Capítulo XIV. Búsqueda.

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- ¡Rayos! ¿Es que no hay algo más estrecho? - comenzó a quejarse la pelinegra después de mirar su larga bata de la organización. - ¡Esto me cubre toda! ¿No puedo modificarlo? - sonrió de forma coqueta en dirección a Itachi.

- No, ese es tu nuevo estilo ahora - hablo el Uchiha mientras tranquilamente leía un pergamino

- Demonios - musitó mientras hacía un puchero - A todo esto, ¿Quien será mi pareja? .

- Justo ahora no hay con quién - respondió Kisame - así que el líder nos ha dicho que serás parte de nuestro duo

- ¡Oh! ¡En el mismo equipo que Itachi-kun! - la mujer se alegró -

- ¡Oye, recuerda que yo también soy parte! - la reprendió el de tez azul.

- ¿Y eso que? - le dijo encogiendo los hombros -

- ¿Como que 'que'? - estaba irritado - ¡También trabajarás conmigo! Así que no sé... - una sonrisa se formó en sus labios - puede que yo terminé conquistandote mocosa...

- ¡No gracias, detesto el sushi! - saco la lengua en forma de burla a lo que Kisame solo respondió con una carcajada.

- Suficiente, no los soporto - por fin Itachi se levantó y comenzó a caminar en dirección a su habitación - No me molesten. - Azotó la puerta dejando a ambos un poco preocupados por qué decidiera usar el Amaterasu en ellos.

- ¡Kisame-kun! ¡Es tu culpa! - le dijo señalandolo - ahora Itachi-kun está enojado conmigo - hizo un puchero

- está enojado con la vida - rió - se le pasará pronto - agitó su mano restándole importancia

- bueno, entonces, como sea - la mujer comenzó a caminar hacia la salida de la sala - ¡nos vemos más tarde!

- ¿A donde vas, mocosa? - Kisame la seguía con la mirada

- iré por dangos, tengo mucha hambre - contesto cortante y salió de la habitación.

- que mujer más rara - se quejó Kisame una vez solo.

La mujer salió de la guarida y camino un rato, se dirigía a un pequeño puesto en medio del camino, un lugar que ella solía visitar seguido, pues servían los mejores dango del país del fuego.

Unos metros antes de llegar se detuvo, sonrió y con una nube de humo desapareció para aparecer junto a un pequeño arbusto de camelias blancas en medio del bosque donde yacía una niña sentada.

Era de tez clara, ojos color ámbar y un peculiar cabello blanco el cual le llegaba a los hombros, tendría al rededor de 10 años. Ella cantaba una canción mientras jugaba los pequeños brotes del arbusto. La mujer solo se limitó a observarla.

- Pensé que no vendría - dijo la niña volteando en su dirección - Kara-chan me dijo por qué no había regresado en días.

- Ya sé - se encogió de hombros y se sentó a un lado de ella - Akatsuki... Nunca pensé en llegar a tanto

- Supongo que es normal - su voz era algo aguda pero tranquila - la necesitan cerca

- Se que tú también me necesitas - le dijo con algo de culpa

- Estaré bien, se que regresará a verme de vez en cuando - le regaló una tierna sonrisa

- Lo haré - le acarició la cabeza

- Kara-chan también me dijo otra cosa - miro de nuevo al arbusto - un hombre muy poderoso murió

- ¿Un hombre poderoso? - pregunto ella

- uno de los tres grandes Sannin... Orochimaru - la mujer se quedó callada un segundo y luego esbozó una gran sonrisa de autosuficiencia.

- Esa maldita serpiente ya no es problema entonces - soltó una carcajada - ¿Quien ha sido el afortunado?

- uno de sus discípulos... Uchiha Sasuke... - respondió mientras tomaba una camelia y la arrancaba.

- Eh... Entonces llegó el tiempo... - se levantó y comenzó a rebuscar dentro de su bata, saco un pequeño paquete de papel y se lo entregó - esto es suficiente para mantenerte durante un mes, aún así trataré de venir de vez en cuando...

- entendido, Haru-sama - sonrió tomándolo y entregándole la camelia - es para Itachi-sama

- Bien - sonrió - nos vemos luego - la mujer hizo un sello y desapareció en una nube de humo, apareció de nuevo en el mismo punto de dónde se fue y siguió caminando hacia el puesto de dangos

- ¡estoy tan hambrienta! - dijo mientras se frotaba el estómago.

...

Sasuke había sido específico a la hora de reunir a su equipo. Necesitaba personas con habilidades útiles para encontrar a su hermano; Suigetsu era uno de los experimentos de Orochimaru, tenía la rara habilidad de convertir su cuerpo en agua, así que sería de ayuda; Karin era ayudante de uno de los laboratorios, tenía habilidades sensoriales bastante avanzadas, eso le daba puntos a pesar de ser una persona molesta. Finalmente estaba Juugo, uno de los monstruos de sello maldito, era el que más poder poseía, pero el que más perdía el control.

Ahora todos estaban reunidos, era momento de hacer lo que ha estado planeando por años. Matar a su hermano.

Pero sus pensamientos no solo se concentraban en él, existía otro rostro, otra persona, otro objetivo sobre el cual ir. El asesino de Sakura. Lo decidió una horas antes, la única forma de tener la conciencia tranquila es vengarla, no entendía aún la razón por la cual su mente se lo pedía, así que (según el) sería una simple buena acción que haría que el peso de matar a Itachi se esfumará. Pues Itachi aún seguía siendo su hermano.

Junto con su nuevo equipo; Hebi, Sasuke emprendió el viaje hacia los rastros del asesino de los Uchiha.

...

- Has tardado - le dijo indiferente a la chica que regresaba con una bolsa en la mano y un palillo en los labios.

- ¡Traje dango para todos! - grito alzando la bolsa y sonriendo

- Bien, dame uno - Kisame extendió su mano mientras con la otra se ajustaba a Samehada en la espalda

- Toma, Itachi-kun - la pelinegra se acercó al otro y le dió uno pegandose a él de forma melosa, ignorando completamente al hombre

- debemos hablar - susurro solo para el pelinegro quien abrió los ojos en señal de aprobación.

- ¡Oye! ¡Yo también estoy aquí! ¡No me ignores! - gritó Kisame.

- Eres demasiado dramático - le dijo mientras inflaba las mejillas - toma - le aventó la bolsa

- como sea - interrumpió Itachi - debemos irnos

- ¿Irnos? - preguntó la chica

- Es tu primera misión como miembro de Akatsuki... Iremos por el Gobi - hablo mientras comenzaba a caminar

- ¿En serio? ¿Tan pronto? - sonrió de oreja a oreja - ¡Entonces no se interpongan! ¡Seré yo quien acabe con él! - grito de forma entusiasta

- Creo que eres más irritante que Tobi - se burló Kisame mientras sacaba un dango de la bolsa y se lo llevaba a la boca, sin embargo no pudo probarlo pues la chica le empujó la mano haciendo que el dango cayera al suelo - ¡Oye tú, mocosa!

Los Akatsuki comenzaron a caminar para encontrarse con su próximo objetivo, el Jinchuuriki del Gobi.

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¡Hola! Soy yo de nuevo jeje, solo vine a pedirles disculpas por los capítulos tan cortos que he estado subiendo, es solo que no sabía muy bien como adaptar las cosas a la historia, pero a partir del próximo las cosas comenzarán a ponerse un poco más interesantes.

De nuevo les agradezco muchísimo que hayan decidido leerme, los amo uwu.

- Aority.

El Camino Del Equipo 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora