𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍' 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 ✿【JunHao】✿

✿【6】✿

El tiempo fue un golpe que no pudieron detener. Dos meses pasaron para que la preocupación de MingHao incrementase.

Se trataba de su madre, que regresaría de China más pronto de lo esperado.

Él lo recordaba perfectamente, ella había llamado avisándole que se iría de viaje con uno de sus amantes, algo así como una "Luna de miel" Se sintió relajado por ello, ya que pudo regresar a casa y pasarla solo sin miedo a lo que ella pensara de la mordida.

— Entonces, ¿Qué le dirás? — Interrogó SeungKwan.

Suspiró mirando al de mejillas regordetas. En esos dos meses pudo congeniar con todos y cada uno de ellos, menos con JiHoon.

El omega seguía poniendo resistencia a interactuar con MingHao y aunque era un poco tenso el ambiente entre ambos, no volvieron a tocar el tema o insinuar algo al respecto.

Por otro lado, su relación con JunHui iba cada vez mejor, aumentando la confianza de ambos y ejerciendo un acuerdo donde no tuvieran que estar juntos tanto tiempo sino cuando era necesario... Como en el celo del alfa, que sucedió hace algunas semanas atrás y el omega acudió a él gustoso.

No eran pareja, de hecho, se consideraban muy buenos amigos que mantenían un lazo por accidente, ¿Y qué importaba? Superaron la dura etapa de aceptación procurando hacerse bien entre tanto mal y protegerse sin pretexto alguno.

MingHao no quería aceptarlo, pero logró abrirse ante el mayor y enseñarle detalles que amaba de su mundo... Uno que por algún motivo había sido destruido por seres horribles que no pudieron valorarlo.

Seguía triste por la traición de SoonYoung y SeokMin. Sin embargo, no interfirió en ello ni se molestó en hacerlo. Eran libres y los prefería lejos de él para no perturbar su paciencia y estabilidad mental.

Sí, se los cruzó una vez por el pasillo de la biblioteca recibiendo miradas apagadas y estupefactas. No estaban haciendo nada, solamente leer, pero sus subconscientes dieron la respuesta lógica: MingHao ya lo sabía.

Su amistad con los chicos eran lo que lo hacían notar que la verdadera lealtad existía, quizá el problema fue que él la buscó en las personas equivocadas.

— Debo ser honesto. — Puchereó— No quiero convertirme en lo que ella es... Quiero ser mejor, sobrepasar esa tonta tradición de que por pequeñeces dejamos de ser parte de la familia.

— Hermanito, te amo, pero un lazo así no es cualquier nimiedad. — Chan lo hizo pisar la tierra.

— Ya, omitiré esa parte. — Rascó su nuca, nervioso— Quizá si le digo que...

— Basta, Hao. — Jun lo frenó, poniendo la mano sobre la suya— Serás concreto y si no te acepta no es tu asunto.

— Es hora de no temer, mírame a mí. Amo a Samuel, vivo con él y no me interesa lo que la señora madre piense. — El beta infló el pecho con orgullo.

— Además, en nuestro departamento tienes un espacio. — MinGyu revolvió sus cabellos— A WonWoo y a mí nos encanta tu compañía.

— Puedes confiar en nosotros. — SeungCheol lo animó.

Su novio no pudo evitar rodar los ojos, le irritaba de sobremanera el chino y pese a que no quería causar conflictos cada almuerzo se debatía entre irse a comer en algún otro lugar o controlar su enojo. La opción terminaba siendo la segunda gracias a SeungCheol.

— Conmigo ganas bien, bonito. — JeongHan le guiñó— Tu modelo de confianza, ya lo sabes.

Cierto. JeongHan ya había trabajado para él y viceversa. El rubio estudiaba para ser modelo profesional y él lo vestía con sus diseños para probar nuevas cosas e ingeniárselas con sus maestros. Hacían buen quipo, claramente.