Y de repente... tú. (Historia CLEXA)

2. "Decisión"

***

El día transcurrió como habían programado. Clarke atendió a todas sus reservas mientras Raven ejercía de relaciones públicas y captaba nuevos clientes.

Pararon solo para almorzar unos sándwiches que la latina trajo de la cafetería y un par de veces para que Clarke se tomara un cafe, hasta las nueve de la noche que dio por finalizada la jornada de trabajo.

— Menudo día... -suspiró Raven, recogiendo el material para llevarlo de vuelta a la maleta—... Parece que tu diseño de "True Love" ha causado sensación... he vendido como quince camisetas...

—Ya me di cuenta... ¿quedan más?

—¡Claro! Encargué una tirada de cincuenta. Por si acaso... -sonrió.

—Hm, bien. Mañana usaré la mía.

— También yo. Es mi favorita.

—No lo dudo... -respondió Clarke, elevando una ceja.

Mantuvieron las miradas durante unos segundos hasta que ambas rompieron a reír.

El diseño en cuestión no era otro que ese momento que Raven había escenificado la noche anterior mientras esperaban el ascensor, desde la perspectiva de quien según la latina recibía tan "inmenso placer".

En la imagen de estilo vintage, solo se veían las piernas de la chica, adornadas con unas medias de rejilla a medio muslo y a un chico cuyo bigote y barba caían sobre la entrepierna de ella censurando su intimidad y consiguiendo que fuera difícil diferenciar entre lo que era barba y lo que no, aportando al mismo tiempo un toque de humor bajo el emblema de "True Love "

Sin embargo, Clarke no estructuró aquel boceto con esa intención. No había pretendido ser graciosa, mucho menos había tratado de sonar sarcástica, sino todo lo contrario, ya que el sexo oral para Clarke era un acto de verdadero amor.

Había estado en varias relaciones serias y había tenido algunas aventuras interesantes y, aunque se había dejado "besar", "morder", "chupar" y "lamer" ..., a sus treinta años aún no había conocido a nadie con quien se sintiera realmente a gusto para practicarlo.

Lo había intentado alguna vez, aunque más bien había hecho el esfuerzo, entendiendo que para la otra persona también sería algo con lo que disfrutaría, pero tras varios sucesos desafortunados concluyó que no era nada que le gustara hacer o por lo menos, no a nadie que hubiese conocido hasta ahora.

Nunca había hablado abiertamente sobre el "tema", ni siquiera con Raven, quizás porque para la latina el sexo oral era lo más, lo único importante, pero Clarke era consciente de que tenía un problema. Y la única persona con la que sabía que podría hablar sobre cualquier cosa sin que la juzgara por nada, hacía un tiempo que no se encontraba en condiciones de hablar con ella.

(Flashback)

—Hm... papá... ¿qué piensas del sexo oral??? -preguntó al fin, tras destrozar completamente la etiqueta de su refresco.

Clarke y su padre hablaban de temas de los que la rubia no hablaría abiertamente con nadie más, ni siquiera con sus amigas, quienes se escandalizaban cuando aseguraba que no había secretos entre ellos y que su padre era su mejor amigo y confidente.