Intentemos Otra Vez

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Desde qué Lily les dijo la verdad sobre la vida de Severus la habitación se había hundido en una silencio espectral, el cuál llegó a la noche.

Sirius fue el primero en despertar y arreglarse para el día, con el uniforme de Gryffindor se vio al espejo, era valiente y bravo, pero....¿Noble?.

Recordó todas les veces que el Slytherin le dijo lo egoísta y narcisista que era, alguien que no era capaz de ver más allá de su propia nariz, siempre lo tacho de envidioso, pero ahora....tenía razón, nunca había sido noble, podría ser carismático y alegre, pero jamás noble. No le había dado ni la más mínima oportunidad al Slytherin, lo cazaba cuándo estaba sólo y lo llamaba cobarde cuando lo enfrentaban de a 4 contra 1. Gritaba que quería ser diferente a toda su familia pero resultó ser igual, sólo que desde otra perspectiva: mismo odio, diferente objetivo.

Pronto los 4 merodeadores se despertaron y arreglaron, pero cuando Remus hizo amego de sacar a Snape de la cuna, Sirius se interpuso, haciendo seña de que esta vez él lo haría. Remus acepto algo más que sorprendido, ¿estaba Sirius tomando responsabilidad de sus acciones? Eso si era de quitarse los lentes.

Sirius se acercó a la cuna donde el pequeño Slytherin ya estaba despierto y esperando por ser sacado de la cama para iniciar la rutina. El pequeño pudo advertir el cambio de chico, no era el de cicatrices, pero no se sobresalto la gran cosa, después de todo, cumplirían esa parte de la rutina con normalidad. Sirius sacó al pequeño de la cuna, felizmente notando que ahora ya pesaba un poco más que la primera vez que lo cargo, aún así seguía muy liviano.

El niño vio a Remus, dirigiéndose a tomar su túnica cómo de costumbre pero ahora quien le extendió la mano fue Black, Severus le vio extremadamente confundido, casi tan confundido cómo todos los demás del cuarto. Severus tomó su túnica en vez de la de Remus algo nerviosos, cómo probando nuevo terreno desconocido y llendo con su característica cautela, probando si era seguro o no.

Sirius sólo asintió y salieron, teniendo el debido cuidado y atención al menor que se esforzaba por no ser una carga. Al llegar al comedor, en la puerta ya le esperaban los Slytherin, impacientes por el intercambio, Malfoy estaba escuchando a Crouch parlotear mientras Regulus simplemente contestaba cuando había una incongruencia demasiado grande.

Cuándo entraron al campo de visión de los Slytherin, las serpientes estaban igual o más sorprendidas que los mismos leones por la escena frente a sus ojos, es decir ¿Black a menos de un metro de Snape sin dañarlo o humillarlo? Eso si era de quedarse con la boca abierta.

Sirius se acercó sin el aura de ego y desprecio que normalmente emandaba y entregó al pequeño sin mediar palabras cómo era costumbre, ni un insultó, ni una burla, ni una mala mirada, sólo se paro delante de su hermano para que este recogiera al pequeño. Regulus le estrujo con la mirada de pies a cabeza, ¿que? ¿Era una trampa? ¿Por qué estaba Sirius tan serio?

Regulus se agachó para ver a Severus, casi esperando ver alguna herida o indicio de miedo, pero lo único que vio fue la misma confusión que el tenía reflejada en esos negros ojos, mismos que le miraban expectantes, cómo esperando una explicación a tan raro comportamiento.

-¡Tengo hambre! -el audible quejido de Crouch rompió la sería y pesada atmósfera- ¡Vámonos!

Barty prácticamente arrastró a Regulus con el niño al comedor, pero Malfoy se quedó en su lugar y con una seña les hizo ademán a las otra serpientes de que se adelantarán. Sirius estaba por entrar al comedor cuando Malfoy le detuvo.

-Se que Evans se fue de bocazas con ustedes- afirmó con una ira contenida en la voz- no era su lugar decirles ni derecho de ustedes saberlo- el sentimiento de ofensa e indignación que llevaba esa voz era cómo una silenciosa cachetada- Severus no es un perrito perdido y pateado, ahora que saben no quieran tratarlo con lástima, de ustedes ya recibió demasiado daño.

Sin siquiera darles la oportunidad de contestar a su arranque de indignación, el rubio de dio vuelta y entró al comedor sin mediar más palabra o gesto, aunque Lupin bien lo había escuchado murmurrar maldiciones por lo bajó a ellos y a Lily, llamándola "¿Sangre sucia? Ja, sera sangre chismosa"

Sirius suspiro e internamente aceptó que Malfoy tenía razón, ellos no tenían derecho a saber de la vida privada de Snape, ni aunque quisieran podrían verlo con pena, a lo mucho con vergüenza al saber la verdad, pero no con pena, bueno, al menos el no.

Se sento de frente a la mesa de las serpientes junto a James, viendo a Regulus y Malfoy cuidar del pequeño Snape, en un momento, Severus empezó a buscar a alguien con la mirada, poniéndose nervioso al no encontrar a ese alguien. Sirius supuso que estaba buscando a Bellatrix, pues al parecer Bellatrix era lo más parecido a Eileen que había en la escuela. Regulus al instante lo noto y alargó el brazo para poder alcanzar un plato con fruta, así poniendo frente al menor un pequeño montón de fresas, logrando que este sonriera muy levemente pero exclamando su felicidad con el pequeño brillo en sus ojos. Sirius no pudo evitar enternecerse al verlo comer la fruta tan feliz, tan feliz con tan poco.

****************

Tener de regreso al pequeño, al igual que siempre, fue a regañadientes, el pequeño Severus, a diferencia que con las serpientes, se sentaba con la cabeza gacha y sin hacer el más mínimo ruido o gesto, todo lo contrario que con las serpientes, quienes le invitaban a alzar la cabeza y relajarse. Sirius quedó de frente a él mientras Remus a un lado. Verlo tan cautelosos cuando estaba con ellos mientras con los Slytherin era más suelto les hacía sentir cómo si ellos fuesen personas peores que Tobias, a un punto que su único refugio o manera de sobrevivir estando con ellos era adoptar el comportamiento que mantenía calmado al cabron ese.

James vio cómo si le hubiera salido una segunda cabeza a Sirius cuando esté estiró el brazo, y al igual que su hermano, le ofreció una fresa al menor, incluso Remus estaba sorprendido, Severus vio la fresa y luego a Sirius un par de veces, sin creerse qué le estuviera ofreciendo comida, casualmente su fruta favorita, no iba a mentir, quería tomarla pero su vida no valía una fresa. Sirius exhalo todo el aire atrapado en sus pulmones cuando Severus tímidamente tomó aquella pequeña muestra de paz.

-Intentemos de nuevo, Snape- pidió Sirius.

-Hermano, es un niño, ni yo te entiendo- señaló James.

-Lo sé, lo sé.

Una pequeña broma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora