Capitulo IV. Confusión.

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Habían pasado dos días desde que salieron de Konoha, decidieron evitar descansar para llegar a Suna lo antes posible, sin embargo lo que vieron los tomó por sorpresa. Cerca de su posición observaron un extraño bulto negro que yacía inerte sobre la arena caliente, Yuuki corrió tras observar que ese extraño objeto se movía tenuemente, como si se arrastrará. Los demás la siguieron y lo que descubrieron los dejo helados.

Kankuro comenzó a abrir los ojos poco a poco, la luz que provenía del techo de la habitación hacia que su vista se volviera borrosa, pero logró estabilizarse luego de unos segundos. Trato de mover su cabeza pero por alguna razón sus músculos se encontraban demasiado adoloridos

- ¿Donde estoy? - pregunto casi en un susurro, uno de los médicos que se encontraban ahí se acercó y comenzó a revisarlo, al parecer su estado dejo de ser crítico y el despertó

- Tranquilo, Kankuro-sama, está a salvó - contesto mientras se dirigía hacia la puerta de la habitación.

¿Estoy a salvó? - pensó, después de unos segundos aquel médico regreso junto con varias personas, entre ellas su hermana mayor

- ¡Kankuro! ¡Eres un idiota! - le reprendió la rubia, ella se veía recuperada, a excepción de unas cuantas vendas que rodeaban sus brazos y piernas. - ¿Como se te ocurre salir así de la aldea? ¡Y sin ayuda! - la chica llevaba un rostro de preocupación total, no importaba lo que pasaba, ella se preocupaba más por sus hermanos que por ella misma.

- Tranquila Temari... - comenzó a sentarse con dificultad, ella le ayudo mientras lo veía con el ceño fruncido, una vez logro mantenerse, miro a las demás personas que estaba con el dándose cuenta que eran los shinobis de Konoha. - ¿Que fue lo que pasó? - pregunto con algo de confusión

- eso queremos preguntarte a ti, Kankuro-san - contesto el hombre de máscara y cabello plateado - ¿Que ocurrió? -

Kankuro lo miro a el, después movió su vista a sus manos, estaban vendados y cubiertos de rasguños, todo paso demasiado rápido en su mente y se maldijo a sí mismo por ser tan débil. Apretó fuertemente el puño y cerró los ojos

- Intenté rescatar a Gaara - comenzó a hablar con algo de tristeza - cuando los alcancé quise enfrentarlos, pero solo uno dió la cara mientras que el otro huyó con Gaara - abrió un poco los ojos viendo cómo detrás de los shinobis se encontraban los viejos consejeros - me enfrente a Akasuna no Sasori. Recuerdo que realizó varios movimientos y sin darme cuenta mis marionetas fueron destruidas, recuerdo que estaba agonizando pues sus armas estaban llenas de alguna especie de veneno, sentí que moriría

- ¿Veneno? - se preguntó la morena - cuando te examinamos no detectamos ningún tipo de veneno en ti

- ¿Como? - se preguntó Kankuro - cuando lo enfrente, mis músculos se tensaron y mis manos ya no respondían, era un dolor profundo y punzante, como si cada órgano de mi cuerpo fuese a explotar. Él me dijo que no me mataría rápido, decidió dejarme morir por el veneno - de la nada un pequeño recuerdo atravesó su mente y miro de nuevo a la chica, todos se sorprendieron ante esto - sin embargo, el dolor desapareció unas horas después, aunque no estoy seguro que fuesen horas, quizás minutos , no lo sé, pero el dolor cesó, como si el veneno fuese eliminado de mi cuerpo.

- ¿Eliminado? ¿Dices que Sasori te administro el antídoto? - mencionó la chica, a lo que una de los viejos consejeros, Chiyo, se acercó a donde todos estaban.

- No... Sasori nunca haría algo así, debió ser otra persona, pero no es seguro - todos la miraron, sin embargo su declaración solo dejo más dudas que respuestas

- ¿Otra persona? ¿Quien podría hacer algo así? Dudo mucho que su compañero haya sido - contesto nuevamente la rubia de ojos verdes

- No lo sé, sin embargo, si piensan ir por el Kazekage será mejor descubrir ese antídoto - continuo hablando la anciana mientras miraba al cuerpo médico

El Camino Del Equipo 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora