Ahora los merodeadores se sentían ridículos, Severus no quería mostrar su dibujo y solamente se apartaba si alguno se acercaba, vale, vale, no había sentimiento de traición ni de madre triste.
Tenía más dignidad que todos ahí, pues no cayó con ningún chantaje, ni chocolate, ni peluches, ni varitas ni nada, estaba decidido y que todos se acostumbraran, bien. E inteligente también, el chiquillo dobló su dibujo y lo metió en el colchón de la cuna, sabiendo que era difícil sacarlo de ahí con manos grandes.
Pasaron gran parte de la tarde tratando de convencer al infante, evidentemente, sin éxito, y cuando se dieron cuenta, ya era hora de bajar a cenar. Lo que llamó la atención es que Severus tomó su dibujo y luego sujeto la tunica de Remus, parecía ya acostumbrado a que así era cómo se transportarian, aunque el merodeador de ojos miel se preguntaba si Severus se dejaría cargar por alguno de ellos a lo largo de la semana.
Y cuándo bajaron al comedor, regresaron a la escena de la merienda: Severus no agarraba nada, no había señales de Lily y la chica no se había tomado la molestia de explicarles que Severus sólo comería de el plato que le indicaran que era el suyo. Así que ahora estaban igual de confundidos que en la tarde. Cosa que desespero a las serpientes.
-Ustedes de verdad son imbeciles- la voz de Narcissa los sobresalto, la rubia serpiente acarició la cabeza de Severus, quien al instante la levantó, jurarían que sonrió al ver a la menor de las Black- a ver, ¿que te puede gustar? -la Black dio un vistazo a la mesa, sólo para chasquear los dedos y sonreír- ya sé.
Narcissa tomó el plato y tal cómo había hecho Lily, lo lleno con comida que era simple y liviana para el joven estómago, aunque fue el doble de selectiva. Severus comió sin siquiera cuestionar que le habían servido, sólo ver que Narcissa le indicaba que era suyo era suficiente.
-¿Tu tienes idea de por qué no se sirve? -quiso indagar Sirius.
Narcissa dudo, pero suspiro, a fin de cuentas no estarían ellos siempre para sacar a los merodeadores de dudas.
-Sí, la razón es-
-Cosa de Severus- el dicho al instante se paro de su asiento y fue al encuentro de Bellatrix, que le abrazo- Cissy, no vayas por ahí ventilando los problemas de Severus con cerebros de algodón- la riño su hermana, sólo para ver a los merodeadores- a ver, idiotas, para que Severus coma sólo tienen que servirle y ponerselo enfrente, si están esperando a que el se sirva o diga que quiere, lo mataran de inanición, le gustan las cosa sin muchos condimentos, listo, ya saben que hacer- Bellatrix sintió un leve tirón en su manga, donde cargaba a Severus, volteo y se sorprendió de ver que el niño le tendía un pedazo de papel doblado.
Sirius abrió la boca ofendido, ellos no habían tenido oportunidad ni de ver el papel y se lo daba a Bellatrix, ya habían entendido que era mucho más abierto con las chicas pero Sirius sintió una muy desagradable sensación en la boca del estómago sólo de ver que Bellatrix, alguien tan cruel y mezquina, era de confianza para el pequeño Severus. Bellatrix pareció no reaccionar, pero por dentro estaba teniendo in ataque de ternura por lo adorable que era, con cuidado tomó el papel y lo guardo, susurrando al niño que luego lo verían los dos, Severus asintió feliz, o lo mas feliz que podía verse.
-Ahora, a comer, que pesas menos que un Chihuahua desnutrido.
Severus parecía robot de lo obediente que era, en cuanto Bellatrix lo bajó, se sentó de nuevo y siguió comiendo, ambas serpientes les mandaron una mirada envenenada a los leones y se retiraron a su mesa,
Sirius vio a Severus comer, siguió con la mirada a Bellatrix pero no paro, cómo se lo había ordenado la bruja, se terminó el plato. A tiempo.
Salieron del comedor pero apenas pudieron dar unos pasos cuando de nuevo el trío de Serpientes más temidas de Hogwarts les cortó el paso.
-Por lo que veo, Lucius no se equivoco, son tan estúpidos que si Severus sigue vivo es porque es fuerte- soltó acidamente Regulus.
Sirius suspiro.
-¿Que quieres hermanito? -trato de negociar.
-De ti ya obtuve suficiente- respondió- mi problema es con él -señaló a James.
-¿¡Ahora que hice!?
-¿Sabotear una de las pociones de mi amigo, terminando por reducirlo a un infante del que te estás haciendo cargo tan mal que no sabes cómo alimentarlo, tal vez?
Golpe bajo.
Lucius sacó un libro de su tunica, sólo para agacharse a la altura de Severus y ofrecerselo. Severus miró con duda a Lucius, pero lentamente se acercó a él, viendo el libro con un especial interés. Miró a Lucius, quien le asintió, así que con cuidado tomó el libro. A Remus le parecía algo extraño que Lucius se hubiera quedado a una distancia prudente del niño, pues aún cuando tomo su regaló, no hiso amego de acercarse más, sólo sonrió para sí y se levantó, igual que Lily, ellos sabían que había algo mal en Severus, sabían la razón de su comportamiento, la raíz y las posibles causas, pero había una gran diferencia. Lily era novia de James, había cercanía y ya no era amiga de Severus, mientras que esas tres serpiente antes se cortan el brazo que irse de bocazas.
-De esa manera almenos podrá entretenerse con tremenda zanda de estupidez que traen estos gatos -soltó dedeñoso.
Con un poco de riña y revisando que Severus siguiera en una pieza, las serpientes los dejaron ir a regañadientes. Y ahora ¿que hacer?
-Mm, Snape- llamó Remus- es hora de dormir.
El niño asintió y miró alrededor, buscando algo hasta que lo encontró: el baño. Camino hasta el baño y cerró la puerta suavemente. Bien, eso era un alivio, podía ir al baño totalmente sólo. No le tomó más que unos segundos salir del baño, Severus se colocó junto a la cuna y esperar, los merodeadores intercambiaron miradas, Remus se acercó con cautela, el infante no retrocedió. Con cuidado lo levantó en brazos y lo coloco en la cuna, donde Snape tomó la manta y se cubrió a sí mismo, haciéndose bolita en una de las orillas de la cuna con el libro que Lucius le dio cerca.
Eso había sido....demasiado fácil. Se habían hecho ya la idea de tener que batallar aunque sea un poco para hacer dormir a Snape sin asustarlo, pero no, el pequeño tenía sus propias reglas y costumbres que les ponían los pelos de punta.
No era normal y no entendían que era lo que estaba pasando.
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Una pequeña broma
FanfictionLos merodeadores planean una broma a su víctima eterna: Severus Snape. Sin embargo, esta broma toma un giro que obliga a los 4 a hacerse cargo de sus acciones, pues la broma llevó a Snape....a convertirse en un infante de nuevo. Teniendo que cuidarl...