Capítulo 4

979 90 4
                                    

Escucho voces. Voces discutiendo algo...
Lentamente abro los ojos.
Lo primero que veo es un techo totalmente extraño. ¿Dónde estoy?
De golpe lo recuerdo todo. Me levanto de un salto totalmente desorientada.
Choco con alguien. Era el hombre que me atacó.
-¡¿Donde estoy?! -Grito asustada al mismo tiempo que corro, escapando de él.
-Tranquila...-Dice una voz femenina.
Diviso una puerta (una puerta bastante extraña) y corro hacia ella. Justo cuando pensaba que era libre alquien me agarra por atrás.
-¡Tranquila! No te haremos daño -Dice, con un español no tan perfecto, tratando de agarrarme mientras yo pataleo intentando escapar.
Vuelvo a gritar desesperada y me fijo en su cara.
Era un hombre rubio de ojos verdes que se me hacia muy familiar.
Lo único que logro al mirarlo, es confundirme aún mas.
-!Suéltame!
El hombre rubio me afirma aún más.
-Te dije que debía borrarle los recuerdos y dejarla en paz. -dice el hombre de los ojos azules.
-Yo solo quería... -dice una mujer en el otro extremo de la habitación. Nuevamente me parece familiar.
Ahí es cuando caí en cuenta de quienes eran.
Me logro soltar y me alejo respirando entrecortadamente del hombre rubio.
No podía ser cierto. Debo seguir estando soñando.
Pero parecía demasiado real.
Estaba rodeada por ellos. No había salida.
-¿Qué quieren de mi? -digo con los ojos llorosos de puro miedo.
La mujer me mira.
-Queremos saber... si... -dice la mujer mirandome pero el hombre de los ojos azules la interrumpe.
-Mírame a los ojos.
-Christian, no... -dice la mujer, pero el hombre le devuelve una mirada inexpresiva.
"¡¿Christian?! Eso significa que..." Mi mente vuelve a estallar en confusión y miedo.
Voy a morir.
-Mírame -vuelve a repetir.
Miro al suelo fijamente muerta de miedo.
-No... -digo lentamente.
-¿Por qué no? -vuelve a decir Christian.- ¿Qué importa si me miras a los ojos? ¿Te haré algo?
Sin pensarlo, respondo.
-Te meteras en mi mente...
-¿Cómo lo sabes?
-Yo... -me quedo callada. La situación era totalmente ilógica. No era posible que ellos fueran los personajes de mi libro favorito.
"Solo se parecen" pienso tratando de convencerme a mi misma.
Pero una parte de mi, sabía que estaba equivocada.
-No te molestes en contestar. Te leí la mente. Lo sé todo. -dice Christian- Ahora dime ¿Como nos llamamos nosotros?
-No los conozco. Déjenme ir a casa por favor. -sollozo.
-Nos conoces perfectamente. Dime como se llama el rubio de allá.
Trago saliva.
Estoy soñando. Nada de esto es real.
-Ja... ¿Jack? -Digo asustada de mis palabras y su reacción.
Veo por el rabillo de ojo que el rubio abre los ojos algo sorprendido.
-Si, yo soy Jack -dice lentamente.
-¿Y cómo se llama la mujer? -Dice Christian fríamente.
Ya no tenía porque retenerme.
-Vic... Victoria
-Y no es la primera vez que la ves. -No fue una pregunta, sino una afirmacióm.
Abro los ojos de par en par.
Entonces no lo había soñado.
Me consagraron como maga. ¡Soy una maga!
Pero... todavía estoy soñando.
Nada de esto es real.
En cualquier momento abriré los ojos y estaré en mi cama.
Christian interumpe mis pensamientos, pero esta vez escucho sobresaltada su voz en mi mente.
<<Se perfectamente que sabes todo sobre nosotros.>>
Trato de calmarme. No valía la pena asustarme. Estaba soñando... ¿O no?
<<Se lo que piensas. No estas soñando Isabel>>
-¡Dejenme en paz! ¡No son reales! ¡Es solo un sueño! -Grito al mismo tiempo que comienzo a correr.
Mi intento de escapar no dura mucho. Christian me cierra el paso.
Doy media vuelta inmediatamente al ver que sale por mi. Me dirijo hacia Victoria, que, sin saber por qué, me da confianza.
Me escondo atrás de ella.
-Por favor... por favor... dile que no me mate... -Suplico aguantando las lagrimas.
-No te hara daño... Ninguno de nosotros te hara daño. -Dice tranquilizandome.
-Estoy soñando.
Victoria se da vuelta y me mira.
-Se que parece de locos... pero... somos reales.
-Pero... ¿Cómo es posible? Son personajes de un libro.
-Eso también nos impresiona a nosotros. -Dice Jack.- Christian nos contó lo que rescató de tu mente... y créeme, estamos tan sorprendidos como tu.
-Pero... si son reales... ¿Cómo escribieron el libro? -Digo confusa, pero aún asustada por la presencia de Christian.
-Es lo mismo que nos preguntabamos nosotros. -Dice Christian.
-Me vas... ¿Me vas a borrar los recuerdos, verdad? -Digo aún escondiendome en Victoria.
-Si.
-No... por favor no... de verdad.... si... ¡Olvidare que soy una maga! ¡No podré aprender nada! -Digo mirando de reojo a Victoria, que me devuele una mirada llena de ternura.
-No deben saber que existimos.
-Pero, si lo del libro es cierto. Ustedes deben estar instalados en la tierra, intentando vivir una vida normal. -Jack me mira aún atónito por lo que se- ¿Cómo es que nadie los reconoce? Hay mucha gente lectora de Memorias de Idhún -digo lentamente.
Victoria es quién me responde.
-Creo que... quizás es porque al venir a la tierra -Dice mirandome para asegurarse de que se de lo que habla- Nos pusimos... un hechizo de camuflaje para que los idhunitas que nos rastreaban no nos reconocieran.
-Es impresionante que tambien nos haya salvado de lectores. -Dice Jack lentamente. Al parecer estaba totalmente confundido, al contrario de Christian que su cara era totalmente inexpresiva.
-Pero... ¿Cómo nunca antes vieron el libro? ¿Viven en la mansión de Allegra, no?
-Si... -Dice Victoria.
-La autora es española y el libro es aún más famoso en España. Deberían haberse fijado en él.
-Pienso que de alguna manera nos lo ocultaron -dice Christian.
Lo miro tímidamente. ¿Cómo es posible que haya sido fanática de él? Da miedo.
Quito esos pensamientos de mi cabeza. Aún seguía pensando en que era un sueño.
-Suficiente. -Dice Chistian y se acerca lentamente hacia mi.
-No... ¡No! -Me escondo más en Victoria.- Por favor... Victoria... ayúdame. Quiero aprender a utilizar mi magia. No quiero olvidarlo... -digo suplicando.
Veo a Victoria titubear.
Christian se acerca y me mira fijamente.
Miro al suelo.
-¡No! ¡Jack! Tu sabes lo que es mirar a un unicornio. No dejes que me quite el recuerdo. -Digo asustada.
Victoria se da vuelta.
-Christian, no lo hagas...
-No puede saber nuestra existencia, ni menos la de Idhún.
-¡No le dire a nadie! ¡Lo juro! Saben que es posible, ustedes hicieron lo mismo... -Digo, resistiendome cada vez menos a la mirada de Christian.
No pude más. Lo miré.

¡Idhún es real!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora