Capítulo 18

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Eva.

-¿Qué pretendes? Te dije que solo me caí.
Intuía perfectamente la verdadera razón por la cual Erik quería venir a Limbhad.
-¿Qué? -Me mira burlón.- Primero, el duelo de espadas.
-¿Hablabas enserio?
Erik comienza a caminar hacia la sala de entrenamienos. Lo sigo.
-Coge tu espada. -Toma la suya.- Vamos al exterior mejor.
Suspiro y hago caso.
Me vendría bien una pequeña pelea.

***

-¿Lista, mini serpiente ?
Lo miro desafiante.
-Claro, apestoso dragón.
Con un grito, Erik se abalanza rápidamente sobre mi. Pega una estocada.
La detengo con facilidad.
Lo empujo, haciéndolo retroceder solo un poco. Lo justo para devolver un golpe.
Erik lo detiene justo a tiempo. Rápido como un rayo, lanza una brillante estocada. Me agacho y ruedo sobre mi misma.
No se la daría nada de fácil.

***

Llevábamos un buen rato luchando, no había un claro ganador.
Yo me dedicaba a esquivar y defenderme. Erik se lanzaba impulsivamente a golpear.
Respiro entrecortadamente. Una parte de mi, ansiaba tomar el control y enterrarle la espada.
Antes de dejarme reaccionar, mi hermano me empujo con su espada con todas sus fuerzas.
Caigo al suelo.
En un abrir y cerrar de ojos, tenía a Tamadrak en mi pecho.
-Estas muerta, serpiente.
Erik me mira burlonamente y se lanza al piso, cansadísimo.
-No es justo, eres mayor. Tienes mucha más fuerza que yo.
Erik rie y repite mis palabras con un tono agudísimo burlandose.
-Los dragones son mejores, admítelo.
Sonrio.
-Si claro. -Respondo sarcásticamente.- Ya verás, cuando estemos igualados en condiciones, ganaré de inmediato.
Erik rie.
Se produce un incomodo silencio.
Mi hermano carraspea.
-Se perfectamente que mentiste al decir que solo te caiste.
Trago saliva. No podría sacarle esa idea de la cabeza, conocía a mi hermano.
-Aceptalo, solo me caí.
-Sabes que eso no es cierto.
Me levanto de un salto y comienzo a caminar.
-¿A dónde crees que vas?

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