Liberty of omega [KookTae]

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[Les juro que yo quería fluff pero mi mente]

Extra: Jinsu.

~Yoongi/9
~SeokJin/4

—¡Yoonie!— Exclamó el pequeño de regordetes labios, mejillas y grandes ojos brillosos.

El cachorro de ya cuatro años estaba alegre de volver a hundirse en el aroma a café que de alguna manera se complementaba con su olor a manzana con un toque de canela.

—Jinnie— Murmuró él omega de mirada gatuna, observando al mencionado que hacía pucheros inconscientemente reclamando su atención.

Podía saber de ellos incluso sin la necesidad de verlo.

—Necesito terminar esta tarea, más tarde jugaremos, ¿si?— Acarició los finos cabellos negros del menor para intentar separarlo.

Seokjin ya no sabía si creerle después de que el mayor le dijo hace unos días exactamente lo mismo y no cumplió; Le costaba entender que Yoongi tenía más obligaciones y responsabilidades con el tiempo, por lo cual, no podía evitar dejar feromonas de tristeza, sintiendo a su lobito bajar sus orejitas.

—Por favor.— Balbuceó aún contra el cuello contrario.

— Solo un rato.

[...]

~Yoongi/12
~Seokjin/7

—Yoonie.

Saltó emocionado de su cama para celebrar el doceavo cumpleaños del omega, su omega.

Por otro lado, el más pálido de la familia gruñía por haberse levantado temprano, escuchando la melodía típica de feliz cumpleaños.

—¡Pide un deseo!— Gritó Soobin para recibir un empujón de su mellizo.

—Cállate, no le digas que hacer.— Refunfuñó.

Por favor, un rato de silencio; Pidió ignorando la pequeña pelea, soplando las doce velas.

[...]

Horas más tarde, Jungkook recibía a los invitados con su bebé de dos años mientras Taehyung se preguntaba porqué al parecer todos sus hijos siempre tendrían de favorito al alfa, incluso el pequeñín que presentía omega paraba más con el alfa que con él que lo llevó nueve meses.

Yoongi saludó a todos guardando los regalos rápidamente en su habitación, oyendo los quejidos de Jin que lo perseguía diciéndole que cómo podía meter regalos que tenían diferentes aromas, quejándose principalmente de aquellos que provenían de alfas.

—¡Basta!— Bramó pareciéndole patético lo que soltaba el menor.

No le hables así; Rugió su lobo, Suga, quien siempre justificaba al menor, parecía que lo amaba más que a él que era su humano.

—Lo siento.— El lobito del menor bajó sus orejitas ocultándose en sus patitas, otra vez; Reprendiendose ser tan celoso e impulsivo.

Tan solo era un cachorrito que le faltaba controlarse, demasiado sensible ante la voz de su omega.

Yoongi hizo caso omiso a la última escena y salió de la habitación sin dar una respuesta, dirigiéndose a sus amigos.