42. IVAR.

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IVAR THE BONELESS

Pedido por: Nadie, ya saben que historia es ;)

Advertencias: Ninguna.

Continuación del shot anterior. Con éste shot y el final, se cerrará éste libro de one-shots.


[ Continuación del shot n° 29 ]

**

42. "Te alejaste de mi [parte III]"

Risas y risas.

Brindis y brindis.

Brindis y risas.

Suspiré en mi trono sin ánimos de nada. Mi matrimonio con Harald Cabellera hermosa obviamente no me hacía feliz. Al parecer, a él si, pero sospecho que Harald sería feliz con cualquier mujer que ocupe el rol de su esposa. Pareciera que lo único que quiere, es estar enamorado de alguien. Vivir el amor, aunque no sea verdadero.

Planean viajar a Inglaterra, a York precisamente, para buscar aliados y buscar a Lagertha en Wessex.

Harald es tan ambicioso y codicioso que me parece sumamente estúpido que viaje a seguir órdenes de alguien más. Peor si ese alguien es Ivar. Ese 'deshuesado' que logró la conquista de una batalla y se convirtió en rey.

Harta, me puse de pie y abandoné los festejos. Caminé sin mirar a nadie a nuestra habitación haciendo oídos sordos a los llamados de mi esposo. Harald estaba tan ebrio que me sorprendió el hecho de que se haya dado cuenta de mi ausencia.

Me senté sobre la cama y comencé a desarmar mi peinado, sacando la delicada tiara que decoraba mi cabeza.

— ¡Bella esposa mía! — el grito de Harald pasando por la puerta me obliga a girarme y ver como se desploma sobre la cama. Está tan ebrio que admito que me da cierto asco. — ¿Cómo puede ser que seas tan hermosa?

— Quizás crees eso porque estás totalmente ebrio, esposo mío.

Él carcajeo e intentó tomarme de la cintura para atraerme hacia él, pero me puse de pie, rechazándolo. Estaba irritada, cansada y asqueada. — ¿Por qué no te duermes ya? ¿Acaso no parten mañana? Debes estar fresco para navegar y hacer tratos en York.

Harald vuelve a carcajear, ésta vez con más fuerza mientras se acomoda sobre la almohada — ¿Hacer tratos? ¿Crees que llegué a donde llegué por hacer tratos, querida?

Arrugué mi ceño y lo miré prestándole atención — ¿De qué hablas?

— ¡Por supuesto que no aceptaré órdenes de un lisiado, Seren! ¡No aceptaré órdenes de nadie! Eres tan linda pero tan inocente...— él cierra sus ojos, pero no deja de hablar a pesar del sueño que lo vence — Iré a York para conquistarlo, no para ir en busca de ayuda para Ivar. Él dejó su lugar, lo abandonó, se fue... Ahora York será mío y traeré los guerreros necesarios para poder dominar Kattegat también.

Y sin más, quedó dormido. Mientras que mi cabeza estaba a punto de explotar de tanta información. ¡Él traicionaria a Ivar! ¡Dominaría York y volvería a atacarlo en su propio reino!

No puedo ser parte de ésta traición. No puedo quedarme quieta. No. No lo haré.

###

Tres días después de la marcha de Harald y su ejército hacia Inglaterra, tenía todo listo. Convencí (gracias al oro que le robé a mi esposo) a tres esclavos para que me llevaran a Kattegat. Así lo hicieron y ahora mismo estoy caminando hacia el gran salón bajo las atentas miradas de todo el reino.

Algunos me reconocen como la mujer que vivía aquí, otras ya saben que soy simplemente la esposa de Harald.
No me importa, camino sin detenerme a nada hasta el gran salón.

En cuanto llego, la luz es escasa y me da escalofríos. Hace meses que no estoy aquí y todo ha cambiado, desde las luces hasta la tensión. Si bien no hay ni una sola persona aquí dentro, siento una mirada pesada, como si estuviera siendo observada por alguien. Observo los tronos y ambos están vacíos, busco con mi vista al dueño de esa pesada mirada sobre mi, pero no encuentro a nadie. Es curioso, el gran salón jamás quedaba solo.

El estruendoso ruido de las puertas cerrándose me alertan, por lo que me giro asustada y me quedo sin aire al verlo.

Ivar está de pie, con su muleta, claro, y me observa fijamente, de arriba a abajo sin emitir sonido. Solo nosotros estamos aquí, lo cual me resulta raro y curioso.

— Ivar...— pero me interrumpe.

— ¿Cómo pensaste que podías llegar hasta aquí sin que me enterara...reina Seren? — tragó saliva y el suelta la puerta, caminando hacia mi — ¡Mírate! Eres toda una reina.

— Tengo algo que decirte. ¡Es muy importante, Ivar!

— ¿Importante? ¿Cómo que? ¡No me digas que viniste a decirme que estás esperando el heredero de tu reino! — grita con una ironía que me duele el corazón.

¿Cree que vine aquí a presumir?

— ¿Qué? ¿De que hablas? No, escúchame. Harald...— pero vuelve a interrumpirme.

— ¿Harald qué? — abandona el susurro en voces y comienza a gritar, tan propio de él — ¡¿Crees que mi importan tú y tu maldita vida de casada?! ¡¿Acaso crees que me interesa saber lo bien que va tu maldito matrimonio?!

Estoy desconcertada y sin palabras. ¡Quiero que se calle y me deje hablar pero se empecina en interrumpirme!

Intentó hablar una vez más, pero no me deja — ¡¿Qué mierda quieres aquí ahora?! ¡Vienes a burlarte de mi en mi propia cara porque tenías razón! ¡Siempre lo supiste!

¿Saber que? ¿De que habla? ¿Dónde está Freydis? ¡No entiendo nada!

•••

Como dice arriba, este libro se cierra a pedidos, solo subiré cuando pueda y propios. Lo siento pero mis tiempos son limitados y priorizo mis historias propias :)

Vikings || ONE SHOTS - IMAGINES || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora