El JEFE +18

#17

POV NARAKU

No tengo ni puta idea de que quería mi amigo Sesshomaru, pero debía ser muy importante para dejar la oficina por la mañana y entre semana, pero apenas mencionar a mi ex esposa como siempre termino cabreado, se sentó con las manos cruzadas y me miro de forma amenazante, estaba seguro que regresar con ella no era mi mejor opción, pero Rin, miarda, me había costado mucho levantarme después del engaño, él estuvo conmigo, como siempre desde niños, él me lo había advertido pero no hice caso, entonces un día regrese a casa antes de la hora normal y ahí estaba ese maldito mocoso a quien llamaba ahijado, Byakuya y ella fornicando en mi cama, fue una imagen que tarde en borrar de mi mente, justo por eso, me sumergí en esa página, para de alguna forma descargar todo mi dolor, metiéndome sin compromiso en la cama de mujeres que como yo buscaban placer.

Me prometí nunca más dejar entrar a otra en mi cabeza, mucho menos en mi corazón, pero Rin logro pasar mis barreras, se metió en mi piel, robándome el aliento con sus ojos, ella me devolvió la esperanza, las palabras de Kikiu solo me hicieron llenarme de miedo, maldición, tengo miedo de que un día se canse de mí, esta vez dudo que pueda salir del maldito hoyo, porque Rin es mi vida, con solo su presencia alegra mis días, saber que me ama, no mejora la situación, porque gracias a mi matrimonio aprendí que el amor puede desaparecer después de ser tuyo, dejando demasiado dolor.

-arriésgate-escuche decir a Sesshomaru mientras salía del cuarto, después de ponerme ropa suya.

-ella merece algo mejor.

-estas seguro.

-si.

-bien, entonces suerte con ello-pronuncio con una mueca.

- ¿Qué venias a decirme?

-olvídalo.

-Ya amigo, dime.

-me has arruinado el día, maldición Naraku, esa mujer es un maldito dolor de muela.

- ¿Kagome?

-no idiota, Kikiu, te juro que si regresas con ella-exclamo revolviendo su cabello- olvídate de mí.

-no seas tan dramático.

-debo irme, cierra cuando te vayas y ahí están tus cosas-menciono antes de salir.

Tome el móvil y vi varios mensajes de Kikiu, quiera o no, debo verla para dejarle claro las cosas.

-Naraku gracias por contestar-dijo con su voz seductora.

-te veo en 30 minutos en la cafetería que está en la esquina de la avenida Espadachín-dije y colgué sin esperar.

Ya nunca más ella pondría las reglas, ahora era yo quien decidía, salí del cuarto y camine a su encuentro, mientras bebía un café americano la vi entrar tan deslumbrante como siempre, me miro con sus labios rojos, sus tacones se escuchaban hasta mi lugar, me dio un beso en los labios y ocupo la silla de frente, pero ninguno la vimos a ella.

-hola querido.

-no deberías ser tan cínica Kikiu.

-sé que estuve mal, pero la pasión me cegó, yo, perdóname…

-te perdono-murmure.

-entonces llamare a mi abogado para anular el divorcio.

-disculpa, pero no le veo el caso, te perdono, pero no regresare contigo.

-Naraku no puedes decirme que esa niña.

-ella no es ninguna niña, es tan mujer como tú, a que le temes Kikiu, porque yo solo temo perderla-dicho esto salí del lugar con mi café.

Si bueno merecía un maldito golpe en la cara, mira que permitir a mi ex, interponerse entre Rin y yo, pero ahora sabía que Sesshomaru tenía razón, debería arriesgarme para ganar.

-es bueno verlo de buen humor jefe-saludo Ginkotsu.

-están listos, dentro de un rato abrimos.

-la banda ha llegado, los universitarios llenaran el lugar gracias a ellos.

-excelente, espero conocer a tu hermano Renkotsu.

-con gusto jefe, apenas llegue.
-me daré un baño y cambiare, odio la ropa tan formal, pero Sesshomaru fue lo único que me dio.

-tiene un gran amigo.

-excelente, bueno cuida todo-me despedí para entrar a mi oficina.

Después de separarme pasaba tanto tiempo en el Bar que termine poniendo una ducha, también cuento con un closet lleno de ropa, me puse un polo rojo, un pantalón de mezclilla y unos zapatos negros. Me quedé pensando en Rin, fui un gran idiota al decir aquello por la mañana, recordar sus palabras, confesando que me amaba, me hacían feliz, pero también sentirme un maldito hijo de put…

-jefe la banda empezara a tocar- dijo Ginkotsu entrando mientras revisaba varios documentos de proveedores.

-bien, en un rato salgo para conocer a tu hermano.

-vale, por cierto, el lugar está a rebosar.

-excelente, cuídate que todo vaya bien.

-como siempre jefe-menciono saliendo.

Se podía escuchar la música desde mi oficina, deje todo para ir a ver qué tal iban las cosas, Ginkotsu tenía razón el lugar estaba a rebosar, justo cuando salía el cantante que debía ser hermano de mi mano derecha tomaba la mano de una chica para invitarla a sentarse a su lado mientras le dedicaba una canción, la sangre me hirvió y mi cuerpo reacciono, empuje a algunas personas, para llegar al escenario, ella me miro con una sonrisa desafiante, me estaba retando, dejando claro que si no la quería ella haría lo que quisiera, el sujeto tomo su mano mientras cantaba, había gritos, aplausos y uno que otra envidiosa maldiciéndola.

POV RIN

Toma esto imbécil Naraku, si crees que pasare llorando todo el día por ti, estas equivocado, bueno si llore, pero no más, si te crees viejo, entonces me buscare a alguien más, el cantante del grupo me eligió para dedicarme una canción, jajaja, en realidad Ginkotsu me ayudo, ver la cara de Naraku al dejarme tocar por Renkotsu era lo que buscaba, y cuando este se inclinó al terminarla deje que sus labios tocaran los míos, justo como esa mujer odiosa de la cafetería lo beso a él.

Sentí la mano en mi brazo, jalando con fuerza y alejándome de Renkotsu, la gente no presto atención porque inmediatamente la banda empezó a tocar otra canción, me empujo al interior de su oficina, cerró la puerta y me encaro con sus ojos rojizos echando chispas.

- ¿y ahora qué? -dije poniéndome las manos en la cadera.

-estabas dejando que te bese otro-mascullo lanzando un juramento.

-eres viejo para mí, lo olvidas-grite enojada con él-tal parece te gustan las señoras.

-a que viene eso ahora-pregunto poniéndome contra la pared.

-te vi con esa mujer en la cafetería, así que era por ella.

-era mi ex mujer y le deje claro que no la quiero devuelta en mi vida.

-bien, también a mí me lo dejaste claro esta mañana-grite abriendo la puerta.

-Rin-me llamo pegándose a mi espalda y cerrando la puerta-te amo, con un carajo me importa poco si me tiras dentro unos años, meses o días.

-no seas ridículo, acaso crees que te cambiare por un niño-conteste reprimiendo las ganas de llorar.

-espero que no, porque me volvería realmente loco-contesto y me gire para unir nuestros labios.

Continuara…