Varita

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Los Slytherin se habían mostrado realmente reacios a entregar a Severus, mientras que Severus no quería separarse de Bellatrix. A quien de repente le había nacido una especie de instinto maternal el cuál la había mantenido renuante a entregar al infante. Fue Narcissa quien lo tuvo que entregar para no desatar un innecesario conflicto entre Gryffindors y Slytherin. Intercambiaron a la hora del almuerzo, así que no podían darse el lujo de hacer una escena frente a tantas personas.

En cuanto Severus estuvo con los leones, regresó al aura de siempre, cabeza gacha y silencio absoluto. Lo sentaron en la mesa de los leones.

-Bien, ¿que quieres para comer? -preguntó Remus colocando varios platos frente a Severus- Hay variado, aunque el res está muy picante y el cerdo es demasiado pesado para el estómago, ¿que te parece pollo?

Remus espero una respuesta que jamás llegó, miro a Severus con duda en los ojos, sólo encontrandose con que el pequeño miraba abajo, sólo....esperando.

Remus intercambio miradas con los otros merodeadores, que igual que él, no tenían ni idea de qué hacer.

-Hey, Snivellus- trató Black- elije- le indicó acercando ambos platos.

Severus levantó un poco la mirada y dio un vistazo a la comida y luego alrededor, no era suya, no tenía que tocarla.

-No podemos dejarlo sin comer -obvio Peter- ¿que hacemos?

-¿Le pedimos ayuda a Lily? -ofreció cómo respuesta Remus, los merodeadores asintieron, pensando que sería la mejor solución ya que ninguno sabía que hacer.

-¿Pará qué me necesitan? -y cómo si hubiera sido invocada, la leona se sentó junto a los merodeadores- ¿Por qué Sev no ha comido nada?

-No quiere comer- explicó James.

Lily le vio confundida y se acercó al pequeño Severus, que al percibir una presencia femenina alzo la cabeza para verle, Lily acarició un poco su cabeza, era obvio a sus ojos que Severus tenía hambre, por Merlín, sus manos estaban en su estómago, de grande hacía eso cuando quería comer pero no lo decía. Suspiro y tomó el plato frente a Severus, sólo para servirle suficiente, ni mucho ni poco, lo que sabía que sería amable con su estómago y que Severus reconocería cómo seguro, sabores simples y no complicados. Una vez el plato lleno, lo dejo frente al pequeño y le acarició la cabeza, Severus sólo asintió y comenzó a comer. Los merodeadores ya les estaba dando mal argurio, algo no era normal y la chica sabia exactamente qué era.

Era sorprendente que a su edad, Severus ya pudiera comer ordenadamente y sin hacer un desastre totalmente sólo, sin ayuda.

-¿No sera difícil cuidarlo durante las clases? -preguntó Peter.

-Es la única opción- suspiro Sirius.

****************

Severus seguía a Remus cómo en aquella mañana, tomado de su tunica, el licantropo caminaba más lento que de costumbre para no obligar a Severus a correr, ya habían pasado las clases y no le habían escuchado decir ni una palabra, ni un quejido ni ni un pedido. No sabían si tenía sed, si necesitaba ir al baño, si estaba aburrido o si estaba feliz, Merlín, de pequeño y de grande eran iguales: inexpresivos y silenciosos, a clara excepción de que de mayor es bastante malhumorado y no teme decir unas buenas maldiciones de las cuales el remitente eran generalmente ellos. Era tan raro tenerlo tan....callado y sumiso, en especial porque sin importar que hicieran, el Slytherin no bajaba la cabeza cómo ahora.

Mientras ellos tomaban la clase, Severus estaba o sentando junto a ellos, o en el suelo a lado de su asiento, y no dijo ni una palabra.

Sirius de vez en cuando le echaba miradas para asegurarse de que estuviera bien, pero en una de esas miradas, noto cómo Severus veía la varita de Remus, sin acercarse y sin tocarla, solamente la veía con un brillo especial en los ojos.

Suponía que su naturaleza mágica le hacía llamativas las varitas, pero no tenía el valor de tomarlas. En un momento, Remus dejó caer su varita, y está cayó delante de Severus, el cuál la admiro por unos segundos, extendió la mano cómo queríendo tomarla, pero al ver que Remus se acercaba más rápido, retiro la mano y retrocedió, cómo si temiera que Remus o alguien mas le viera con la varita en mano.

Ese movimiento también llamó la atención de Remus, pues no era cómo si se fuera a enojar porque Severus tomará la varita, de hecho, de acuerdo a su edad era totalmente normal que la curiosidad por su alrededor lo llevara a tomar los objetos que estuvieran más cerca de él, ¿entonces porque se retiro?

James no podía estar mas confundido, gracias a su familia había convivido con muchas otras familia con bebés de más o menos la edad que Severus ahora tenía, todos eran ruidosos, auto didactas y en su mayoría, insoportables para alguien más que no fuera su madre, ahora todo su conocimiento en niños era inútil porque nada parecía aplicar en Severus, desde que era callado cómo una roca hasta que no se movía la gran cosa si le indicabas que se quedara en un lugar.

Finalmente los Leones tuvieron que regresar a su guarida, es decir, a su cuarto en la torre Gryffindor, donde Severus no tenía ni la menor idea de cómo moverse.

Remus suspiro sentándose en su cama, el resto de los merodeadores le imitaron, y cómo era movimiento popular, el pequeño Severus se sentó en el piso viendo a los presentes, esperando indicaciónes, órdenes o algo.

Sirius se cubrió la boca, eso había sido jodidamente adorable, entonces Peter se levantó, tomó un papel y un lápiz, sólo para agacharse frente a Severus y dejar ambos frente a él, Severus los recibió y miró un poco confundído al merodeador. Ninguno ahí se esperaba que los claros gestos de confusión y duda se vieran tan tiernos en Severus de pequeño.

-Es para que no te aburras- ofreció cómo explicación, sabiendo que, aunque no entendería 100% lo que estaba diciendo, comprendería el punto.

Severus, cómo era de esperarse, comprendió rápidamente, viendo él papel y tomando el lápiz. No estaba dibujando pero alguien tenía que decir que se veía adorable pensando que dibujar.

Todos se centraron en hacer la tarea para no abrumar a Snape, ya sabían que le tenía miedo a la cercanía de cualquier figura no femenina, así que, por orden de mamá Remus, ninguno se acercó demasiado, dejando a Severus dibujar en el suelo.

Una pequeña broma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora