Serpientes

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-No puedo creerlo.…

Remus estaba sentado en la cama de James, junto con James y Peter, Sirius estaba en el suelo cómo Padfoot, hecho un ovillo alrededor de Severus, que estaba dormitando en el pelaje del animal.

-¿Todos estos años?- preguntó incrédulo James.

-Y más, inició desde que eramos pequeños- explicó Lily- desde siempre.

-Dejame entender- pidió Peter- ¿La madre de Snape es una bruja que se caso con un muggle ocultandole el hecho de tener magia y cuando Snape nació se entero y desde entonces golpea a ambos?.

Remus, James y Sirius no tenían idea de donde meter la cara, siempre pensaban que al Slytherin sólo no le gustaba el contacto físico, ¿cómo podrían haber adivinado que todo venía de que su padre era cabron? Que además se gastaba todo el dinero en alcohol y Snape y su madre apenas tenían para comer. Sirius soltó un chillido perruno mientras se enroscaba más alrededor del infante y se tapaba la cara con las patas. ¿Cómo habían podido ser tremendos hijos de puta y jactarse de eso? Era simplemente demasiado.

De repente todo cobro sentido, qué temiera tanto de los hombres y se apegara tanto a las mujeres, era porque toda su vida, las mujeres habían sido fuentes de cariño y amabilidad para él. Su madre, Lily, las hermanas Black, todas las chicas le habían mostrado afecto. Tenía miedo de los chicos porque desde siempre las figuras masculinas sólo le infligian daño. Buscando que bajara la cabeza y sólo aceptará al maltrato, años de lo mismo les hacia entender porque tenía tanto coraje e ira dentro, teniendo que soportar aquello.

Sirius bajó las orejas cuándo vio la foto de la madre de Snape, cabello y ojos negros con una pálida piel. Entendía hasta cierto punto porqué se había pegado a Bellatrix, era lo más parecido que había en Hogwarts a su madre.

Las bromas que en años pasados habían sido divertidas ahora a sus mismos ojos les parecían crueles y mezquinas, burlarse de sus túnicas, arruinar varios de sus útiles sin siquiera detenerse a pensar en que no le alcanzaba para más, o el apego a Lily. El porqué siempre temía a que le quitaran la ropa, debía ser por las marcas, moretones y heridas que la ropa cubría, aguantandose y ocultando el dolor, sólo fingiendo indiferencia. Le habían quitado a su amiga, a la única que entendía a que tenía que enfrentarse todos los días por un enamoramiento. No podían ni imaginarse toda la impotencia que residía en Snape, años y años de maltratos que jamás fueron ni seran pagados y los culpables nunca fueron ni seran castigados.

-¿Y que hay de las serpientes? -preguntó James- ¿lo saben?

-Claro que lo saben- obvio Lily- serpiente no muerde a serpiente, intentan cuidarlo lo más que pueden.

A los merodeadores se les hacia difícil pensar en esas engreída serpientes preocuparse por algo más que no fuera que su cabello se viera perfecto o su tunica costosa estuviera sin arrugas. Más Remus podía imaginar a Malfoy perfectamente, la sonrisa satisfecha que siempre esbozaba cada que le daba un libro a Snape le decía que realmente se preocupaba por el Slytherin genuinamente. Sirius por otro lado, no se rompía la cabeza pensando en Regulus preocupado, por Merlín, había crecido con ese niño, lo había visto llorar por aplastar un caracol sin querer, es más, el niño se llevaba bien con los elfos domésticos de la familia a un punto que los trataba con amabilidad y les pedía las cosas por favor en vez de ordenarles cómo lo hacía Walburga, jamás los mandaba a castigar, ¡Su primer amigo había sido un elfo doméstico! Mismo que odiaba a Sirius por ser un traidor y palabruria y media. No se le dificulto demasiado imaginarse a su hermano persiguiendo a Snape por los pasillos del castillo queriendo sersiorarse de que estaba bien y en una pieza.

James intentó imaginarse al menor de los Black cargando con cuidado y cariño a un infante cómo lo era Snape en ese momento, sonriendo con un toque maternal y un toque gentil. Se sonrojo tanto ante la imagen mental que Lily se preguntó si James estaba enfermo o algo, pues se quedó totalmente quieto y sus mejillas se iban poniendo cada vez más rojas.

El que más se había tardado y le había costado hacerse una imagen mental era a Peter, realmente no podía imaginarse a Crouch maternal ni paternal, sólo podía imaginarlo cómo compañero de desmadre, ni siquiera un niñero, nop, si Barty iba a estar con un infante, tenía que haber la supervision de un adulto o las cosas resultarian muy mal. Crouch era mezquino y algo cruel con losque se atrevían a meterse con él, ya sea un comentario desdeñoso o una provocación directa, mientras que con los demas magos y brujas eran tan indiferente que alguien parado a un lado de él dudaría de si al estar muy por debajo de los estándares e interés del Slytherin. De manera que se le hacia muy difícil pensar en ese tio cuidando a un niño cuando el mismo actúa cómo un niño.

Sentía la moral por lo suelos, habían violado todo lo que significaba ser un Gryffindor. Sirius movió su peluda cabeza para ver al pequeño que descasaba sobre su lomo, se veía tan tranquilo en el pelaje del animal que ahora si mostraba la inocencia que debía tener a su recien rebajada edad, no cómo hace unos minutos que miraba todo con terror y cautela antes de moverse. Sirius baja sus orejas y emitió un lloriqueo perruno apenado al pensar y unir cabos de todo lo que le acababan de decir.

La imagen de Malfoy casi cargando a Snape después de una broma para llevarlo a la enfermería, rojo de ira tenía más sentido, no era dramatismo Slytherin, era preocupación real, seguramente estaba ya herido desde su casa y las "bromas" sólo le resultaban el doble de dolorosas a lo calculado. Esos mismos gestos que lo hacían enojar, sólo de pensar que se dejaba tocar por alguien más, no tenía sentido, pero siempre que lo veía sonreír con su hermano, reirse con Malfoy y jugar un poco con Crouch, le hacía hervir la sangre.

¡Lo siento! Este capítulo es un poco corto y me tarde más porque me quedé sin luz ni Internet, SORRY

Una pequeña broma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora