No llevará mucho rato despierto.

Intente incontables veces tragarme el nudo que se había formado en mi garganta, sentí mi nariz sudar, los nervios me estaban ganando.

-Yo p-pero... ¿c-como esta s-señor?-fue lo primero que salió de mi torpe hocico.

-Yo bien gracias ¿Y tú? o debería preguntar... ¿Y tú trasero?-finalizó acercándose a la cama con una sonrisa arrogante.

Aish como lo odiaba... y lo deseaba... y... esperen, ¿y qué más?

-Yo d-disculpe y-ya me voy...-dije rápido e incliné mi cuerpo hacia el borde de la cama para salir de ella y disponerme a buscar mis prendas. Al menos hubiese hecho eso si JungKook no me fuera acorralado entre la cama y su majestuoso cuerpo.

-Primero; No vas a ninguna parte. Segundo; Ya basta de usted, solo tengo 24 años. Tercero; y sin reclamos, quiero que amanezcas todos los días posibles, en mi cama...desnudo para mi preferencia- se sonrió y me besó dulcemente.

Bendito infierno... este hombre va a matarme...

Correspondí gustosamente rodeando su cuello con mis brazos, acariciando levemente los cabellos sedosos y castaños de este hermoso hombre. Nos separamos con sonrisas leves y me senté de nuevo en la cama, de alguna forma ya me sentía más relajado. Jeon salió de la habitación avisándome con un gesto que ya volvía a lo que yo solo asentí. Ya estando solo me dediqué a mirar la habitación.

Todo era neutro; blanco, gris y negro, tan JungKook. Aunque había tonos esmeraldas, como las almohadas y varios cuadros que tenían en él una pizca de ese color. Alfombra felpuda y muy cómoda a la vista, estaba la puerta que suponía era el baño y otra corrediza medio abierta, seguramente era el armario. La lámpara sobre la mesa auxiliar me llamó mucho la atención ya que eran bambúes con luz, muy original. Y el reloj súper moderno el cual marcaba las...

-¡Las 06:58!-solté asombrado.

¡Era tardísimo, tenía que ir a trabajar!

Me levanté de la cama como un rayo veloz, pero ¡tachán! Estaba desnudo.

-Maldita sea-mascullé.

Tomé una sábana y la medio enrollé en mi cuerpo, aunque algunas partes quedaron descubiertas, pero había otro problema mayor y era que si no llegaba a tiempo me despedirían sin compasión y sin arreglo.

-Diablos ¿Ni siquiera la camisa?- miré la mesilla de noche y me acerqué doblando el torso para tal vez encontrar alguna de mis prendas en esos cajones.

-Maldición, con una vista así todas las mañanas, hasta Dios me envidiaría mi dicha-se escuchó desde el umbral de la puerta.

Y ahí estaba el descarado de mi jefe mirándome si vergüenza mi culo el cual era miembro y protagonista de las partes que quedaron descubiertas. Me erguí cual soldado y me cubrí mejor con la sabana, claro que estaba rojo como un tomate.

-Llegaré tarde, llegaré tarde, llegaré tarde....-repetía una y otra vez mirando todos los lugares en los que puede estar mi ropa.

-Si es a trabajar, despreocúpate, recuerda que soy tu jefe, no podrán despedirte sin antes yo dar el "sí, despídanlo"....-caminó a su armario y saco de allí una camisa blanca de botones de las que él usa para trabajar y me la aventó-....además que follar con tu jefe te da más años en el contrato. Ponte eso y ve a la cocina, hay que desayunar-y con una sonrisa descarada y un guiño coqueto abandonó la habitación.

Es un imbécil....muy lindo.

Tomé la libertad de entrar a la ducha y asearme un poco, al terminar me coloque lo que me dio y sequé un poco mi cabello rojo.

-Espero no se enoje porque usé su champú...-murmuré mientras me dirigía a la cocina.

Y ahí estaba cortando fruta, dándome la hermosa vista de su espalda y algunos lunares que tenía esta...también rasguños...cielos.

-Tengo que cortármelas más...-hablé para mi mirándome las uñas de las manos.

-Oh, siéntate ya casi termino- me señaló el comedor con el cuchillo y luego volvió a su labor.

Sin decir nada me senté en una de las sillas acolchadas del comedor.

Todo era muy bonito allí también, con mucha luz natural gracias a los ventanales, y toda la decoración era bonita, ya que el espacio de la cocina y el comedor, tenían un ambiente acogedor. A los pocos minutos llego Jeon con dos platos de ensalada de frutas. Colocó uno para mí y otro en la silla frente a mí, luego se sentó.

Comíamos y masticábamos en silencio, pero no incómodo, al menos para él porque yo estaba que salía corriendo de allí.

-No te estés tan tenso, no habrá nada entre nosotros si no quieres- habló simple mirándome fijamente.

Ser tan directo debe ser prohibido para la sociedad.

-No es eso...-murmuré.

-Es algo muy sencillo, me tienes ganas, te tengo ganas, así que solo hagámoslo-se metió un pedazo de piña a la boca-Mi papá y mamá se conocieron por ganas de follar, fue traumante cuando lo supe, pero ahora ellos llevan 32 años de casados. ¿Por qué no follar tú y yo?

Eso me llevó a atragantarme un poco con la uva que iba a tragar, pero superé la situación disimuladamente.

El mismísimo Jeon JungKook me ofrecía follar con él cuantas veces quisiera...era algo extraño y sorprendente para mí...pero... ¿Qué tan malo puede ser? Solo es sexo, solo eso, solo es sexo.

-Está bien JungKook-asentí medio sonriendo.

El esbozó una sonrisa y sacó su celular del bolsillo de su pijama, marcando rápido un número. Me dispuse a comer, seguro sería trabajo.

-Hey Nam, te necesito al mando de la empresa, mi secretario y yo estaremos algo ocupados esta semana-dijo con una descarada sonrisa y una ceja enarcada.

Demonios ¿En qué me metí?

--------------------------------

Uys, me tardé un milenio :c


BOSS - Kookmin +18Where stories live. Discover now