Prólogo

2.6K 107 12
                                    

Siento punzadas pequeñas en la cabeza y un constante pitido en mis oídos comienza a ser molesto. Quiero abrir los ojos pero siento pesadez en todo el cuerpo. No sé dónde estoy, se siente extraño. Escucho algunas voces lejanas, no logró distinguir lo que dicen pero por sus tonos, puedo asegurar que se escuchan acaloradas y que pertenecen a una mujer y a un hombre.
Otra punzada llega a mi cabeza, esta es muy fuerte, tanto que me obliga a soltar un quejido y a abrir los ojos de repente. Vuelvo a cerrarlos por la intensa luz y por el dolor en la cabeza. Escucho las voces, pero no me concentro en ellas, no hasta que abro los ojos nuevamente y en mi campo de visión la cara de mamá aparece frente a mí.

Luce aliviada y preocupada. Mis ojos escanean rápido la habitación, estamos solas, sin el hombre con el que discutía y también estamos en un hospital, lo que me lleva a preguntarme qué rayos me sucedió.

—Está bien, cariño. Está bien. Ya viene el médico—dice mi progenitora y puedo ver sus ojos marrones con lágrimas.

—¿Qué sucedió?—pregunto con voz ronca.

—Tuviste un accidente en auto, mi amor.

Vuelvo a mirarla y cuando mis ojos escanean su rostro con detenimiento, la veo un poco más mayor de lo que recuerdo y su cabello ya no está a la altura de sus hombros, ahora llega a la cintura, el entendimiento llega a mi en minutos y comienzo a alterarme.

El médico no tarda en llegar, hace lo suyo preguntando cosas y es cuando nos damos cuenta que algo no está bien conmigo. Mi último recuerdo es el de mi cumpleaños hace diez años. Claramente he perdido mis memorias de los últimos diez años de mi vida.

—Pero, ¿es temporal, verdad?—pregunta mamá y por la expresión del médico sé que no es así.

—No sabemos con certeza. Puede recuperarla en unos días, en años o incluso, nunca.

Aparto la vista tratando de tragarme las lágrimas y la impotencia de no recordar absolutamente nada.

Mi vida va a cambiar completamente, porque la Elizabeth que fui ahora desapareció y tendré que adaptarme a los pequeños pedazos que quedaron de mí. Tengo que buscar la forma de volver a ser yo aunque no sepa cómo.

Piezas de mí- j.p. villamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora