Ella es una vampira de más de mil años que guarda muchos secretos. El mejor guardado está relacionado con la familia Original. Con Niklaus Mikaelson.
"Por y para siempre. Te lo prometo."
Segunda parte de "Always and Forever".
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- ¿Así que los lobos que no están de lado de Esther, ahora viven aquí?
Me senté en la cama de Hayley y cogí la taza de café humeante que ella me ofrecía.
- Sí.- asintió y yo aspiré el aroma del café.- Klaus me dijo que actuara, y eso hice.
- ¿Y has conseguido encontrar a Jackson?- pregunté, aunque sobre quién quería preguntar realmente era otra persona.
- Puedes preguntarme por Nate directamente.- comentó y yo giré la cara riendo nerviosa.- Él y su hermano están desparecidos.
Asentí lentamente y bebí de mi taza.
- ¿Has hablado con Rebekah?- me preguntó tras unos segundos.
- Sí, ayer por la noche. Está bien. Las dos están bien.
Hayley clavó su mirada en sus sábanas blancas. Sabía que lo estaba pasando mal. Muy mal.
- Vas a poder verla antes de lo que te imaginas.- le aseguré cogiendo su mano.- Y todo el sufrimiento, el dolor y la tristeza merecerá la pena cuando la tengas entre tus brazos.
- Eso espero.- susurró.- Eso espero.
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- A algún restaurante le debe de faltar un chef.- murmuró Hayley observando la larga mesa en medio del patio llena de comida.
El dulce aroma de los pasteles recién horneados inundó mis fosas nasales y me abrió el apetito con rapidez.
- Es algo que he hecho en el pasado, pero no tuve nada que ver con esto.- aclaró Klaus misteriosamente bajando las escaleras.
- Le tengo que dar las gracias a Elijah, supongo.- dije antes de coger una fresa y metérmela a la boca.
- Yo tampoco he sido.- soltó Elijah bajando las escaleras.
- ¿Y quién ha sido?- pregunté muy curiosa, y una tapa empezó a moverse. Sin dudarlo, Klaus la levantó y unos pajaros salieron volando de allí.- ¿Qué demonios...?
- Una invitación de nuestra madre.- dijo Nik leyendo una tarjeta que estaba junto a los pájaros.
"Cena en vuestra casa a las ocho de la noche"
...............
- ¿Estás bien? - pregunté desde la cama, mientras Klaus contemplaba la ciudad desde el balcón.
-Tenemos muchos enemigos aquí.- respondió entrando a la habitación.- Y la guerra será con nuestra propia familia.
Pensé en la fresa que había comido antes. Me arrepentí enseguida. Ya me imaginaba calva por algún hechizo al final de la noche.
