Capitulo V. Enfrentamiento.

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- Unos pasos se acercan - hablo el rubio mientras se estiraba. Estar parado en la misma posición por dos días era demasiado cansado - ¿crees que vengan por el ichibi, Sasori-dana?

- si vienen por el, les daremos una sorpresa - hablo con tono despreocupado

- tienes razón, ¿Que crees que sea mejor? ¿Entregárselos en pedazos? - saco un poco de arcilla y comenzó a moldearla - me gustaría ver sus caras cuando plasme mi arte sobre él

- Tu arte es una ridiculez - confrontó el hombre - el verdadero arte es aquel que dura para siempre, que nunca se acaba y en donde la belleza prevalece por la eternidad, justo como mis marionetas -

- ¿entonces quieres convertir al ichibi en una marioneta? Que fastidio - contesto con aburrimiento - además, se supone que ya tienes una marioneta que controla arena, es mi turno de quedarme con él -

- dos no están de más - cada vez estaba más exasperado, es justo por esa razón que detestaba discutir de arte con él, le hacía salir de sus cabales con facilidad

- eso no es justo, yo también quiero demostrar mi arte - continuo parloteando

- están tardando demasiado, son tan molestos - el hombre estaba realmente enojado, si algo odiaba más que la definición ridícula de arte de Deidara era que le hicieran esperar.

- creo que siguen lidiando con la barrera - mencionó mientras seguía jugando con la arcilla en su mano - bien, puedo esperar un poco, aquí sentado - el hombre camino hasta donde se encontraba el cuerpo inerte de Gaara y se sentó sobre él - esperemos ¡Hn!

Pasaron casi veinte minutos más, cada uno se hacía mas largo que el otro, quizá después de destruir tantos pueblos y asesinar a tanta gente pelear le resultaba cada vez más fácil y le hacía ansiar un reto. Esperaba que estos shinobis se lo dieran. Hacia mucho que no utilizaba técnicas poderosas como su 'Centenar de marionetas' o su marioneta más fuerte, con la sola fuerza de Hiruko todos perecian. 

De repente un estruendo resonó en toda la cueva y la roca que impedía el paso se destrozó en mil pedazos, dejando una gran nube de polvo, cuando ésta se disipó se alcanzó a ver como un hombre de cabello blanco y máscara se encontraba entre los escombros con una técnica que sonaba como mil aves y que brillaba cual rayo: el chidori.

Los hombres no le tomaron importancia y continuaron discutiendo, haciendo cabrear al ninja rubio al ver como éstos discutían sin motivo sobre el cuerpo muerto de su amigo.

- Bien Sasori-dana, continuaremos esto después, ahora habrá que lidiar con ellos - la arcilla que había estado moldeando hace un rato se volvió un gran ave que tomó el cuerpo del pelirrojo, Deidara saltó hasta colocarse sobre el ave y salió de la cueva, seguido por Naruto y Kakashi, dejando el enfrentamiento de Sasori en manos de Yuuki y Chiyo.

- Chica - hablo la mujer - este no es el verdadero cuerpo de Sasori - afirmó

- ¿No?

- esta es una marioneta, Hiruko, el está dentro de ella. Para vencerlo tendremos que sacarlo - analizó la anciana evaluando las posibilidades

- entonces justo ahora el objetivo principal será destruir a Hiruko - hablo con determinación entrecerrando los ojos para concentrarse en su oponente

- una anciana y una mocosa, en serio esperaba algo mejor - su voz áspera alertó a las mujeres - matarlas será sencillo

- ¡No estés tan seguro! - grito la chica mientras una pequeña sonrisa se formó en sus labios

- eres demasiado insolente - contesto el hombre - creo que acabaré contigo primero, después me encargaré de la anciana

- Yuuki, prepárate para cualquier ataque, el es poderoso además tanto la cola de Hiruko como todas sus armas poseen el veneno que afectó a Kankuro - continuo la vieja consejera

El Camino Del Equipo 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora